Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

martes, 6 de septiembre de 2022

Cuentos de Navidad. Ícaro

 


 


A pesar de que su carácter no era lo que se podría denominar de "tranquilo", nunca estuvo más nervioso que en aquella ocasión.

Mentir no le venía de nuevo, pero aquella mentira debía ser la mejor, la más elaborada, debía ser tal, que no hubiere ningún motivo que hiciera plantear dudas al interlocutor, y a ser posible, que le impidiera hacer preguntas. Porque las preguntas estaban para responderlas, y en ocasiones las respuestas no se amoldan a lo que se desea escuchar.

Además intuía que los del Registro Civil estaban bragados en mil batallas, y daba por supuesto que jamás perdieron una.

 Ya en la cola esperó su turno. 

 El siguiente, escuchó desde el interior de una de las ventanillas que daban  cara al pasillo.

Detrás de un armatoste de madera, con pinta de pino gallego, pero con ínfulas de roble, sobresalía un brazo extendido con la mano abierta. Le entregó en la mano -la cara era casi imposible de ver-,  el certificado con el que el hospital daba fe del nacimiento  y el Libro de Familia donde se debía apuntar los datos del vástago.

¿Qué nombre quieren ponerle? dijo la voz que salía detrás del ventanal.
Icaro, contestó el aludido.

¿Ricardo ?, respondió el administrativo sacando la cabeza tras el marco con una mirada inquisitoria. ¡No ¡, Icaro , volvió a repetir nuestro hombre, pero esta vez en un tono más agudo.
¿Icaro ? retornó a reafirmar la voz en "off", remarcando la "i" como si no la hubiera escuchado con claridad.

Si, mi señora y yo deseamos ese nombre para nuestro hijo.

El administrativo se giró sobre si mismo alzó la mano y asió un libro monumental. Un mazacote voluminoso que llevaba por único y alarmante título: Santoral.

Pasaron segundos que se hicieron eternos.

Con la misma rapidez que traspapelaba las hojas arqueaba las cejas, y al mismo tiempo movia la cabeza de izquierda a derecha.

Imposible, no está en el registro del santoral. ¿Porqué Icaro ?

Porque Icaro desobedeció la Ley Divina. Desobedeció a Dios, fue la respuesta.

¿ A Dios ? ¿Y qué tiene que ver Dios con Icaro ? inquirió el administrativo.

Todo, respondió el aludido, recuerde que el sol, según Platón era la idea del bien, y que en nuestra religión nos basamos en la Teoría de la Reminiscencia de las Almas, que como bien sabe  es típicamente platoniana. Icaro al desobedecer la Ley Divina construyéndose unas alas de cera para escapar del Laberinto se quiso enfrentar al Sol, o sea, a la idea del bien, que según Platón, recuerde, era el Sol y que para nosotros es Dios. Este, por su arrogancia y soberbia le derritió las alas y le condenó por dos veces a la muerte. La primera estrellado en las rocas y después ahogado en el mar.

El administrativo, embarullado ante tanta explicación, llamó a lo que parecía un superior. Le explicó la versión que le había contado el hombre que estaba al otro lado de la ventanilla.

Al unísono le hicieron repetir la historia otra vez.

Apoyado en el saliente de la repisa cogió fuerzas.  Respiro profundamente y volvió a la carga.

Repetir el mito otra vez se dijo, punto por punto, despacio, recordando  el argumento y deseando no equivocarse para no dar pie a futuras sospechas.

Y otra vez la narración.

Pero...ustedes, su señora y usted,   ¿son católicos? ¿verdad? inquirió el administrativo de rango inferior.

No lo dude, no lo dude, señor, y como bien sabe Ud., a Dios, que es el bien,  no se le puede desafiar.

¡Inscribelo!, dijo el que parecía tener un rango superior. El subordinado, rápidamente y sin pestañear, como quitándose un peso de encima, estampó el nombre de Ícaro con los correspondientes apellidos en la página del Libro de Familia, en el lugar reservado a los descendientes.

 El mismo brazo que vente minutos antes le había arrebatado el Libro de Familia y el acta de nacimiento, le devolvió el papeleo.

