Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

miércoles, 24 de marzo de 2021

El Covid19 si entiende de clases sociales.

 



Con la pandemia no hay nadie que no haya tenido cambios en su vida.

Cambios laborales, sociales, familiares e incluso cambios a nivel anímico. Pero como siempre, hay  quien los cambios les afectan más que a otros, y me refiero a la clase social más deprimida.

Los Comedores Sociales ya no son comedor, ni son sociales. Son meras salas vacías. Allí ya no se puede comer en sociedad. Ahora se hace cola en la calle, se coge la bolsa de la mano distanciada a metro y medio y se la lleva a un rincón, a ser posible que de el Sol, para ingerir ya fría y dentro de un "tupper" lo que antes se tomaba caliente y en compañía, con posibilidad de repetir si el hambre iba con mucho retraso.

Ya no hablemos si el tiempo no acompaña, que en otoño y en invierno son mayoría. Tampoco hay posibilidad de ir al WC; ni de asearse, recurso que antes tenían, pues siempre había una toalla limpia, agua caliente y un quit de aseo. Pero eso, hace ya más de una año, y por orden gubernativa pasó al olvido.

La hora de la comida era una hora de camaradería, de cambiar impresiones, de darse ánimos y de no sucumbir delante la soledad de su futuro. Hoy, ni eso les queda.

El Covid19 entiende de clases sociales, no lo dudemos.

Amb la pandèmia no hi ha ningú que no hagi tingut canvis en la seva vida.
Canvis laborals, socials, familiars i fins i tot canvis a nivell anímic. Però com sempre, hi ha qui els canvis els afecten més que a uns altres, i em refereixo a la classe social més deprimida.
Els Menjadors Socials ja no són menjador, ni són socials. Són meres sales buides. Allí ja no es pot menjar en societat. Ara es fa cua al carrer, s'agafa la bossa de la mà distanciada a metre i mig i se l'emporta a un racó, si pot ser a prop del Sol, per a ingerir ja freda i dins d'un "tupper" el que abans es prenia calent i en companyia, amb possibilitat de repetir si la fam anava amb molt de retard.
Ja no parlem si el temps no acompanya, que a la tardor i a l'hivern són majoria. Tampoc hi ha possibilitat d'anar al WC; ni d'endreçar-se, recurs que abans tenien, perquè sempre hi havia una tovallola neta, aigua calenta i un quit d'higiene. Però això, fa ja més d'una any, i per ordre governativa va passar a l'oblit.
L'hora del menjar era una hora de companyia, de canviar impressions, de donar-se ànims i de no sucumbir davant la solitud del seu futur. Avui, ni això els queda.
El Covid19 entén de classes socials, no ho dubtem.


12 comentarios:

  1. Describes como nadie lo que ocurre en estos momentos tan duros en nuestra Barcelona.
    No es ni la sombra de lo que fué, por todos sitios, tristeza y desilusión con todo.

    Molta salut estimat Miquel.

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  2. Mi estimada MTRINIDAD. Como nadie sabes, porque piensas en ello constantemente, lo que significa estar en soledad y sin techo donde guarnecerse.
    Lo hablaba estos días con Mayte, mi señora, y cambiábamos impresiones sobre la afectación del Covid en las clases más depauperadas, porque si bien es cierto que afecta a todos por igual (la muerte no entiende de estamentos sociales), nos deja claro que se manifiesta con más promiscuidad con los más desamparados.
    A la carencia de higiene, propia de vivir a la mínima expresión, se junta ahora ese momento de compartir bajo paredes una comida caliente, al menos para cambiar impresiones con los demás, para ir a un WC limpio, como se merecen, para asearse y pedir a las hermanas ese quit de afeitarse que tanto les gusta; o las mujeres, que también las hay, para susurrarles al oido que necesitan de ropa interior; o para guardarse de la lluvia cuando están en la hora de la comida, hombro con hombro, como sosteniéndose unos a otros...
    Tal como dices, me invade una tristeza infinita.

    Un beso y buen día.
    Te me cuidas, porfa.

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  3. Claro que entiende. Hay familias que viven hacinadas en treinta o cuarenta metros cuadrados. Y otras sin techo que están todavía peor.
    Un saludo.

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  4. Cierto CAYETANO. Muy cierto.
    Un abrazo.
    Salut ¡

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  5. Este maldito virus lo está cambiando todo. Como siempre en la historia, los más desfavorecidos son los que más sufren.
    Ya no hay comedores sociales, ahora hay unos dispensadores de comida. Los alimentos se entregan en tuppers o en bolsas de plástico todo de un solo uso, lo cual no favorece nada a la sostenibilidad.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  6. El que ha passat es que el virus ha afectat aquest tipus d'ajut solidari, deixant en evidència la manca d'ajut social als més desvalguts.

    Salut

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  7. Todo es un cambio, y en el cambio, FRANCESC CORNADó, están perdiendo los de siempre.
    Un abrazo muy fuerte
    salut

    S´acepta, FRANCESC PUIGCARBó, l´ideia. és tal com dius.
    Cuidat¡ que aixó va per a llarg
    salut

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  8. Si que nos ha afectado a todos, e incluso económicamente. Pero si me permites, no tiene nada que ver con esto, indicar lo limpio y ordenado que se ve todo en la foto. Trabajé en una época de mi vida en un cole de monjas de bachillerato. El comedor, la capilla, las clases, todo respiraba orden y limpieza. Los menos desfavorecidos, también se lo merecen. Ya hace 35 años, recuerdo que era una sustitución de Química, madre mía todas eran chicas.
    Un abrazo

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  9. Suerte que van a formar gobierno en Cataluña y traerán justicia y sensibilidad social a todos los niveles. Siento el sarcasmo pero quiero evidenciar la distancia entre la política y la realidad social. Evidentemente que en sus negociaciones no están hablando de los problemas de la gente, están repartiéndose el pastel para disfrute propio en función de sus tácticas y estrategias y los comedores sociales ni existen para ellos. No son de su mundo. Salut y un abrazo, Miquel.

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  10. Es una tristeza que se está llevando el calor humano, la compañía, la palabra con la que compartir penas y esperanzas. Y lo peor es que al hambre y otras necesidades, se une el aislamiento que reduce al ser humano a la soledad impuesta por razones sanitarias.

    Abrazos

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  11. Cuando leo denuncias tan conmovedoras como esta tuya, TOT, siento una amarga mezcla de impotencia y rabia... Algo que Rafael Alberti supo expresar de manera certera.

    Lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
    Cuando desde el abismo de su idioma quisiera
    Gritar lo que no puede por imposible y calla
    Las palabras entonces no sirven, son palabras...

    Un abrazo.

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