En el antiguo Camí Reial de Valencia, en el cruce con el Camí de Cal Tet, nos encontramos con una masía que tiene orientado al sureste, lo que una vez fue su reloj de Sol.
De él solo quedan las señales, aquello que fue un rectángulo, y el orificio de la busca, el gnomon.
Me gustaría exponerles más cosas, el material conque fue construido, la numeración, las divisiones, y si hubo alguna marca especial que lo hiciera diferente, pero hoy, los relojes de Sol han pasado a ser aparatos obsoletos, ya sin ninguna utilidad en un mundo digital.
Su ubicación es: 41.31000763816304, 2.112400638378509
Aquí les dejo con el ejemplar, solo han de clicar para situarlo en el plano de El Prat.
A veces, la utilidad reside en el goce de la existencia de eso que ya no es necesario.
ResponderEliminarpodi-.
Posiblemente, sea tal como dices, PODI.
EliminarUn saludo.
Salut
La masia sembla habitada, veig canyes de mongeteres i sembla que a la porta hi ha una cortina.
ResponderEliminarSalut
Sí, sí que és habitada. Plena de productes agrícoles. Fins i tot té un tractor a la porta.
EliminarSalut
Siempre te digo q eres algo así como el arqueólogo real de los relojes de sol, gracias a ti, incluso los casi ya desaparecidos, como éste q hoy nos indicas, vuelven a la vida de tu mano ...aunq sólo el sol y tú recordéis su existencia, un beso enorme y agradecido mi querido MIGUEL!
ResponderEliminarLlevo encontrados unos veinte en el área de Barcelona y limítrofes, "olvidados", vamos, que no estaban catalogados, algunos en buen uso, son objetos que me apasionan.
EliminarUn beso grande, María.
Cuidate mucho
Una lástima que ya no esté. Un beso
ResponderEliminarEstar está, pero como sino, porque está abandonado, en eso tienes razón.
EliminarSalut, Susana
Si me permites un comentario, yo no diría que la poca o nula utilidad de los relojes de sol, no sea cosa de la época digital. Seamos justo, su declive ya es muy lejano en el tiempo. Dos siglos atrás un reloj de bolsillo, ya era un artilugio popular. Así que yo no relacionaría el declive con lo digital. Es más, creo que siguen teniendo la misma utilidad y virtud que hace dos siglos (por poner una fecha) que no es otra cosa que revestir de señoría y elegancia la propiedad que los sustenta. Por eso, aun hoy se siguen poniendo en ciertas fachadas (creo).
ResponderEliminarerrata: Donde dice "no sea..." debería decir, sea.
ResponderEliminarSea así, sí así lo ves. Nada que añadir. El asunto estriba en que se nos van perdiendo y no los reparamos, también, es cierto, porque no hay profesionales de la "cosa", porque todo parece sencillo y fácil, pero lleva su intríngulis el poner una varilla en su justo punto para que marque todos los días del año a las doce, cuando son las doce, y no desvaríe y vaya a "su bola".
EliminarSalut i bon día ¡
Un mundo triste en el que cada cosa tiene que tener su utilidad... para alguien que se siente inútil al menos cuatro veces al día, es un mundo, además, peligroso :)
ResponderEliminarLos tiempos cambian, y nosotros con ellos, Beauséant. A nosotros se nos cae el cabello y los dientes, a ellos, los relojes, la varilla de marcar las horas.
EliminarUn abrazo y buen día
salut
Miquel, el tiempo es el gran demoledor. Los relojes desaparecen y las horas siguen y siguen.
ResponderEliminarLa huella de un reloj de sol es como un fósil dejado en una fachada.
Salud
Un símil perfecto, Francesc Cornadó, un fósil dejado en una fachada. Así, sin más.
EliminarUn abrazote
Bueno, contento
ResponderEliminarde que se retome
está sección, al
tiempo, triste de
saber, que este
reloj no existe
ahora.
Voy poniendo alguno, Orlando, este lo he encontrado hace poco y estaba sin catalogar, como ves, solo queda la sombra de lo que fue, pero aún queda algo.
EliminarUn abrazo
Salut
Oh, Puig Gairalt en el frontispicio de tu blog. bravo, bravo.
ResponderEliminarSalud.
Me gusta todo del diseño, incluso las letras, (art decò); es curioso que los nombres propios los ponga en minúscula, hay algún secreto que no logro descifrar.
EliminarEl diseño del dibujo es precioso.
Un abrazo
Me uno al ¡bravo, bravo! de F.C.
ResponderEliminarMe gusta mucho ese proyecto del arquitecto Antoni Puig Gairalt para el restaurante del aeropuerto, similar a otras "casas barco", como por ejemplo los clubs náuticos de San Sebastián o Vigo. El dibujo es precioso, además; muy sutil. De él conozco la fábrica Myrurgia, en la calle Mallorca, de Barcelona (1930). Un edificio que recibió varios premios, que está muy en línea con los principios del GATCPAC. También la casa de Pau Casals en San Salvador, a quien en ocasiones acompañaba al piano, ya que era un buen músico. De su hermano Ramón, sus edificios en chaflán, también en Barcelona.
Un abrazo
Lo dejaremos unos días, mi gran Gran Uribe, porque es, como dices, muy sutil, muy limpio de líneas, "complejamente simple". Tiene una personalidad arrolladora.
EliminarLas líneas "puras", sin barroquismos, diáfanas, me gustan mucho.
Gracias por tu aportación, siempre sabes como encontrar los detalles que hacen cuadrar las entradas ¡¡
Un abrazote ¡¡
salut
¡Sí, déjalo unos días, please!
EliminarPor cierto, aquí te adjunto el enlace a un vídeo reivindicativo de su figura, en el que se habla de un libro escrito y publicado por una descendiente, Marta Cervelló acerca de Antoni Puig Gairalt (que siempre estuvo un poco ninguneado, a la sombra de su hermano Ramón). En él me entero de que es el arquitecto del marcado de Collblanc. En el vídeo sale ese dibujo del restaurante que encabeza tu página de hoy. Se ve que el hombre estaba muy ilusionado con el proyecto del aeropuerto de Barcelona; incluso montó una oficina para desarrollarlo, pero Madrit dijo que no y cogió una gran depresión.
EliminarEs un vídeo interesante. Ojo al dato: está en catalán, aviso a tus navegantes de allende nuestras fronteras.
https://player.instantvideocloud.net/#/embed/2d8f57f9b3/eb8e9c8c-ead6-d813-166d-def61bcbf793
Un abrazo
Que bueno Gran Uribe, que bueno ¡¡¡ Mira, lo cojo y lo pego para mañana, pues esta entrada es magnífica.
EliminarUn abrazo
Tengo dos relojes que me pongo, uno mecánico y otro de pilas de "esos modelnos" que te dicen las pulsaciones, lo que andas, te sirve de teléfono, piscina, jacuzzi y campo de tenis. Siempre me pongo el mecánico, creo que llegara el dia que los relojes mecánicos y los libros de papel sean un asidero donde buscar seguridad. Lo mismo pasará con los relojes de sol.
ResponderEliminarLlamame catastrofista pero es lo que pienso.
Un saludo
Siempre he llevado el mecánico.
EliminarEs alemán, un Zeppelin 127.
Jamás me ha fallado y no le hacen falta pilas .
Una maravilla
Un abrazo