Para este filósofo, el dominio técnico sobre la naturaleza se extiende al dominio del hombre sobre el hombre, justificando formas de totalitarismo e ingeniería social, aupando los nuevos "hombres/estado" al frente de los gobiernos. Trump, Milei, Orban, Putin, Maduro, Alí Jamenei, Erdogan, Bukele, Kim Jong, Ortega, Lukashenko...
Por Clara González.Rémi Brague tiene un secreto muy bien guardado. Su obra, que ha plasmado ya en más de una treintena de libros y artículos, ha sido alabada por una claridad expositiva difícil de compaginar con la profundidad del argumento filosófico.
–¿Cómo logra ese estilo tan claro?
–El bolígrafo rojo de mi mujer.
Ella es el secreto. Madame Brague, con sus gafas de cristal volado y su stylo rouge, corrige lo que escribe su marido y le receta la reescritura cuando un argumento no se comprende del todo bien. El reputado profesor emérito de la Sorbona está estos días en Madrid para celebrar una conferencia organizada por la fundación Neos y que lleva el sugerente título de ¿Por qué el hombre occidental se odia a sí mismo? A esta y otras preguntas responde el filósofo y escritor francés en su entrevista con El Debate.–En Europa: La vía romana describe que una característica clave de la civilización europea es la adaptación a distintas culturas como Roma ante Grecia. ¿Cree que esta capacidad de adaptación sigue vigente en la Europa actual?
–Es la herida por la que sufre la cultura europea. Hemos olvidado esa llave de la cultura europea que es la actitud romana, es decir, saber que hay otra gente de la que podemos aprender. Por ejemplo, el mensaje de China es sin trabajar no se puede sobrevivir. Y lo que decimos nosotros, tomando las palabras de una ministra francesa, es que los chinos son hormigas amarillas. Los americanos nos dicen que no vivimos en paz, que la guerra es una posibilidad. Eso lo sabemos ahora a causa de Ucrania. Y nosotros les decimos: ustedes son cowboys. El mundo islámico nos dice: sin tener hijos no se puede sobrevivir. Y lo que respondemos es: ustedes son fundamentalistas.
Hemos olvidado el arte, la técnica, de aprender de otros. Y eso era lo que hicieron los romanos con los griegos. Militarmente, los romanos eran superiores, pero culturalmente entendieron que no podían compararse con la cultura griega. Los griegos son astrónomos, son filósofos, son filólogos, son médicos... y los romanos tuvieron que aprender de ellos. Eso es lo que tendríamos que seguir haciendo, pero tenemos un orgullo de europeo. Creemos que somos mejores, más hermosos, más civilizados. Hay un poco de verdad en esto. Europa ha hecho progresos fenomenales. Sin embargo, sin un poco de humildad, creemos que ya hemos tenido éxito en todo lo que era nuestra misión.
–¿Por qué ha cambiado esta capacidad de adaptación de Europa?
–Se ha transformado porque la historia de Europa es la historia de un éxito. Por eso, nos figuramos que el progreso va a continuar, que seguimos haciendo avances. Pero si hemos perdido la condición primera del progreso, no se puede seguir. ¿Por qué lo hemos perdido? Somos víctimas de nuestro éxito. Demasiada suerte.
–¿Hemos cambiado la adaptación por la imitación?
–Lo estúpido de la imitación es que vamos necesariamente después, somos el número dos. Hace falta esa actitud de humildad, un sentimiento positivo de inferioridad, la impresión de que tenemos que aprender, que no somos aun el primero de la clase. La imitación no basta. Tenemos que imitar lo que hace la imitación posible: la condición de posibilidad; y no directamente la imitación. Cuando imitamos a Estados Unidos, por ejemplo, tenemos McDonald’s, pero hay cosas más interesantes en la cultura americana, por ejemplo, ese modo de reírse de uno mismo.
–¿Qué papel cree que juega el cristianismo en la identidad cultural europea contemporánea?
