Cuando paseo por esta ruta tropiezo siempre con este cactus, me da la sensación de un pez volador; no puedo dejar de saludarle.
Lo que veo:
Lo que me imagino:
Estos días de tanto calor, en la Riera de Sant Climent, en el límite de El Prat, se está dando este hecho que se puede observar desde el M...
Saludar un cactus és de persona educada. Per cert, veig que les atzavares estan com les d'aquí, més pallá que pacá.
ResponderEliminarSalut.
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EliminarSi estàn fututs, com jo, jajajaja.
EliminarSalut
A saber cuantos años tiene. Sus capacidades de supervivencia son asombrosas.
ResponderEliminarEs como un pez que me mira al pasar, Ricard. Está muy cerca de la desembocadura del Rubricatus, y me da la sensación que se ha escapado de allí como pez volador para convertirse en observador del panorama exterior.
Eliminar¡Ya ves en qué elucubro mientras doy vueltas al entorno¡. Mientras, pienso que ayer hubo gente con la nevera vacía, ya ves, y hago nones con la cabeza.
Un abrazo
Todo lo que sea elucubrar, dialogar —como decíamos— con el niño interior, o cualquier otra forma de introspección, en mi humilde opinión, no solo es sano, es necesario y una de las pocas formas eficientes de aplacar el «ruido» del entorno.
ResponderEliminarSigamos con el cava, pero convenientemente medido y fraccionado, o no ganaremos a Matusalén.
Amén, Ricard.
EliminarSalut ¡
El pobre cactus está muy seco, le pediremos a Rubricatus que se apiade de su sequedad y le mande un poquitín de agua.
ResponderEliminarSalud
Cierto, así lo haremos.
EliminarSalut, Francesc ¡
Bonito paisaje. Un beso
ResponderEliminarUn beso, Susana, gracias por estar.
EliminarMiquel, ¡qué ojo tienes para captar lo extraordinario en lo cotidiano! Ahora que lo mencionas, no puedo dejar de ver ese cactus como un pez volador, suspendido en pleno salto entre las olas de este mar vegetal. Es como si estuviera a punto de lanzarse al aire, dejando atrás las tomateras y el romero.
ResponderEliminarMe hace gracia imaginarlo saludándote cada vez que pasas, como si fuera un viejo conocido que te espera ahí, con su "hocico" apuntando al horizonte. Es increíble cómo la naturaleza y nuestra imaginación se alían para regalarnos estas pequeñas maravillas. Te confieso que la próxima vez que pase por un lugar así, estaré atento por si algún otro "pez-cactus" me guiña un ojo.
Gracias por compartir esta visión tan divertida y poética. ¡Es imposible no sonreír al verla!
Es extraordinario, Joselu. Me lleva la imaginación, pero es que está ahí, siempre mirándome cuando paso por el lugar, y sé que es un pez volador salido del Rubricatus.
EliminarUn abrazo y gracias por ver lo que yo veo, o al menos en la forma que lo veo.
Salut
Parece que tu amigo el cactus está en las últimas, a ver si tus visitas lo reviven.
EliminarAbrazos
Pobre, sí, cierto, está muy "malamente".
EliminarUn beso grande, Marga, buen año
Confiesalo Miquel,
ResponderEliminarlos excesos de
Nochebuena (,el
cava sobre todo),
te han hecho que
ahora estés como
Don Quijote ... que
no, que es broma ,
el paisaje , muy
seco , siendo el
mes que es .
jejejeje...confesándome estoy ¡¡¡ que es un pez volador ¡¡¡ estoy seguro
EliminarUn abrazo