Ayer preguntó María si dentro del estadio de Montjuïc, hubo, en algún momento, personal que lo habitara, y que lo hubiera escogido como vivienda.
Sí, María, lo hubo y se vivió allí dentro durante años.
Fue la época de la tercera gran migración hacia Barcelona; la primera fue para la Exposición del 1888; la segunda para la Exposición de 1929, esa inmigración empezó en 1923; y la tercera fue con el denominado fin de la autarquía, con los ministros tecnócratas como telón de fondo, por el 1959/60.
Ante la avalancha de personas venidas a Barcelona, desde otras poblaciones buscando trabajo, y como consecuencia la escasez de vivienda que en ese momento padecía la ciudad, las familias se instalaban donde podían, dando pie a multitud de agrupaciones, viviendas precarias, o barracas, aquí conocidas como chabolas.
Es evidente que quien no conoció aquello se le hace complejo, e incluso difícil entender como se vivía en el interior de lo que era el estadio y en su contorno.
Para hacerlo sencillo recurriremos unas fotos, fotos que les intentaré explicar, pero de las que desconozco su autoría.
Primero, un plano, para poder situar las diferentes colonias de barracas en la ladera de la montaña de Montjuïc:
El estadio en la parte inferior, a la derecha. Pasada la carretera, y encima de él, ya en la ladera de la montaña, Can Valero Petit, hoy Jardín Botánico.
Ahora, desde Can Valero Petit, en la ladera de la montaña, mirando el estadio, estadio que ya estaba ocupado por decenas de familias en 1965
En esta foto, el interior del estadio, pasillo de las gradas; mujeres lavando la ropa en unas fuentes (al fondo se ve otra fuente similar), que en un principio eran para refrescarse.
Aquí tendiendo la ropa en las graderías:
En esta foto, se observa como se cocinaba dentro de las instalaciones del estadio y se dormía, haciendo las familias vida en común, sin más que sábanas para hacer de tabique de separación.
Aquí hay una distribución de habitaciones vista desde el corredor de una grada, a modo de vivienda unifamiliar, dentro de una de las grandes salas interiores del estadio
Barracas de Can Valero Petit, ladera de la montaña; con el estadio al fondo, a mano izquierda, y el Palacio Nacional al fondo, a la derecha, con sus minaretes.
Con más nitidez y claridad. El estadio al fondo, de frente.
Y esta foto nos adentra a los juegos de la época, 1965/66/67/68/69... carreras sobre latas vacías en el desnivel de lo que se denominaba "calle"...!Tonto el último¡
Una foto muy curiosa: las aulas del colegio, sí, del colegio. Eran las estructuras de los tranvías puestos en paralelo donde escolarizaban al personal, dado que no había una infraestructura para hacerlos de obra, ni interés por hacerlas dignas. La esperanza de las autoridades es que la gente marchara de allí, por ello no se hacían construcciones de ninguna especie, ni sanitarias, ni escolares, ni comunales.
Se lo cuento a María de este modo. Conocí el Estadio de Montjuic habitado. Preparando los ejercicios para aprobar el examen físico y entrar en Milicias Univrsitarias —me parece recordar que en 1971 o quizá 1972 (lo suspendí)—, iba un par de veces por semana a practicar el salto de longitud, el de altura y la carrera de cien metros lisos. Era fácil acceder y había bastantes atletas practicando deporte. A la hora de cambiarme, antes y después de mi entrenamiento, aquello parecía un campamento de refugiados (en realidad, lo era). Los antiguos vestuarios, los pasillos de acceso, donde había ropa tendida, etc. Vivía mucha gente. Años después, vino la nominación para la Olimpiada, el desalojo, el vaciado de todo aquello, dejando solo la fachada. Nada más se conservó.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buen día, Gran Uribe.
EliminarEntrar a practicar deporte costaba dos pesetas, que es lo que te hacían pagar los "guardias de la puerta".
Aquello era un campamento, ni más ni menos.
Un abrazo
Os agradezco muchísimo todo esto. Sobre todo a ti MIGUEL. La verdad es que no sé qué decir, últimamente me quedo sin palabras ante muchas cosas de las que veo. Siempre que pensaba en refugiados españoles, me iba a la época de la guerra civil, pero es que esto es de los años 60. Siendo así, aun entiendo menos la poca memoria que tenemos y el rechazo visceral a los que hoy, tal cual hace nada nosotros, se ven abocados a abandonar sus pueblos para vivir dónde y como sea y además, salir adelante, porque aun así, a esos niños se les ve felices. No hace falta mucho para sentirse bien, deberíamos no olvidarlo. No olvidar nada. Un beso muy grande y mil gracias!