–El papel de un manantial olvidado. No me gusta hablar de valores, soy enemigo de los valores; no de su contenido. Es interesante que ahora se habla de valores y no, por ejemplo, de virtudes, de principios, de leyes o de mandamientos. Cuando se habla de valores suponemos que son algo que ponemos nosotros. Los valores se quedan en el cielo de las ideas, ahí los hemos colgado nosotros mismos. Hay una dialéctica autodestructiva en el concepto de valor. Cuando digo que algo tiene un valor, quiere decir que yo he decidido que eso tenía un valor y por eso yo podría decidir, al revés, que ya no vale más. Hay una frase de Nietzsche que lo dice muy claramente: el valorar, el dar valor a algo es un tesoro. Es un juego de palabras en alemán, ya que ambas palabras tienen la misma raíz. El dar valor a algo tiene más valor que lo que considero como valioso. Puedo decidir si algo tiene valor, o al revés, y por eso me hago yo mismo el principio de los valores. Esto hace posible un relativismo radical, si yo decido sobre el valor de las cosas, si las cosas no tienen un precio o no son buenas en sí mismas, entonces yo soy el principio de todo valor. Y le puedo quitar el valor a eso que quiero desvalorizar. Por eso, prefiero hablar de bienes o de principios.
–¿Qué consecuencias tendrá para Europa olvidarse de sus raíces cristianas?
–Antes de todo, quisiera subrayar que el hecho de que mucha gente entre las élites de Europa de hoy odien el cristianismo es la mejor prueba de la importancia cultural del cristianismo. Cuando se odia a sí mismo, se debe odiar lo que me constituye, lo que hace que sea, mi esencia. Por eso, la gente que odia el cristianismo lo hace porque se odia a sí misma. Porque se odian a sí mismos, tienen que odiar todo lo que los hace lo que son.
Sin la presencia subterránea, más o menos consciente, de bienes de origen cristiano, no podría sobrevivir Europa a largo plazo. Puede ser que continúe como un coche al que se le ha cortado el motor. Europa pudiera bien seguir andando sin los principios cristianos, pero a largo plazo no. El cristianismo ha hecho Europa posible. Lo que los romanos hicieron ha podido seguir sus efectos benéficos gracias a la presencia del modelo cristiano, de la relación del nuevo al antiguo testamento. El cristianismo es al judaísmo lo que los romanos son a los griegos. Se podría escribir como aun ecuación muy sencilla. Puesto que el nuevo testamento, la nueva alianza, se puede entender solo sobre la base de la antigua alianza, por eso los europeos han podido seguir haciendo con el manantial griego lo que los romanos hicieron en el siglo II a.C. Sin ese motor, sin esa fuente de energía cristiana, no me parece que pudiera subsistir una cultura europea que mereciera el nombre de europea.
–¿Cómo podría evitarse?
–Redescubriendo el papel fundamental del cristianismo, y no solo como realidad cultural, que es cosa de historiadores o de filósofos de la cultura, sino como un tesoro que tenemos que apropiarnos otra vez. Los valores son cosas que están en el horizonte o en el cielo. Los bienes son cosas que tenemos que apropiarnos, cosas que podemos, por ejemplo, comer. La gente piensa que la tortilla de patatas es buena, y es buena porque pueden apropiársela comiéndola. Y eso mismo se puede decir con el cristianismo. Si el cristianismo no es una cosa viviente, una cosa vivida, con la cual y gracias a la cual podemos vivir, si el cristianismo es solo un conjunto de valores, entre comillas, entonces va a quedarse como objeto de estudio para los filósofos o los historiadores del pensamiento, y no algo que hace vivir. Sin una nueva evangelización, me pregunto si Europa no solo vale la pena, sino si podría sobrevivir a largo plazo.
–La conferencia que va a dar próximamente en Madrid lleva por título una sugerente pregunta: ¿Por qué el hombre occidental se odia a sí mismo? ¿Cuál es la respuesta?
