Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

lunes, 12 de febrero de 2024

Los olvidados se revelan. Por Don Gregorio Morán

 


Ya nadie los llama campesinos. Ahora son agricultores. Detrás de ese cambio nominal se esconden apenas 50 años de una sociedad que sustituyó la tracción animal por la mecánica, pero ellos siguieron siendo los mismos. Muchos menos, pero con características similares. Y los que quedaron por querencia o por obligación se hicieron socialmente invisibles para la inmensa mayoría de la población. Los retiramos de los medios de comunicación, convertimos los pueblos en residencias para urbanitas acomplejados y se quedaron como reserva oculta de la nueva cultura del consumo; los productos gourmet de la cocina basada en un descomunal valor añadido.

El trigo baja y el pan sube. Hemos construido un mundo fantasioso donde lo más difícil es saber lo que comemos si no tenemos al lado a un camarero que recita el menú como quien lee un poema modernista.

El espeso silencio sobre los agricultores de productos frescos y los ganaderos acosados por insaciables comedores de carnes selectas. En nuestro mundo todo debe ser etiquetado, como si eso fuera garantía de autenticidad por más que sepamos que la trampa empieza ahí, en la sofisticación de un truco susceptible de alterarse a voluntad. ¿Conocen ustedes el sistema para saber si un huevo es fresco o está caducado? Necesitarían un curso numérico. Si alguien se refiere a la casquería tendría que empezar por un diccionario de palabras canceladas que le explicara de qué va. Los de mi quinta comimos hígado, lengua, tripa…no digamos ya caza mayor o menor, y mucho pan. Decirlo hoy provoca espasmos, como si se tratara de ancestros bárbaros y hambrientos. La alimentación común hoy debe ser elaborada de tal modo que esquive cualquier connotación del producto que la sustenta. Eso es válido desde la siembra hasta las viandas.

Han nacido filosofías pedestres sobre la bondad de los vegetales, que al parecer reducen la agresividad. Hay brujos digitales que explican cómo la alimentación cambia la conciencia; una teoría para consumidores hastiados. A la lista de ilustres vegetarianos como Kafka siempre nos olvidamos de Hitler, un vegano radical. Quizá se mezclen muchos elementos en el actual desdén hacia los agricultores que tiene su principal característica en que jamás debe hacerse explícita sino soterrada. No he cazado en mi vida y visité la primera granja de pollos que se instaló en mi Oviedo natal, sin embargo durante el bachillerato de entonces nos hacían desfilar ante la recién instalada planta de Coca-cola, como si se tratara de instruirnos sobre el futuro que nos esperaba. No dejaba de ser simbólico que la pollería y la envasadora fueran vecinas, pero a la de pollos no nos llevaban. El mercado es un ente que ni acierta ni se equivoca, sólo atiende y se muestra. ¿Acaso no se han preguntado por qué de un tiempo a esta parte no hay actividad económica que no se exhiba en ferias internacionales? Desde los coches a las armas letales. 

Los agricultores se rebelan contra su obsolescencia programada por la industria transformadora. Si trabajan a pérdidas y han de subsistir gracias a las subvenciones es difícil entender por qué los precios de consumo se disparan. Es un círculo letal que acaba con el abandono del más débil, pero con la paradoja de que sin agricultura ni ganadería la sociedad no sobrevive. De ahí que se vaya exprimiendo el limón hasta que explota, y el mundo agrícola y ganadero ha reventado de ninguneo. Si no fuera porque votan en las elecciones, el funcionariado comunitario ya los hubiera borrado; con mantener un sector primario pequeño y muy tecnificado, algo que se pareciera a la artesanía para alimentar al consumo gourmet, ya tendrían suficiente. El detalle de que la primera ayuda a la Ucrania invadida no fuera tanto la política como la inmediata concesión de cero aranceles para que su inmensa producción agrícola y avícola arrasara en los mercados europeos, dice mucho del papel residual que tiene el sector primario en la complejidad de la geopolítica de la Unión Europea.

