Hay, en su gestualidad, la crispación perenne del que se cree en la posesión de la verdad absoluta.
En una carta a una persona muy querida, Martín Heidegger, el filósofo del ser, escribía para atemperar las críticas a Adolfo Hitler, ya en el poder: “fíjese en las manos”.
Todos los megalómanos tienen gestos similares, siempre señalan, siempre acusan:
Foto L. VanguardiaFoto: L. Vanguardia
(Foto internet)
No es solo gesto, Miquel. Va acompañado de la palabra. Trump me resulta sumamente desagradable al escucharle, por lo que dice y por el tono agresivo. Hitler me pareció insoportable e hiperviolento -lo digo por todos los documentales y filmes en que aparece- y no se trata de compararlos. Hay otro gesto que me parece también repugnante en Trump: usa el puño a medio brazo alzado, por supuesto no es el puño de la resistencia obrera de otro tiempo, es el puño de quien te está diciendo que tiene verdadero poder y que te jodas si no estás con él y con el Imperio. Aunque todos los poderes pueden acabar cayendo, por supuesto.
ResponderEliminarMe he dejado la escoria de los Jameheini, Fackel.
EliminarLo del gesto iba por Heidegger, pero me resulta insoportables todos aquellos que sus ecuaciones vayan como esas reglas de tres compuestas, que en el numerador ponen pueblo, más patria, le suman progreso y lo dividen siempre por la palabra libertad.
Un saludo y buen domingo
Salut
Creo que en la ecuación o fórmula esa falta un componente decisivo: la religión. Fundamental desde principio de los tiempos y en vigor hoy para la discordia colectiva y la deshumanización.
EliminarSí, ya está colocado el del turbante ¡¡¡
Eliminarsalut
Los dictadores se podrían meter este dedo acusador en el culo, lo malo es que lo meten en el de su pueblo.
ResponderEliminarSalut
No hay nadie que dure en el poder más de ocho años que sea elemento de buen ver, Francecs.
EliminarEl poder corrompe.
Un abrazo
Francesc se me ha avanzado. Esos dedos amenazan romper tejido corporal, en lugares de los que se suele decir que pocas veces ven el sol.
ResponderEliminarBuen domingo
Suelo mirar los oradores, Ricard, y cuanto más tiempo están en el poder más se aprecia su tendencia a apuntar con el índice, por eso soy de la opinión de que los períodos en el poder han de ser cortos y controlados, sino todo se corrompe y de ser autoridad se pasa a ser mando, palabras que parecen iguales pero que sabemos no significan lo mismo.
EliminarSalut i bon día
Algunos de los que están ahí han sido elegidos democraticamente. Pero sólo me voy a parar en Trump,por supuesto sus formas no son las más correctas,pero tarde o temprano tenía que venir un presidente,que dijera,en el sentido económico, lo que él dice:!se acabó la fiesta!.No voy a entrar en detalles,no es el lugar,ni me apetece,pero precisamente tú eres de los que continuamente indicas,que en la fiesta se gasta mucho,así que lo entiendes.
ResponderEliminarMe parece que voy a disfrutar poco de las procesiones,por el tiempo,pero estar en familia compensa.
Saludos
Tanto mi familia catalana como la andaluza,nos queremos mucho,una suerte en estos tiempos de odios
EliminarHitler fue elegido democráticamente, Car Res, él lo fue, y muchos de los que no he puesto pues se haría interminable el listado de fotografías; también lo fue el hebreo, y el mismo Trump; cierto es que las formas son diferentes, pero fíjate en el asunto, todos están dispuestos a revocar constituciones, y enmiendas con tal de prevalecer otro mandato( Trump); es curioso, pero el poder atrae y cuanto más se está en él, menos democrático resulta.
EliminarY sí, creo que se gasta mucho (menda incluido), y que con menos se podría pasar igual de bien.
Supongo que en Córdoba estará todo a rebosar, pero es así en todas las capitales con procesión.
La familia, sin duda, es lo primero, Car Res. Suerte tienes, si señor.