–Mi tesis fundamental es que la raíz última de ese odio a sí es la envidia de sí mismo. Es un concepto muy paradójico. La envidia de sí viene del hecho de que las élites europeas se figuran que todo lo que son es el resultado de fuerzas ciegas, del azar y la necesidad. Cuando algo positivo acontece a una persona, cuando se gana un millón en la lotería, la reacción de los demás es la envidia: ¿por qué él y yo no? Lo mismo se puede decir con todo lo que acontece solamente porque el azar o la necesidad, o ambos, lo han decidido. ¿Por qué el hombre y no los demás animales? ¿Por qué el ser y no la nada? Lo que viene exclusivamente del azar tiene que producir envidia, la envidia de mí mismo. Por eso este concepto resulta paradójico. Se va a odiar todo lo que me hace lo que soy: mi sexo, mi edad, mi época, mi país, mi cultura, etc. Todo eso va a devenir objeto de odio, porque se cree que es solamente el resultado del azar, algo que hubiera podido no ser o ser otra cosa.
–¿Tiene que ver este odio con fomentar políticamente la muerte, como el aborto y la eutanasia?
–Sobre asuntos políticos tengo poquísimo que decir, especialmente sobre lo que acontece en España, porque soy francés. Tiene la gente que nacer en algún lugar. No he escogido el lugar de mi nacimiento. Sin embargo, lo interesante es que los políticos se entremeten en asuntos que no tienen nada de político, en el sentido propio de la palabra política, los asuntos comunes. Eso es lo que acontece en Francia. Los políticos cometen el mismo error que los demócratas en Estados Unidos, se preocupan de los problemitas de una élite muy superficial y no de los problemas de la gente común. Hemos inventado un adjetivo que no había, ahora se habla de problemas sociales en Francia. Social describe los problemas de la gente pobre, cómo van a ganarse el pan. Social son los problemas de los homosexuales, de la gente que quiere cambiar de sexo, no problemas de gente rica, problemas de lujo. La izquierda ha olvidado su dimensión social.
Confucio inventó la confusión. Seria el resum de Brague i la seva visió del cristianisme a Europa, que no entenc ni soc capaç de compartir. Quant a la dimensió social, suposo es refereix a l'esquerra francesa o el que en queda del partit socialista francès. Francament no m'ha acabat de convèncer.
ResponderEliminarSalut.
Evidentment es refereix a França.
EliminarTots són punts de vista, és clar. Del PSF poc queda.
Particularment m'agrada, ara bé, l'escrit es massa llarg para una entrada, i això fa que sigui dens.
salut
Este escrito es más largo que un día sin pan.Mi comprensión lectora es cada vez más baja,no te digo nada del poder de concentración (me bailan las frases,ya no sé si son afirmativas o negativas).Así,que sólo me quedo con la frase inicial del olvido de la izquierda de su dimensión. Si tomo como modelo a nuestro presidente,el pobre hace lo que puede,actualiza las pensiones(con errores),intenta volver al redil de la normalidad ,al mundo independentista,con abrazos,singularidad.Hasta quiere solucionar el problema de la inflación, de la vivienda,otra cosa es que lo consiga.Diria,que al menos en intenciones es de izquierdas.
ResponderEliminarQue seas feliz hoy
Me olvidaba, hasta parece ser que arreglará la cuestión de Muface,que metió la pata,eso también lo hace un modelo de izquierdas.
EliminarTienes razón, Car Res. Ya lo ví de entrada, y los jubilados tenemos la vista cansada, y los que no lo son llevan el tiempo más que justo.
Eliminarllevas razón. Lo que ha sucedido es que si no se lee íntegro no se puede entender el pensamiento de este filósofo.
procuro poner cosas cortas, nada enfarragosas, simples de lectura y rápido de digerir, pero aquí se me ha escapado la mano.
perdón
salut y a ver lo de Muface, que no sé como va, pero se supone que se arreglará.