ResponderEliminarDe ahí mi visceralidad, María.
EliminarMira, la inmigración que se produjo a partir de 1923/24 a Barcelona, fue buscada desde aquí. Te explico: Se había de construir la línea de metro y perforar y hacer túneles..¿A dónde se fue a buscar la mano de obra?, pues a Murcia...¿por qué? por las minas...de allí vinieron, de la Unión, de Aguilas, de Cartagena, de Murcia capital, miles de personas, todas con experiencia, en el asunto de perforar la piedra; después, mucho después, a todos aquellos en forma despectiva, los autóctonos, para distinguirse de los foráneos, llamaron "murcianos" a todo aquel que no era de la casa, y a la mezcla de murciano y autóctono se le denominó "charnego".
Eso lo explico bien en el libro.
Y no hace falta mucho para sentirse bien, María, eso es cierto. Pero resulta que el ser humano nunca está contento, es el eterno insatisfecho, y pocos recuerdan sus orígenes, por ello digo que pasar de la miseria a la pobreza es un triunfo de gigantes.
Un beso grande
Cuando llueve, no es raro que oiga decir a mi madre "menos mal que tenemos un techo donde cobijarnos". Aunque ella siempre lo ha tenido, quizás sabía de qué hablaba. El somorrostro, Montjuïc,... todo eso convivió en su época de juventud.
ResponderEliminarpodi-.
Es una buena reflexión PODI, también lo decía mi madre.
EliminarYo he vivido con muchas goteras y suelo de barro, pero también, como todos, salí adelante.
Pero no hay que olvidar de donde se viene, porque sino uno se "agilipolla".
Un abrazo fuerte y saludos a tu madre
No sólo era un problema de Barcelona,la vivienda,lo fue de todas las ciudades.Despues de la guerra civil,la escasez ,la falta de planes y las migraciones desde los pueblos, favoreció los asentamientos. En Córdoba, el zumbacon, alcazar viejo, las riberas del Gualdaquivir. Aquí, valero,el estadio,la perona,son para mí conocidos.Pero paso igual en Galicia,Asturias,pueblos enteros desabitados,abandonados.
ResponderEliminarLo curioso,es que vuelve a ocurrir, en forma de aglomeración, con el alquiler por habitaciones,donde pueden vivir varias familias en un solo piso y no se hace nada.
Saludos.
En Barcelona se dió con más virulencia al ser un polo de atracción laboral con la construcción y obras de infraestructuras para la exposición del 29
EliminarEn el 59, ya no te digo: Seat y todo lo que le rodeaba de industria auxiliar. Ampliación y construcción del aeropuerto pista larga.
Ebro con su fábrica de tractores en Pueblo Nuevo. Allí todo era talleres de matricería y bobinajes...
En el cinturón rojo: Minipimer; Brow; Montesa/Derbi/Bultaco; Vanguard/Kolster..y diez mil industrias más que servían al resto de peninsular.
Eso atrajo a tanta gente que no hubo espacio vital, y de ahí la escasez.
Un abrazo
No creas, los asentamientos en Córdoba, por ejemplo, que yo veía en mi niñez ,en términos relativos de habitantes era mayor que aquí. Fruto de las represalias de la guerra civil, las transformaciones en el campo (después de la violencia, fueron desapareciendo los cortijos),la miseria en los pueblos era palpable, muy controlados por el sistema.
EliminarSaludos.
Un passat que fa angúnia, on vivia la Nuri, al costat mateix hi havia unes coves on hi vivia gent, en unes condicions encara pitjors. Encara hi ha llocs on la gent viu en aquelles circumstàncies... I compte que al preu que estan els lloguers ves a saber on anirem a parar.
ResponderEliminarSalut.
Si, cert, Francesc, sembla que és torni capa darrera, és impossible els preus dels lloguers. i els dels pisos..no ho entenc.
EliminarAixò no funciona bé.
Salut
Muy fácil ,hay más demanda que oferta y no hay plan de vivienda .Ahora todos los ministerios tienen nombres raros
EliminarEso...los ministerios son un misterio, Carlos...
EliminarY también vivieron
ResponderEliminargitanos , supongo .
Si, había de todas las mezclas posibles, y ningún problema, todo quisqui trabajaba..