Salut
Pues es verdad. Un beso
ResponderEliminarLos dedos apuntando no son buenos, Susana.
EliminarUn abrazo
Hay una variante: la de los pueblos árabes y los descendientes de los pueblos semitas. Les gusta mucho utilizar el gesto de levantar el índice apuntando al cielo, como modo de reafirmación, intimidación o amenaza. Es como si dijeran "Dios es testigo"
ResponderEliminarSí, son gestos sutiles, Ricard, pero por regla general se suele apuntar a la masa uniforme, englobando todos en uno.
EliminarHeidegger quiso congraciarse con Hitler, es sabido, además, le debía la cátedra al del III Reich, cuando fue apartado Husserl, (por ser judío) allá por el 33/34 y la aceptó en su lugar.
Creo que el fenómeno Hitler deberíamos dejarlo,como comparación política, es el equivalente al concepto fascista, del que tanto hemos hablado.Es como una tapia en la que se choca una vez y otra.Se hace más grande cuando la amplias a que lo votaron democraticamente. Ya lo sabemos,ahora toca situar la política y a los políticos en este tiempo,con los problemas de ahora:deuda pública,inflación,gasto público, subvenciones y otras.
ResponderEliminarSaludos
Se acepta, pero lo que sucede, Car Res, es que en la entrada hago mención por las palabras de Heidegger. Tal como lo expresas, y comparto, el señor hebreo es tan o igual (por su actuación en Gaza) nacionalsocialista , que no fascista-, esa acepción la dejaremos para hablar de lo que significa en realidad y quien la representaba, el fascio italiano-), que el susodicho Adolf.
EliminarSon, en realidad totalitarismos con marchamo de legalidad. Ciertamente, lo que veo, y al hilo de la entrada, es que todos los poderes y las el ejecutivo, se corrompen cuando pasa cierto período de poder, Car Res, eso en líneas generales, por lo que sería bueno ponerles tope y aclarar lo de los aforamientos, que venido al paso no iría nada mal.
salut
Car Res: recuerdo el Cristo de los Faroles, la plaza, en Córdoba, me dejó pasmao!
EliminarAmic Miquel, a mí, de pequeño, me enseñaron que no debía señalar con el dedo, que es de muy mala educación y que además es propio de personas malas. Cabría señalar que es un gesto propio de supremacistas.
ResponderEliminarAbrazos.
Mi madre, Francesc, me pegó una bofetada cuando un día señalé a una persona, allá en las barracas, me dijo que eso era de mala educación. Desde aquel día jamás se me ocurrió hacerlo.
EliminarSalut
Están bien buscadas esas imágenes. Son todos los que están pero no están todos los que son. Por ejemplo, Maduro (el amigo de Zapatero) señala mucho mientras llama imbécil a alguien.
ResponderEliminarPor otra parte, en realidad no hace falta ir a buscar a dictadores para encontrar a políticos señalando con el dedo. Es un gesto que les es habitual, en plan más o menos amenazador, depende del sujeto en cuestión. Cualquier por resumen por TV de las sesiones del Parlamento está lleno de esos sujetos señalizantes, en general a la bancada opuesta (donde están "los enemigos"). He visto con ese gesto a nuestro apuesto presidente; a Marijezú (ministra de Hacienda lanzando un ¡cuidao!); a Mónica García (Sanidad); a Ayuso (Comunidad de Madrid; a "La Yoli" (SUMAR); a Pablo Iglesias ("Taberna Garibaldi"); a Feijóo (PP); a Rufián (ERC); a Abascal (Vox) y a muchos más.
Un abrazo
Nada que alegar, Gran Uribe...NADA¡
EliminarTienes razón
un abrazo
salut
No soporto a los que se creen poseedores de la verdad absoluta...
ResponderEliminarSon los que siempre señalan con el dedo, Luis Antonio.
EliminarUn saludo
Salut
Y los que faltan en esa colección...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Cierto, un montón!!!!
EliminarSalut
Gente de "dedo fácil"; un peligro.
ResponderEliminarpodi-.