Sin pensarlo dos veces bajó las escaleras que daban a Plaza Duque de Medinaceli, giró sobre si mismo, y miró sin pestañear el rectángulo que confortaba el reloj de sol bajo el friso de la portalada de aquel edificio. Sabía que nunca dió la hora, sino que se quedó inútil por falta de expectativa. El sol nunca había acariciado sus números.

 No era el único, pensó.

Sonrió, porque desde aquel momento su hijo llevaría el nombre de un proyecto fraternal. Proyecto de esperanza, y que pronto volvería a resurgir entre los hombres. 

Por enésima vez le brillaron los ojos recordando a la Comuna Icariana de Cabet.


PD. Esta narración salió a la luz hace unos cuatro años; hoy tiene unas comas más, unas pocas lineas menos y un idéntico sentimiento.

 

20 comentarios:

  1. Y és más real de lo que parece, aunque más novelada. ¿Verdad?

    Salut.

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  2. Hay poca novela, créeme, FRANCESC PUIGCARBÓ, al protagonista, en aquellas fechas, hace de esa historia cuarenta años largos, le costó mentir con aseveración.
    Tampoco se esforzó mucho.
    Salut

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  3. ! Jo!, en qué lío metistes al pobre funcionario. En mi caso, una hija se llama Rocío Aida(por la belleza del rocío de la mañana y la ópera). No podía ser al contrario. Hoy día es Aida, sin más. Tengo dos nietos, Xavi y Alex, así registrados, ya eran otros tiempos afortunadamente

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  4. Bon dia Miquel:
    Bonita historia la que nos cuentas, la de la inscripción de tu hijo Ícaro, muy interesante.
    A pasar un buen martes, abrazos.

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  5. Se ve que en aquellos tiempos invocar a Dios abría las puertas de la burocracia.

    En efecto, cualquier nombre que se saliera del santoral era rechazado por el Estado, fiel seguidor de la Iglesia. Como mucho permitían añadir otro nombre, sobre todo María, por ejemplo. En el caso del relato se logró Ícaro por la invocación y evocación divinas.

    Útil texto y no solo bien descrito. Un abrazo.

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  6. Rocío es un nombre precioso, CAR RES. Aida no se queda atrás.
    ¡Que fortuna estar rodeado de nietos¡
    Un abrazo muy fuerte

    Supongo, MTRINIDAD, que como esa historia hay muchas similares. esta, como ves, es una más.
    Un abrazote
    salut

    Las abrió, ¡vive Dios¡, FACKEL.
    Un abrazo.
    Gracias por tenerte por aquí.
    Salut

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  7. Cuan varem voler batejar a la Vanessa la nostra segona filla, el capella va fer un invent semàntic: Santa Maria Vanessa va dir, i es va quedar tan ample. Als tres mesos va deixar la feina per casarse amb una senyora, o sigui, la precuela del Bisbe de Solsona. Per cert que la parella del capellá també va tenir una besonada. Coses del ciri Pascual.

    Salut.

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  8. jejejeje, els ciris pascuals són verdaderament potents, FRANCESC PUIGCARBó, es veu que tenen efectes retroactius.
    Salut

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  9. Cuando practicaba zen, recuerdo que en París hubo una seshin en que unos practicantes que habían tenido un hijo lo bautizaron con un nombre a tono con nuestra práctica: "Pequeño dragón" o algo parecido. Hubo un tiempo en que los padres proyectaban sus ideales en el nombre de sus hijos y así en la transición hubo nombres como Libertad, Amor... Supongo que Ícaro responde a algo parecido, esa pulsión de orientar mediante el nombre la vida del hijo. Así, en los primeros años, creemos que podemos hacerlo. Sin embargo, mi experiencia es que los hijos son ocasional e ilusoriamente nuestros durante un breve tiempo pero que luego su vida es en cierta manera ajena a nuestros ideales porque les pertenece.

    Marcar a un hijo puede ser peligroso. Recuerdo el bellísimo poema de J.A. Goytisolo Palabras para Julia, musicado trágicamente con éxito por Paco Ibáñez. Este poema ha acompañado a julia toda su vida, elevando las expectativas que una vida común y vulgar no puede satisfacer porque julia no es JULIA, la del poema. Es terrible.

    Yo también creí que podía influir sobre la vida de mis hijas de alguna manera y así les di nombres de luz, Clara y Lucía.