El arco parlamentario español al completo, desde Sumar a Vox, dice compartir las preocupaciones del campo. Una descarada manifestación del doble lenguaje, porque todos están por la labor de achicar el campo; les resulta caro y molesto. Comparen la preponderancia de las organizaciones sindicales en nuestros medios de comunicación y compárenlos con las organizaciones agrarias -ASAJA, COAG, UPA- que a duras penas logramos saber qué significan y cuáles son sus tendencias, si son instrumentos políticos, tejidos de intereses o medios de defensa del submundo campesino. Aquí se ha dictado doctrina y consiste en que lo más notorio del campo son los pueblos vaciados. Somos herederos de los antiguos destripaterrones y eso no hace bien en los currículos; asignatura cancelada salvo para la literatura evocadora, muy prolífica en los últimos años. La literatura, pobre o brillante, trata de cubrir los huecos del desamparo y la perplejidad.

La actividad agraria ocupa apenas el 2% del PIB, ese carnet de identidad nacional. Para los poderes reales es demasiado, aunque tengan buen cuidado en no explicitarlo. Lo que se trapichea con Marruecos -ese secreto de Estado bien guardado- se parece al de la Unión Europea con la agricultura ucraniana. Los llamados estándares fitosanitarios y de producción no tienen comparación con los existentes fuera de la Comunidad, y el mercado, ese atento mirón, escoge entre lo que ve, lo más barato. Las cadenas de distribución tienen beneficios suculentos y los agricultores siembran a pérdidas; se vende por debajo de los costos. Por si fuera poco, cada paisano, agricultor, tractorista o matarife habrá de llevar “un cuaderno digital” a partir de agosto. Sembrarán poco, pero aprenderán tecnología para que los responsables de las Administraciones sepan en qué se empeñan sin necesidad de acercarse a mirar, preguntar y corregir.

Frente a un futuro tenebroso pero muy verde y con el bienestar de los animales garantizado por ley, la gente del campo es consciente de que está ante su penúltima pelea por la supervivencia. Imagino que el nuevo relato sobre “el patriotismo del tomate” debe de resultarles como un chiste macabro. Comisiones Obreras echa a faltar reivindicaciones salariales, como si los tractores los condujeran los dueños de la finca. El personal empoderado no compra tomates; se los sirven sin saber si son “bio” o tradicionales. Cuando le preguntaron al chef Pedro Subijana qué haría si a su estrellado restaurante le viniera un cliente pidiéndole un huevo frito, tuvo una respuesta que resume la sociedad dominante y el meollo del asunto: “le diría que no se lo voy a servir, porque  carece de valor añadido y no podría cobrarle”.


25 comentarios:

  1. Conxu, Subijama no en sap dels teus ous de Vallado'lid, ni dels ous ferrats de Casa Lucio. Veig que Moran segueix en forma.

    Salut

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  2. Este buen hombre de un plumazo ,se carga todo lo relacionado con la Nutrición. Sobran veterinarios,ingenieros agrícolas,farmacéuticos..Con cuatro gallinas,un tractor amarillo y que llueva, lo soluciona todo,es simpático.
    Afortunadamente en el Sur no para de llover,los rios se limpian, se van llenando los pantanos,nunca había oído a tanta gente,diciendo que llueva un mes seguido.
    Saludos.

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    1. Creo que su escrito tiene otro significado. Habla de la burocracia, de los aranceles, de la incapacidad de poner precio a lo que tú produces, de los neologismos en el sector agrario para demostrar incapacidad administrativa.
      Nos dice también, que esto no viene de ahora, que se arrastra desde hace cincuenta años...
      En fin, no comunica ninguna cosa que no sea comprobable.
      Salut y a disfrutar del lunes

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  3. Pues es lo que hay,normativas(que pueden parecer burocracia),pero que son necesarias en un mercado tan amplio,con unos medios industriales para satisfacer una gran demanda. Todo por la preocupación sanitaria y la responsabilidad civil,que se contrae en todo lo que se refiere a la alimentación. También existe en la construcción, en la enseñanza,en toda labor humana.
    Saludos

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  4. No sé si he seguido bien la cadena argumental de Morán que a veces es sinuoso en su prosa laberíntica, pero se entiende lo fundamental. El sector primario es el más aplastado de todos, trabajan muchos a pérdidas y se les reprocha que haya subvenciones. He visto vídeos de agricultores valencianos que arrancan los naranjos y mandarinos porque no pueden sobrevivir a pérdidas. Todos queremos los productos agrarios baratos y da igual de dónde vengan -Marruecos, Ucrania...-, esto me lo decía un responsable de colmado el otro día. Los agricultores están desesperados y se han lanzado a su última batalla, perdida de antemano porque el problema es muy complejo y comienza en la cartera del consumidor, la burocracia creciente, las normativas fitosanitarias, la desidia del gobierno ocupado en su agenda woke, la competencia extranjera... Salut, Miquel, un abrazo.