EliminarAquí en Burgos a mediados de los 50 se empezó la Barriada Yagüe. luego la Barriada Yllera, luego las mil viviendas en Gamonal, La Barriada Inugara y muchas más para acoger a muchos emigrantes que venían de los pueblos a trabajar y para acoger la explosión demográfica. Eran casas humildes que se hacían con alquiler a veinte años y opción de compra a otros veinte si se quería. En total se podía alargar 40 años, lo que dio acceso a miles de personas a una vivienda digna, la mayoría a los 20 años de alquiler las podía comprar con un crédito a cuatro años porque el precio era bastante bajo, similar al de un coche. Un éxito de gestion inmobiliaria sin precedentes en España para los trabajadores más humildes y gente sin recursos. La gente cuidaba de su casa, aun estando de alquiler porque entendía que era suya y asi era. Mi abuelo que era ferroviario accedió a una de la Barriada Yague y eso que habia sido detenido por sindicalista y tenía antecedentes.
ResponderEliminarEste sistema funcionó muy bien, lo que no se el porqué dejó de aplicarse o si, no lo se. En España hay millones de viviendas, más de cuatro millones que siguieron este sistema.Sus beneficiarios pasaron en muchos casos de barracas o "debajo del puente" a estas viviendas.
Un saludo.
Creo que era un sistema que beneficiaba a todos, DANIEL. Ya Aristóteles, hace casi dos mil quinientos años, nos decía que "lo público se cuida menos que lo privado", en su libro de "Política", o sea, el ser humano siempre ha sido así, y si sabes que aquello pasará a tu propiedad, se le cuidará mejor.
EliminarUn placer leerte y saber que está bien...aunque con los del Gamonal hemos de ir con cuiadaoooo.
Un abrazote ¡
Historia de España que, por lo que veo, algunos no se han acercado todavía a conocerla. Porque la verdadera historia es intrahistoria, no solo fechas y nombres y episodios (todos ellos adulterados, por supuesto) Unos la conocen por haberla vivido en propia carne y otros por interés en saber las verdades. Hay quien todavía no se ha enterado. No creo que sea solo un tema de memoria, sino de interés por conocer el pasado que, nos ayuden o no desde insituciones, que seguramente poco y mal, debería ser un acicate para cualquier ciudadano de hoy.
ResponderEliminarVivimos otra época, y en ella las miradas son diferentes. La sociedad actual poco tiene que ver con aquella de hace generación y media, y las necesidades vitales cambian, tal como cambian los deseos.
EliminarPor otra parte, la memoria ayuda a conocer el pasado, la Histórica, eso ya lo hacen las instituciones, y la que no se nombra, y esa que no se nombra han de ayudar quien la vivió con aquellas y en aquellas vicisitudes.
Un saludo
Salut
Sabes,Miquel,en los sesenta ya tenía un seiscientos y hacía prácticas cerca del estadio luego me examine allí. Sabía que había mucha gente refugiada en el campo,pero no se notaba,nadie se veía salir ni entrar,es como si no existieran,no sé si en tu asentamiento pasaba lo mismo.
ResponderEliminarSaludos
Curiosamente Girona, también tiene su Montjuïc. No tiene estadio, pero tiene su castillo. Heroico en las guerras del francés, los llamados "Sitios de Gerona". Pues bien, mismo fenómeno. Chabolas. Misma época, mismas clases sociales. Todo alrededor de los muros del castillo.
ResponderEliminarNo lo sabía, Ricard. Por lo que se ve fue un fenómeno peninsular, eso de irse de los pueblos a las capitales, al menos en aquella época.
EliminarSalut
https://www.pedresdegirona.com/Imatges14/montjuic_sep_7.jpg
EliminarNo, en el nuestro el poblado se veía muy claro, si observas la tercera foto, empezando por la última insertada, donde observas los chasis de los tranvías que hacían de aula; después la de los chicos jugando con las latas y entonces verás la del poblado de Can Valero Petit, en ella, en la parte inferior izquierda, verás lo que quiere ser una acera, pues eso era una pequeña carretera; superada esta, yo vivía en una cota superior, al menos en tres bancales, y tampoco se veía movimiento dentro del estadio, y te puedo asegurar que la visión era espléndida, pero aquello era "otra cosa", tan "otra cosa" que los que habitaban allí no tenían ni un nombre, al menos que yo recuerde, designado.
ResponderEliminarHabía las Tres Banderas, Can Valero, Can Valero Petit, Bajo Piscinas, Tres Pinos...pero no recuerdo ningún nombre para los que habitaban allí.
Llevas razón en el echo.
Un abrazo
Perdón "hecho", me he comido la "h" ¡¡¡¡
EliminarEste fue el precio de la transformación acelerada de un país agrario en uno industrial, fenómeno que tenía que producirse sí o sí, y con todo el padecimiento y precariedad de quienes se lanzaron a emigrar de sociedades atrasadas y represivas hacia otras que ofrecían mayor esperanza. Tras el impacto brutal de la llegada de los emigrantes en pocos años se reconduciría el barraquismo hacia nuevas edificaciones construidas velozmente. Esta parte de la historia social la contaron novelistas y narradores como Armando López Salinas, Antonio Ferres -La piqueta-, Jesús López Pacheco -Central eléctrica-... Un lento amanecer para los que se aventuraron... Un abrazote.