    Hermoso cuento, no obstante. Lo he leído y me ha hecho pensar.

    Abrazo, Miquel

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  10. JOSELU: El nombre de Lucia es uno de los más bellos que puedan haber, sin menospreciar a los demás, por supuesto. Lucía me trae un montón de evocaciones, un montón, y sin duda alguna , de haber tenido una niña ese sería uno de los nombres a tener en cuenta.
    Por lo del significado de Ícaro, te diré que siempre me ha gustado, no por su simil, sino porque detrás tiene un significado que si se hubiera explicado a los del despacho del registro hubiera sido imposible que lo registraran.
    Si lo piensas en profundidad lo que te viene a decir el simil de Icaro no es el castigo de los dioses por no obedecer, sino por la soberbia. Enfrentarse al bien, ahí reside el quit que siempre me ha podido.
    Fue un punto que tuvimos en cuenta.
    Te aseguro que en ningún momento fue reflejo alguno de ninguna idea anarquista, no fue un movimiento que me atrayera en su momento, yo tiraba de la banda de los comunistas, y de estos me arrimaba más al PORE, como creo entiendes, no podía ser de otra manera.

    Gracias por las explicaciones de Palabras para Júlia.
    Un abrazo de todo corazón
    Salut

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  11. Hoy día no sería de buen tino fundar siquiera un falansterio. Sería considerado enseguida una secta y ve a saber qué graves acusaciones recibiría enseguida. Son tiempos de adscripción a la masa como nunca (ya tuvimos aquella larga preparación de los cuarenta años de dictadura) Mas...siempre hay márgenes y rincones en la mente de un individuo; puede ser suficiente.

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  12. Llevas razón FACKEL, basta con haber leído a Canetti y asimilar lo que nos quiso decir en su famoso libro.
    Hoy, sin embargo, engañan a la masa de otra manera mucho más sibilina cambiando la nomenclatura de las cosas. Cuando escucho eso de "Ministerio de las mujeres reproductoras" no puedo menos que pensar en la propaganda de una granja avícola, eso de las "gallinas ponedoras en libertad". No se porqué se me da que hay un nexo que lo une todo y, además, liga con el libro de canetti.
    Un abrazo y gracias por entrar a leer por aquí
    Salut

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  13. Se nota que eres ducho en filosofía Miquel, aunque creo que en el relato sobrevaloras la cultura de los funcionarios de la era franquista, poco dados a conocer la filosofía aristotélica.

    Tuve un buen amigo, maestro y socio que llevaba por nombre "Floreal". Hijo de un anarquista aragonés y asentado en el registro civil durante la república.

    Curiosamente, durante el franquismo no tuvo problemas para ostentar en el DNI su nombre, pero ¡¡ ay !!, a la hora de casarse tuvo que mudar de nombre en la documentación eclesiástica, bautizarse y cambiar su bonito nombre por el de "Juan".

    Una vez acabado el papeleo eclesiástico, siguió usando su nombre original, que sorprendía a bastante gente a la que tratábamos en la empresa, dado lo inusual.

    Muy poca gente sabía que correspondía a un mes del calendario revolucionario francés.

    Un abrazo.

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  14. Curioso el hecho, si, RODERICUS. Se de muchos anarquistas de la guerra civil que bautizaron a sus hijos con nombres de flores. Evidentemente era más sencillo si la persona que nacía era niña, porque poner Azucena o Lirio, como alguno que conocí, era más sencillo que Floreal a un varón.
    Buena anécdota.
    Un abrazo

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  15. Supongo que alguien en algún sitio alguna vez quiso ser Dédalo, Y me parece bien, que conste. Yo soy la cuarta generación D.F. y mi hijo la quinta, todos tenemos dos nombres pero a todos nos llaman D.F.

    Un saludo

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  16. Lo importante, D.F, es que te guste como te llamas, que con eso no hemos contado.
    Un abrazote grande

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  17. Ahora tenemos una libertad fenomenal, podemos elegir; la niña se puede llamar Vodafone y el niño Brexit.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  18. jajajajajaja....esa es buena, FRANCESC CORNADÓ ¡
    Salut

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  19. Bueno, hay ese jugador de futbol que le puso al niño Brooklyn. . .

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