Dispuestas estrategicamente frente a las puertas de los colegios, estas minúsculas tiendas vendían todo tipo de golosinas a granel. Desde una unidad de caramelo Sugus hasta una barra de regaliz, desde una variado de copos de nieve, hasta una sola bola de goma de mascar. Todo en unidades pequeñas, tan pequeñas como su establecimiento, y siempre al alcance de los bolsillos más paupérrimos.
Este que les presento es posible que sea el último que resiste, extinguidos ya, desde hace años, el de los Salecianos Rocafort y el del Paral lel frente al Talía.
Disposades estrategicament enfront de les portes dels col·legis, aquestes minúscules botigues venien tot tipus de llaminadures a granel. Des d'una unitat de caramel Sugus fins a una barra de regalèssia, des d'una variat de flocs de neu, fins a una sola bola de goma de mastegar. Tot en unitats petites, tan petites com el seu establiment, i sempre a l'abast de les butxaques més paupèrrimes.
Aquest que els presento és possible que sigui l'últim que resisteix, extingits ja, des de fa anys, el dels Salecians Rocafort i el del Paral lel enfront del Talía.
Ya los recuerdo, ya... Aunque no acabo de ubicar "el mío", más bien creo que no era cerca del colegio pero sí camino al mismo.
ResponderEliminarSaludos,
PODI-.
En mi barrio de Carabanchel ni siquiera teníamos un quiosco fijo, sino un puesto con silla plagable que cada día montaba la señora Pura y vendía cigarrilos sueltos, pipas, regaliz, paloduz, pastillas de leche de burra y algarrobas. El tesoro del barrio. Un lujo aquello.
ResponderEliminarSaludos.
A SBD les casetes de chuches varen desapareixer fa anys, queden les botigues com Gumin's i altres en llocs estratègics.
ResponderEliminarSeguro que habría por allí una casteta de estas, eran imprescindibles.
ResponderEliminarUn abrazo, CARLOS PORTILLO -PODI-
Salut
Ahhh, eso también pululaba por aquí, CAYETANO, yo recuerdo un puesto de esos en los Escolapios de las Rondas San Pablo, en Barcelona, a la esquina de la calle La Cera, y frente unos futbolines, un lugar estratégico.
Un abrazo
Auxò ja pertanya a un altre cultura, FRANCESC PUIGCARBó, per aixó dic que són els últims..
Salut i bon fred.
Los compro por bolsas grandes, para atender a los pequeños y grandes. Me gustan mucho las nubes, son mi debilidad, ese bocado tierno, dulce y esponjoso.
ResponderEliminarSalud
Y esta caseta que sacas es más bien de últimas décadas. Yo recuerdo las entrañables casetas o mejor, quioscos, de madera que iban envejeciendo como los dueños. Hemos comido chuches varios, desde chicles Talgo hasta algarroba, que sabía de miedo aunque era astringente. Y los tebeos...era mi ejercicio favorito a la vuelta del cole, dar varias vueltas a un quiosco a ver los tebeos expuestos. Otros tiempos...de uno mismo.
ResponderEliminarAgggggggggggggggg...norrrrrrrrrrrr CAR RES....recuerda que llevan mucho azúcar...acabarás bailando un candombe, al ritmo de Celia Cruz ¡¡¡ Azúcaaaa ¡¡¡
ResponderEliminarGuardate del frío....y es normal si tienes los nietos...¿a quién no le agradan las nubes?
Salut
Si, FACKEL, cierto, pero es la última, o así me lo parece, de las que quedan en Barcelona. No he visto otra desde hace tiempo, y antes de que se la lleven la dejo aquí para el recuerdo
Un abrazo
Las recuerdo perfectamente, especialmente la de la calle Rocafort, frente a los Salesianos. Ahora los chuches los venden en los supermercados, siempre en paquetes y tmbiñen los encontramos en las paraditas de la Granvía, esas que ponen a finales de diciembre hasta el día de Reyes. En estas paraditas se acumula la gente para contagiarse, se agolpan sin guardar el más mínimo cuidado de protección contra la pandemia, además de las paraditas de chuches en cada esquina colocan una churreria contaminante que apesta a aceite requemado de la peor calidad, así los niños y los adultos pueden atiborrarse de comida basura y además se pueden contagiar contentos y comiendo. Bravo por el ayuntamiento mata-niños y mata-adultos.
ResponderEliminarSalud
Lo del aceite requemado es de traca, FRANCESC CORNADó. Ciertamente se huele a manzana y media de los establecimientos dedicados a estos menesteres. Los evito cuanto puedo, de verdad.
ResponderEliminarEl de la calle Rocafort no creo hiciera un par de metros cuadrados, y siempre estaba atiborrado de niños. Todo se compraba por unidades, y no había día que no te tuvieran que parar porque aquello era un imán para los pequeños.
Un abrazo
Aquí(Cataluña) no se hacen buenos churros, ni porras. Los dejan enfriar y queman el aceite. Hay que ir a Andalucia: Granada, Sevilla, Córdoba. El secreto: están recién hechos (se consume mucho),calidad en el aceite, gran recipiente de cobre(nunca se quema el aceite, controlando la temperatura),calidad en los impulsores(los que inflan,la porra),más de uno y secretos. Resultado un producto de calidad, bien de precio, delicioso con chocolate.