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    1. En Picassent(Valencia),se han sustituido naranjos por mangos,con mucho éxito
      Saludos.

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  5. porque el problema es muy complejo y comienza en la cartera del consumidor, ...
    Es, en realidad la frase clave, Joselu.
    Lo has dicho con exactitud.
    No sé cómo resolverlo, sólo comprando cosas de aquí, pero en ocasiones no sé de dónde vienen, que esa es otra.
    Gracias por tu compañía.
    Un abrazo

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  6. Miquel, las palabras de Gregorio Morán son claras, como es habitual en él. Hace mucho tiempo que los problemas del campo están identificados, se conoce la envergadura de los problemas y nadie pone soluciones. Ahora cualquier político y cualquier asociación habla de las penurias de la agricultura, pero no hacen nada.
    ¿Para qué sirve toda la estructura burocrática gubernamental?
    Abrazos

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    1. Porque corresponden a unas estructuras que dan de comer a mucha gente que no trabaja en el campo.
      Así, lo más fácil es identificar productor agrario a empresario, y con ello olvidar que son agricultores, para identificarlos con grandes propietarios.
      Todos en la misma bolsa y los sindicatos se lavan las manos.
      Nadie los defiende.
      Lo pagaremos caro.
      Un abrazo

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  7. El cuaderno digital es una forma para que el funcionario sepa cuando y cuanto anota el labrador los productos que echa, solo beneficia al funcionario que asi puede acceder a la verdad y a la mentira de forma digital. El sector agrario está hiper legislado con normas que se amontonan unas encima de otras, cuando lo normal sería que unas sustituyeran a las anteriores o las laterales, pero esto no funciona asi. Es una selva para cualquier ciudadano medio que no puede costearse un asesor.
    Dentro de las medidas de "apoyo al campo" de este gobierno vienen las siguientes:

    Artículo 13. Modificación de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades.
    Se modifica la letra a) del apartado 1 de la disposición adicional tercera de la
    Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades, que queda redactada
    de la siguiente forma:
    «a) La percepción de las siguientes ayudas de la política agraria comunitaria:
    1.ª Abandono definitivo del cultivo del viñedo.
    2.ª Prima al arranque de plantaciones de manzanos.
    3.ª Prima al arranque de plataneras.
    4.ª Abandono definitivo de la producción lechera.
    5.ª Abandono definitivo del cultivo de peras, melocotones y nectarinas.
    6.ª Arranque de plantaciones de peras, melocotones y nectarinas.
    7.ª Abandono definitivo del cultivo de la remolacha azucarera y de la caña de
    azúcar.


    Capitulo II https://www.boe.es/boe/dias/2023/05/12/pdfs/BOE-A-2023-11187.pdf

    ¿De verdad queremos que se arranquen viñas, plataneras, manzanos, perales, melocotones y nectarinas? ¿De verdad queremos que como país deficitario de leche se cierren explotaciones ganaderas?, ¿quieren que compremos fuera todo esto?.
    Yo creo que un país debe buscar su autonomía alimentaria, porque ya hemos visto lo que pasa en caso de conflictos con el tema de los semiconductores y energéticos. Y aquí promocionamos eliminar fuentes de alimentación, gilipollas nos definiría muy bien, A nuestros agricultores se les exige, entre otras cosas, el famoso diario digital y una norma para ganadería que duplica los tratamientos médicos de las vacas, por ejemplo, aunque estén sanas. Pero si traes naranjas de Sudáfrica, Olivas de Marruecos o Piñas de Brasil no hace falta nada de esto, vuelvo a decir, ¿somos gilipollas?.
    Después del suicidio industrial y energético basado en ideología más que en ingeniería , viene el suicidio alimentario propiciado por una legislación fanatizada que no tiene ni idea de lo que habla. y esta basada en eslogan de poco recorrido técnico. Un buen ejemplo es el estiércol, que es en su justa medida el mejor abono que existe y ahora está estigmatizado. Que es como prohibir la fruta porque alguien comió muchas fresas y le sentaron mal o prohibir el vino porque alguien cogio una borrachera y pego a otra persona. Somos gilipollas.
    Es de destacar la miseria moral de los sindicatos por la falta de apoyo a uno de los sectores fundamentales de nuestra economía asi como tampoco he visto denuncias de estos por la falta de medios de trabajo para la Guardia Civil que provocó la EJECUCIÓN PÚBLICA de los Guardias Civiles de Barbate .
    Estarán esperando que "gobierne la derecha".
    Son el nuevo Sindicato Vertical del Régimen, gordos, cebados y lamiendo culos.
    Un saludo.
    P.D. Entenderé que borres este comentario si lo ves inapropiado.