salut
Mira la síntesis de MARÍA, Car Res: creo que lo explica rápido y genial:
EliminarEuropa no puede renegar de su raíz cristiana y considera q debemos aprender a reeditar nuestros valores ( aunq dice q no le gusta este concepto) y aprender del resto, como en el pasado hizo Roma de Grecia . Hay una realidad objetiva, nos guste más o menos efectivamente el cristianismo es el germen y el pegamento de Europa y seguramente su decadencia es
parte de la de esta vieja Europ q quiere ser moderna y ecológica pero se ahoga asfixiada por un oriente q como una maquina de picar carne lo engulle todo, un sur islámico que sube muerto de hambre fanatizado por el islam y una América anglosajona brabucona q quiere seguir jugando a ser la sheriff del mundo pero ni dispara tan rápido como los chinos, ni bebe tanto whisky como los rusos vocka... Total q sí, como dice este hombre o a prendemos de los demás o nos barrera del mapa tal cual en el pasado los bárbaros barrieron al imperio romano.
Salut ¡¡
Ser conservador es querer mantener laa virtudes que hicieron grande a Europa, basadas en el cristianismo. De otro modo el sistema no funciona. Un beso
ResponderEliminarVeremos como se nos pone el panorama, que no está nada claro, Susana.
EliminarSalut
Mi querido MIGUEL, me temo q la densa entrevista de este filósofo q nos traes hoy escocerá porque defiende la tesis de q Europa no puede renegar de su raíz cristiana y considera q debemos aprender a reeditar nuestros valores ( aunq dice q no le gusta este concepto) y aprender del resto, como en el pasado hizo Roma de Grecia . Hay una realidad objetiva, nos guste más o menos efectivamente el cristianismo es el germen y el pegamento de Europa y seguramente su decadencia es
ResponderEliminarparte de la de esta vieja Europ q quiere ser moderna y ecológica pero se ahoga asfixiada por un oriente q como una maquina de picar carne lo engulle todo, un sur islámico que sube muerto de hambre fanatizado por el islam y una América anglosajona brabucona q quiere seguir jugando a ser la sheriff del mundo pero ni dispara tan rápido como los chinos, ni bebe tanto whisky como los rusos vocka... Total q sí, como dice este hombre o a prendemos de los demás o nos barrera del mapa tal cual en el pasado los bárbaros barrieron al imperio romano. No entro a más porque como siempre me extendería una barbaridad pero me ha parecido muy muy interesante, mil gracias y un beso grande!
Genial tu síntesis, María, ¡Genial¡, tal como lo escribes.
EliminarMil besotes y gracias por dejar tu tiempo en esta entrada que realmente es larga y los que vaís con tiempo justo, es más de agradecer.
Un beso y mil gracias
Quise decir "barrerán del mapa" , ya sabes ...este móvil , q es un horror; )
ResponderEliminarMil gracias ¡¡¡¡¡¡¡¡
EliminarLa izquierda,
ResponderEliminary el cristianismo,
que errores más
grandes , sin
dejar atrás otras
religiones, y el
socialismo.
Ya sabes, Orlando, todo son puntos de vista, lo que a uno parece bueno , a otros no tanto.
EliminarUn saludo
Soy pesimista; mucho. Y sin ánimo de molestar a nadie en sus sensibilidades: Si el cristianismo tiene que ser el pegamento de Europa, apañados vamos. Lleva siglos como excusa para conflictos.
ResponderEliminarComo digo en otro lugar, Europa solo me parece un club de amigos, que solo se encuentran para ir de parranda y todos mirando al otro a ver si paga las copas. No sé, ya digo: soy pesimista. Si vienen mal dadas, que vienen; ya veremos si el pegamento, pega o solo ensucia.
Razón te doy, también yo veo que vienen mal dadas. Ojalá me equivoque.
EliminarSalut, Ricard
Amic Miquel, Europa tiene muchos frentes abiertos, cada uno a más conflictivo, desde las guerras comerciales a la presión migratoria, desde EEUU al islamismo, son guerras ideológicas y religiosas. La sociedad del bienestar por la que tanto se luchó, está herida de muerte. Si no se recupera el espíritu del esfuerzo, la productividad, los valores de la humildad, del respeto del conocimiento y la educación, todo se vendrá abajo. Tengo muy pocas esperanzas y además veo la ineficacia de la mayoría de los gobiernos que no están por la labor.
ResponderEliminarSalud.
