Casa Vilaró. Illescas. 1929. (Foto Archivo idem)

martes, 17 de diciembre de 2024

La administración educativa rebaja la importancia de la literatura para el año entrante.

Nuevo decreto y nuevos cambios. Lo principal está en que el alumno no lea, no vaya a ser que comience a preguntar lo que es el sistema y como nos domina.
1962. Teatro Talía. 

Todos los estudiantes, cursen el bachillerato que cursen, tienen la materia de lengua y literatura en catalán y castellano, con lecturas prescriptivas, pero los aprendizajes de lengua se comen a las clases de literatura. Los cambios que vienen son para los que estudian humanidades.

Los profesores de lengua y literatura y los bibliotecarios explican que los niños que leen durante la primaria por placer dejan el hábito en segundo de la ESO cuando sube la exigencia académica. Un grupo continúa y se engancha si tiene docentes capaces de transmitir que los relatos, poesías u obras de teatro clásicas también hablan de sus cosas. Compensa el esfuerzo requerido.

El Gobierno requirió el pasado septiembre a la Generalitat que aplicara el currículum de bachillerato de la ley de educación (Lomloe) tal y como ya lo habían adaptado el resto de autonomías.

Año a año se van reduciendo las horas dedicadas a esta materia en la educación obligatoria, así como en bachillerato. El último golpe ha sido los cambios en el decreto de currículum de bachillerato anunciados en una directiva a los profesores. No es un gran cambio que lleve al escándalo, sólo la constatación de la pérdida de importancia de las humanidades en la educación para una administración que lo que buscaba, con el cambio de la ley, era esponjar esta etapa de bachillerato, rebajar las exigencias académicas para estimular la curiosidad de los adolescentes, fomentar los debates y el pensamiento crítico. Pero en el debate del currículum nadie, entre los profesores especialistas en un ámbito, quiso en su día perder horas.

Entre las cinco modificaciones que estaban pendientes, resalta la que atañe al bachillerato de humanidades y ciencias sociales que se aplicará a partir del curso 2026-2027 (para los que este año cursan 4.º de ESO y harán 2.º de bachillerato entonces). Afecta a las dos materias de modalidad de segundo curso que pueden escoger los alumnos (empresa, geografía, historia de arte, griego, latín, mates aplicadas y literatura castellana o literatura catalana). El cambio es de las que caen, precisamente, las asignaturas literarias.

El Departament de Educació justifica la medida por el requerimiento jurídico y recuerda la posibilidad de que estas materias puedan impartirse como optativas. Las optativas, que pueden ser trimestrales o anuales, no tienen el mismo peso en selectividad que las de modalidad.

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