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    1. No pienso borrar nada, y nada encuentro inapropiado a no ser el abandono al que se ve sumido el agricultor.
      Un abrazo fuerte, y gracias.
      Salut

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  8. Existen unas normativas europeas,para el campo y se han de cumplir,como las hay para la industria.Si es que queremos seguir en Europa,sería un suicidio para España, país con una enorme deuda y que dependemos de los flujos económicos.
    Si este gobierno,igual los anteriores, importa de Marruecos y de Sudáfrica,lo hace por dos motivos,para evitar desabastecimiento e intentar contener precios,a sabiendas que algunos productos no cumplen todas las normativas europeas.En estos momentos la lucha contra la inflación en la alimentación es prioritaria.
    Dentro de la juventud agrícola actual,existe la opinión de salir de la Unión Europea,no han vivido lo que era España,antes de entrar.
    Saludos

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  9. Muy lúcido como siempre MORÁN, aunque coincido con JOSELU, esta vez un poco sinuoso, mezclando las necesidades del campo con las exquisiteces gastronómicas y su crítica a ellas. El problema de fondo, por más que nos duela admitirlo, es de un lado, que la UE pretendiendo fortalecer los sectores hortofrutícolas y lecheros de países como Holanda. Francia o Suiza, en detrimento de esos sectores en España, a falta de buenos defensores como hacen en Francia, los han desmembrado, pero es que ese es el canon a pagar por pertenecer a una comunidad. Queriendo tener sectores fuertes que no compitan dentro, se prefiere subvencionar el arranque o la reconversión aquí, después, la normativa extremadamente restrictiva interna dentro de Europa, que encarece la producción al limitar el uso de pesticidas choca con los productos de terceros países que no están sometidos a esta normativa, a sumar a todo esto, de lo que nadie habla, los asfixia que los oligopolios que domina el sector, que son los que siembran todo de macrogranjas y macroinvernaderos controlando la cadena desde la producción a distribución, nos colocan delante la zanahoria de los productos baratos y da igual si vienen de la China, si por el camino se cargan a los agricultores, ganaderos y medioambiente, les tare al fresco, su única prioridad, el beneficio rápido caiga quien caída y nosotros, queriendo comer mangos, aguacates y fresas baratas todo el año, les hacemos el juego : (

    Muchas gracias MIGUEL, un beso grande y buena semana carnavalera para todos!

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  10. " les tare al fresco, su única prioridad, el beneficio rápido caiga quien caída y nosotros, queriendo comer mangos, aguacates y fresas baratas todo el año, les hacemos el juego."

    Y ahora, María, podemos pararnos a pensar qué es lo que compramos y porque deseamos comer fresas todo el año.
    En Málaga, se han barrido, pongo en números, 55.000 hectáreas de olivos, y los han suplantado por aguacates.
    Estos consumen 800 litros de agua por cada kilo de producción.
    No han aceite de oliva, no hay agua, el aguacate no es producto local, pero es lo que se vende y deja más márgen.

    No le veo solución, de verdad, no se la veo.
    Un beso muy grande

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    1. Los aguacates,mangos y pistachos ,tienen mucha demanda en España y en Europa,si hay agua suficiente y autorización es lógico ,que se planten,en Valencia,Granada,son de gran calidad.No te digo nada de los fresones de cerca de Doñana que me estoy comiendo,cada día.