Un punto de vista argumental que comparto contigo, mi buen Francesc.
EliminarUn abrazo y gracias.
La izquierda, para bien y para mal, ha sido un motor transformador de la historia, desde los sindicatos obreros y los partidos socialistas hasta el comunismo opresor y represivo. Su historia no es la de una luz que no tenga claroscuros. Y sigue teniéndolos. Ahora ya no asumen su historia a favor de acabar con las desigualdades sino que se han apuntado a las causas sectoriales del feminismo, el antirracismo, la agenda woke... Han dejado de ser izquierdas para ser progresistas y han dejado a la mayor parte de la sociedad fuera. ¿Quién te crees que ha votado a Trump? ¿Quién te crees que ha votado al Frente Nacional? La izquierda ha abandonado sus orígenes que han quedado desiertos y solo los partidos iliberales los atienden. No son fascistas, eso es un término de propaganda, es otra cosa. Curiosamente son los partidos progresistas los más antisemitas. Hay mucho progre que es antisemita y no lo sabe. La izquierda es izquierda caviar y el pueblo más abandonado solo es cortejado por algunos partidos de derecha populistas. Salut, Miquel.
ResponderEliminarSe debería retomar el significado de la palabra "izquierda", Joselu, porque hoy en día ha perdido significado.
EliminarEstoy contigo en eso de apuntarse a las causas sectoriales . De siempre, a la medida que han perdido adeptos, se han readaptado: Psuc/PCE/PC/IU/IU Verdes/IU Verdes /ECO-feministas/Podemos/Sumar...así hasta una nueva refundación.
"La izquierda ha abandonado sus orígenes que han quedado desiertos y solo los partidos iliberales los atienden"...Por supuesto, por supuesto que ha abandonado sus orígenes, de tal manera que ha abandonado incluso las palabras que le dieron fuerza: hoy nadie es obrero, aunque trabaje de riders; nadie es empleado, aunque trabaje en un banco y esté mal pagado; nadie sabe lo que afiliarse a un sindicato "de clase", porque "la clase obrera" se ha dado por extinguida.
Los primeros en votar las tendencias ultras son aquellos precisamente que temen perder sus empleos precarios, porque intuyen en que vendrá personal foráneo que podrá hacer su labor, y además a menor precio.
Un abrazo, Joselu. Un placer leerte
Salut
Joselu La gente como Meloni y otros muchos estan triunfando y más lo harán porque a la izquierda, en España y el Pepe, no le importa la gente normal. ¿Quien es gente normal? la gente blanca, heterosexual, con familia y con un trabajo normal.
EliminarDe estos no habla nadie, somos gente para recaudar, somos los paganinis de la fiesta. De ahí el triunfo de la derecha, que, espero, vaya a más, por cierto. Respeto a la propiedad privada, promoción del trabajo, bonificación al que se esfuerza, becas a los mejores, libertad de enseñanza, menos normativas, menos fanatismos ideológicos y ayudar al que arriesga a crear empleo y riqueza. No puede ser que ocupen tu casa y no puedas echar al parásito, por ejemplo y tengas que sustituir al estado en sus funciones.
Un saludo.
Salut, Daniel
EliminarUn abrazo
Roma empezó su declive cuando los romanos dejaron de ser soldados y "alquilaron" su defensa a los bárbaros. Roma respetaba las creencias ajenas, no se metía en la intimidad de los pueblos que conquistaba. Llegaba por la fuerza, derrotaba y se asentaba. Después empezaba a construir cosas, ciudades, alcantarillas, carreteras, acueductos, comercio seguro, seguridad en los caminos y mares, casas de baño, bibliotecas etc, por esas cosas Roma pasaba su factura, eso si, pero la gente normal, la clase media de las zonas conquistadas, mejoraba su nivel de vida. Te conquisto, pero mejoro tu status, este un modelo de éxito, la factura estaba "justificada" y eso le permitió asentarse durante siglos. Como hicimos los españoles en Hispanoamerica, mal que les pese a algunos gilipollas.