ResponderEliminarLa creación de ciudades dormitorios tipo "Ciudad Satélite" en Cornellà, o Ciudad Cooperativa; o bien Gornal, en Hospitalet, son de esa época, sin duda, Joselu.
EliminarBuenos novelistas los que nos dejas caer, desde luego.
Un abrazo
Yo jugaba en Madrid con un amigo que vivía en una corrala.A lo sumo en algunos compartimentos tenían una habitación y un retrete por planta. Una vida y trasiego de personas humildes, que venían atraídos por la prosperidad del desarrollo de las grandes ciudades. Hay un filme,Surcos, de Nieves Conde que refleja toda esa dureza y tiene el colofón de una película de las grandes del género negro. El estraperlo y su contrabando en una España que se debatía en la autarquía. Esas imágenes de inmenso valor,Tot, pueden que sean más tardías y obedezcan al periodo del desarrollismo posterior. En el que tú eres un experto porque te has visto inmerso por experiencia propia en ese entorno, del que salió un titán como tú. Un abrazo,Tot.
ResponderEliminarSon unas fotos curiosas, testimonio de aquello, que fue así, sin más, SERGIO.
EliminarY te comentaré una cosa que solo he sabido valorar de adulto, yo estoy agradecido, muy agradecido, he conocido a gentes (plural) sin vanidad, trabajadora, humildes, buenas personas, sin ánimo de malquerer...y de diversas tendencias. Unos con la hoz y el martillo como llavero, otros con la cara de Franco en la carterilla de bolsillo; anarcos unos muchos, pero trabajadores en su grandísima mayoría.
Te aseguro, tómalo en serio, mi buen SERGIO, que como yo, la gran mayoría, pues me he criado entre gente que trabajaba y hacia el bachillerato nocturno, y no pasaba nada, todos contentos, esperando el fin de semana para ir a bailar de 6 de la tarde hasta las 9 de la noche...porque al otro día a trabajar y estudiar.
Los valores se aprenden en la calle, los buenos y los malos, pero he sido afortunado, siempre me he rodeado de personas de apretón de manos.
Un abrazote grande, como tu ¡¡¡
Salut
Ya que Sergio Munari (que no Bruno Munari, ya me lo he aprendido) habla de corralas madrileñas, escribía Baroja en "La Busca", hace ciento veinte años (en 1904):
Eliminar«“Era la Corrala un mundo en pequeño, agitado y febril, que bullía como una gusanera. Allí se trabajaba, se holgaba, se bebía, se ayunaba, se moría de hambre; allí se construían muebles, se falsificaban antigüedades, se zurcían bordados antiguos, se fabricaban buñuelos, se componían porcelanas rotas, se concertaban robos, se prostituían mujeres.
Era la Corrala un microcosmo; se decía que, puestos en hilera los vecinos, llegarían desde el arroyo de Embajadores a la plaza del Progreso; allí había hombres que lo eran todo, y no eran nada: medio sabios; medio herreros, medio carpinteros, medio albañiles, medio comerciantes, medio ladrones.
Era, en general, toda la gente que allí habitaba gente descentrada, que vivía en el continuo aplanamiento producido por la eterna e irremediable miseria; muchos cambiaban de oficio, como un reptil de piel; otros no lo tenían; algunos peones de carpintero, de albañil, a consecuencia de su falta de iniciativa, de comprensión y de habilidad, no podían pasar de peones. Había también gitanos, esquiladores de mulas y de perros, y no faltaban cargadores, barberos ambulantes y saltimbanquis. Casi todos ellos, si se terciaba, robaban lo que podían; todos presentaban el mismo aspecto de miseria y de consunción. Todos sentían una rabia constante, que se manifesta en imprecaciones furiosas y en blasfemias».
https://i.pinimg.com/564x/08/22/61/082261dca6019107b1823432dff72945.jpg
Eliminar¡Que interesante, Gran Uribe¡
EliminarGracias
Y que haya niñatos descerebrados que nos llaman "colonos"...
ResponderEliminarSólo la gente de pensamiento ultra, Anónimo.
EliminarSalut
Magnífico reportaje, Miquel. Gracias por mostrarlo.
ResponderEliminarCuídate.
Un abrazote, Paco Castillo...ha habido telepatía, hoy he pensado en ti..jejeje
EliminarSalut