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  11. Tu lo has dicho: si hay agua suficiente ...
    No quiero discutir , yo no gano nada, pongo lo que hay, las cifras y el conocimiento de que no hay agua y se han puesto a cultivar productos que la requieren, apartándose del camino los propios, como el aceite.
    ..Te dejo un recorte de El País, por cierto, diario afin a las instituciones gubernamentales y que no tiene nada que ver con los cantantes del cara al sol..
    https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2024-02-05/el-fiscal-que-investiga-el-riego-irregular-de-mangos-y-aguacates-es-muy-probable-que-en-la-axarquia-haya-delito-ambiental.html
    Aquí de lo que se trata es de quien da los permisos para arrasar fincas de olivos:
    Aquí te dejo la evolución del aguacate y del mango en Andalucía en porcentajes, sabiendo como se sabe de la sequía casi permanente...
    https://www.plataformatierra.es/innovacion/aguacate-y-mango-dos-subtropicales-en-auge

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    1. Pues eso,que investiguen y que actúen, si hay delito,pero comprenderás que todo lo que hay sembrado en Granada,por ejemplo(que es mucho),no está fuera de la ley.

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    2. En Andalucía hay que pedir permiso para talar olivos,imagínate para arrancarlos

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  12. Los oligopolios del mercado siguen las reglas y las leyes que le marcan los políticos, si no es necesario llevar una política medioambiental y administrativa en los países de origen y eso redunda en una bajada de precio es lógico que compren más barato, que es lo que hace la mayoría de consumidores, van donde es más barato, porque el dinero no crece de los árboles y a los españoles les gusta comer todos los días, son unos caprichosos. Si se exigieran las mismas condiciones a las importaciones la cosa cambiaria y yo soy partidario de las importaciones pero con los mismos criterios que aquí, ¿por que no?. También hay que fomentar la comercialización por parte de los productores, cosa de la que nadie habla o yo no oigo, por lo menos.
    Un saludo

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  13. Yo lo vivo en otro sector,querido Tot, la megalomanía regulatoria, que obliga a realizar a los agentes ingentes esfuerzos en lo que llamamos reporting. Es decir, algo que podría estar bien de antemano, como informar de contratos entre dos partes y tuvi su origen en la crisis financiera del 2008. En medio de varias regulaciones cuyo alcance se intersecta o no, se obliga a informar en varias plataformas de un mismo contrato. Yo he sdo testigo de cómo en un rapporteur de una comisión europarlamentaria, su portavoz y quién lleva la iniciativa, en cuanto no comprendía un producto, en aras de la transparencia, pedía que se reportara. Pero sí ya sé reporta, señoría. Pues que se vuelva a hacer, de forma que en aras de esa bendita palabra, se elevan los costes de transacción. Y los reguladores dudo mucho que sepan cómo organizar esa información.

    n algunos sectores hablamos de miles de millones de contratos y de crecimientos de más del 87%. Y ese fervor por la trazabilidad y reporting ha llegado al sector primario, lo que da una idea de que sus señorías europeas desconocen de los costes que acarrean muchas de sus regulaciones. El cuaderno digital es otro delirio más de la actividad de reporting. Por si acaso y sin valorar el coste para explotaciones medianas y pequeñas que informen de su actividad para monitorizarlas. Veremos qué empleo tiene esa información en el cementerio de los datos olvidados.

    En cuanto al resto, también hay que ser conscientes de la cadena de valor hasta que el producto llega a nuestras mesas. Y lógicamente, veo en el precio, un momento inflacionario como el actual, como el principal atributo que aprecia el consumidor. Yo.lo que le pediría a la UE, Tot, es que no disociase sus políticas medioambientales de las consecuencias económicas más que previsibles que puedan suponer. Tanto en el campo como en la industria. La solución no pueden ser aranceles para igualar los costes medioambientales a los productos de terceros países, si tenemos en cuenta cómo ha caído el consumo de productos fresco en España. Quizá sea el momento de replantearse políticas tan maximalistas.La industria europea está sufriendo los altos costes de la energía y de las emisiones. En la realidad, no ser competitivo o hacer una política de sustitución de importaciones que es lo que parece que propone la UE como única alternativa, se paga en bienestar. Aquí en España hasta 1959 experimentamos las delicias de la autarquía. Un saludo y perdona la extensión.

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    1. Muchas gracias, Sergio.
      Muchas gracias. Es conveniente aclarar todos los matices, anteriormente Daniel, también nos ha puesto los puntos sobre las IES.
      Las cosas se ven diferente si uno es víctima o verdugo.
      Creo que a corto plazo lo empezaremos a pagar.
      Me duele esta política cortoplacista.
      Gracias otra vez
      Salut

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