Apariencia o Realidad. Un misionero y los abusos a menores

Es evidente que, como decía Bertrand Russell,  una cosa es la apariencia y otra la realidad.

Esta entrada me la tomo a nivel personal, por dos motivos; el primero, porque conozco  misioneros, en África, unos, en Sudamérica, otros; y en segundo lugar, porque conocí personalmente al tal Manel Sales, por el que hubiera puesto las manos en el fuego; me hubiera quemado, sin duda.

Gente como esta, que no personas, hacen que la credibilidad de una obra justa pase a ser vergonzosa. 

Caiga todo el peso de la Ley.

El Periódico. 4 junio 2024

Reciente el caso de los abusos en el colegio de los Jesuïtes Casp de Barcelona, y apenas unas semanas después de que la Conferencia Episcopal diera instrucciones para en estos casos alentar a las víctimas a acudir a la justicia civil, y no a la eclesiástica, la Escola Pia de Catalunya ha hecho públicos los abusos cometidos por un sacerdote escolapio en Senegal y ha anunciado que ha llevado el caso a la Fiscalía, aunque los casos están ya prescritos. La orden asume así, sin ambages, los hechos ocurridos en varios de sus colegios en el país africano: admite que tuvo conocimiento de los mismos y los tapó, asume que no actuó correctamente y pide perdón a todas las víctimas.

El sacerdote en cuestión es Manel Sales Castellà que, según expone la Escola Pia en un comunicado, durante 25 años, entre 1980 y 2005, "abusó de un importante número de menores, algunos de ellos alumnos de los escolapios de Senegal". Y lo hizo con total impunidad y con conocimiento del entorno, como admite la Escola Pia, que expone que los abusos sexuales de Sales eran conocidos por "parte de los alumnos y por los vecinos de los munipios" e incluso, según algunos testigos, por las direcciones y profesores de los colegios por los que pasó Sales durante su estancia en el país africano.

Fue en 2005, cuando un grupo de catalanes vinculados a Senegal y que hoy integran la Comisión de Defensa de Menores Abusados Sexualmente en la Iglesia en Senegal --creada el pasado febrero- denunciaron los hechos. Entonces, Sales regresó a Catalunya, fue apartado de las actividades que implicaban contacto con menores y se sometió a tratamiento psiquiátrico. Sin embargo, siguió ejerciendo como rector parroquial y teniendo un papel activo como secretario provincial y miembro del Consejo Presbiterial del Arzobispado de Barcelona.

No fue hasta 2018, cuando una mujer francesa denunció el caso, que la orden pidió explicaciones a Sales, que admitió todos los hechos y mencionó el caso de 17 menores. La Escola Pia informó al Vaticano y se inició el proceso para expulsar del sacerdocio a este hombre. La expulsión se hizo efectiva en marzo de 2019. Sales vive actualmente en un centro sociosanitario y todavía está bajo tratamiento psiquiátrico.

Respecto a la denuncia a la Fiscalía, que no tendrá recorrido judicial porque los hechos han prescrito, Vila subraya que con este gesto la Escola Pia quiere contribuir a que jurídicamente se adopten los cambios necesarios para que los delitos de pederastia no prescriban. Una petición que hacen insistentemente las víctimas de abusos en la infancia. "Es un modo de presionar para que las leyes cambien", ha insistido el provincial, que ha reiterado su "indignación y vergüenza" por lo ocurrido en Senegal.

Manel Sales, natural de Barcelona, se ordenó sacerdote e inmediatamente después fue enviado a Senegal, dado que había expresado desde un inicio su voluntad de ejercer de misionero. En el país africano estuvo desde 1980 hasta 2005, cuando estalló el caso. Cuando regresó a Catalunya, la Escola Pia lo apartó de todo contacto con menores. Antes de viajar a Senegal, según ha explicado Vila a EL PERIÓDICO, Sales dio alguna clase de Religión en la escuela pía de Sant Antoni, partició en actividades del grupo escolta de los escolapios de Sant Antoni y de las colonias de verano que los escolapios organizaban en Pineta.