ResponderEliminarLas chucherias, tienen que ser de buena calidad(de marca),con control de azucares y sustancias ácidas. No hay nada malo "per ser",es el abuso de consumo y la falta de calidad, como todo en la vida.
Ejemplos,el palo dulce es lo mejor que hay contra los resfriados,se va chupando haciendo pequeñas mordeduras, son raíces de un árbol que abunda en las sierras de todo el país.De estas raices dulces,se obtiene el regaliz,en pastillas como las Juanolas que se vendían y se siguen vendiendo en farmacia
Es que os gustan los extremos,da miedo leeros a veces.jajajajja.
Recuerdo algún kiosko llevado por un minusválido frente a mi colegio que vendía chuches y cigarrillos que se compraban por unidades y con ellos los adolescentes comenzaban su vida como fumadores cuando fumar era un rasgo de empezar a ser un hombre. Salut.
ResponderEliminarEs verdad , que recuerdos y, sobre todo el sobre sorpresa...
ResponderEliminarRecuerdos de esa entrañable Barcelona .
Un abrazo.
Bueno, CAR RES, en cada casa se hacen las cosas de maneras diferentes, ya lo sabes
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto JOSELU. Pienso que eso fue en la prosguerra, cuando quedaron tantos lisiados y la manera de vender el tabaco al detall, por unidades, era una forma de ganarse la vida.
Un abrazo
Salut
jejeje, BERTHA, ostras, lo del sobre sorpresa...ya no me acordaba.
Un abrazo
Las casetas habrán desaparecido pero no las chuches...Cerca de los cines suele haber tiendas. Aprovecho para decir que "odio" a los que comen pipas o lo que sea en el cine haciendo ruido...
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQué bonito recuerdo el kiosco de las chuches...
ResponderEliminarEn Sabadell, cuando era pequeña, me encantaba comprar chuches, siempre estaba pidiendo pesetas, a mi madre, a mi padre, a mi tía Júlia, y cuando tenía varias pesetas, me compraba de todo.
Lo que más me gustaba era el regalíz, que se me ponía la lengua negra, y el sabor me encanta, aquí en Barcelona, cuando mi hijo era pequeño íbamos a Gala Placidia, donde el Caspolino, me acuerdo que compraba chuches para mi hijo y él se columpiaba en las atracciones, nos quedaba cerca, y yo que siempre he sido una enamorada del sol, me acuerdo de esa terraza como tomábamos un vermout, com patatas chips y berberechos y luego a casa a comer sobre todo los domingos, los sábados hacia lo mismo pero antes compraba en el mercado de la Libertad, hace mucho tiempo que no voy, por la pandemia.
Muchos besos y abrazos Miquel.
Gracias.
jejeje, Las chuche siempre estarán entre nosotros, LUIS ANTONIO.
ResponderEliminarUn abrazo
Si, MTRINIDAD, aquello del Caspolino tiene mucha historia, hay una página, miraré a ver si te la encuentro, creo que es de Enric H March, que habla de él, y pone fotos, pero tengo que mirarla para no llevarte a error.
Y los berberechos con aquella salsa picante eran una maravilla, cierto.
Hoy el mercado está en fase de restaurar pero con poco ambiente, las personas no son proclives a hacer colas, y menos con lo que está pasando.
Un beso
Palos de regaliz, pegadolça, sobres de polvos efervescentes con sabor a naranja, pipas ( con sal y sin )......
ResponderEliminarY una entrada para el cine Céntrico y sus programas dobles, llevando la fiambrera con empanadillas para la merienda
Ya me acuerdo, has visto al señor de las chuches a la izquierda...!!!
ResponderEliminarhttps://enarchenhologos.blogspot.com/2013/03/el-caspolino-del-parallel.html
Muchos besos y abrazos.
En mi pueblo no había kioscos camino del cole pero si vendedores ambulantes de toda clase de chucherías ¡Que recuerdos! A mi me encantan todas las chuche sobre todo las nubes quemadas.
ResponderEliminarAbrazos.
Antes del vermout, íbamos a misa de 12, y mi hijo que era muy pequeño se portaba divinamente, sabía que luego habían caballitos, coches de choque y chuches.
ResponderEliminarYo me tomaba un Martini blanco, y mi hijo un cacaolat, la coca-cola la probó con 10 años y no le gustó, le alabo el gusto, ahora tiene 45 años y sigue sin gustarle.
Al señor de las chuches, era encantador me acuerdo de su cara de buena persona, sus ojos azules y muy vivos, era un encanto...!!!
Qué tiempos más buenos, y qué pena, ya no volverán, solo están en nuestro recuerdo que tú Miquel, me haces recordar.
Cuando yo, tenía mi blog, hice esa entrada del Caspolino, y una nieta a la que llegué a conocer le encantó, tengo las fotos si las quieres te las busco y te las envío.
Y el sol cuando te daba en la cara, un día de invierno soleado era un verdadero placer.
Besos y abrazos.
https://es.paperblog.com/a-mifernandez-tataranieta-de-la-sra-anunciacion-barrachina-sancho-fundadora-de-atracciones-caspolino-gala-placidia1942-200526-10-2013-2173819/
ResponderEliminarno era nieta, era tataranieta , perdón, en paperblog, todavía hay fotos mías de las Atracciones Caspolino.
Besos.