ResponderEliminarLuego los romanos no quisieron ser soldados, vivieron del Estado, el Estado mantenía a un montón de gente con pan gratis y actuaciones gratuitas, lo que ahora sería los subsidios y la TV con internet.
Nadie quiere trabajar porque no "encuentra de los suyo", "porque no le pagan lo que merece". Nadie quiere arriesgar a montar un pequeño negocio, porque lo primero que hace el Estado es pasar la caja para pagar a quien nada arriesga. El trabajo esta perseguido fiscalmente. La mayor aspiración del ciudadano medio es ser funcionario, pero no crecer en la administración, superarse... no, quedarse con los 1.500-1600 aurelios, se acomoda y piensa que es feliz porque no ha visto más cosas y no le interesan.
En Europa hay una inmensa cantidad de gente que se cree con derecho a vivir del esfuerzo ajeno y digo se "creen con derecho" y lo exigen y los políticos alientan esto porque les da muchos votos y esos votos les mantienen en el poder. Ahora están con lo de las pensiones y el transporte público, más pan, y gastado con deuda que crece de manera geométrica, ¿es normal gastarse lo que uno no tiene?, ojo, repito, ¿es normal gastarse lo que uno no tiene?. Que si, que todos tenemos derechos y eso, pero ¿es moral comprar votos dejando una deuda inasumible a los que vengan detrás?, yo creo que no. En mi casa yo no lo hago y si en mi casa yo no lo hago ¿por que defiendo que el estado sí lo haga?.
Hay gente que confunde el cristianismo con ir a misa todos los domingos, que es como decir que eres matemático porque sabes sumar. Yo no soy cristiano, no creo en dios, y mucho menos en su club de predicadores, (ni de la Iglesia ni los predicadores del socialismo, mucho más pesados y fanáticos).
La Iglesia ha dejado una huella en nuestra civilización, nos ha hechos como somos, somos bisnietos de Grecia, nietos de Roma e hijos de la Ilustración, querer renunciar a esta Cultura me parece un suicidio. Ir de tolerante con quien no es tolerante es de ser gilipollas. Como es de gilipollas, en mi opinión, decir que no quieres tener hijos porque "quieres ser libre" y atarte a dos perros y pasearles con "jerseicitos" por ahí, me parece a mi, no se.
Como esa moda estúpida de echar la culpa de todo a otros de forma individual, "si me va mal es por culpa del sistema etc, etc, etc" , mientras, al mismo tiempo de forma colectiva te autoinculpas, "tenemos que pedir perdón a estos o a los otros por nuestra Historia", que es una posición bastante deplorable, creo yo.
Hay un texto que me gusta mucho y lo resume muy bien:
"El progresismo es la religión del auto aborrecimiento. Le enseña a los blancos a odiar su raza, a los niños a odiar su sexo, a la mujer a odiar su femineidad, a los patriotas a odiar su país y a Occidente a odiar su historia. Qué cosa más despreciable y tóxica es." es de un tal Matt Walsh que no se quien es, la verdad, pero lo resume todo muy bien.
Bueno, creo que me he ido por los Cerros de Ubeda, pero es lo que hay.
Un salido, digo un saludo.
Soy Daniel, por si no se habia notado.
ResponderEliminarjejejeje, sí, si se había notado, Anónimo Daniel ¡¡¡
EliminarM ha gustado lo de Roma, has hecho bien en traerlo a colación.
Un abrazo
A ver si puede quedar claro,que cuando se habla de cristianismo,se refiere a la cultura,no a las creencias de cada uno íntimas,que merecen respeto.Nos guste o no,nuestra cultura es cristiana,fiestas,símbolos,lo son.Nuestros periodos de tiempos son cristianos,ni musulman,ni romanos ni budista.Navidad,Semana Santa,Cuaresma....
ResponderEliminarPor la edad,todos los que estamos aquí somos cristianos,porque nos bautizaron y eso es imborrable,porque la Iglesia no reconoce la apostasía y punto.Que alguno lo quisiera borrar,comprensible,por lo que escribe.
Saludos
Nuestra cultura, que duda cabe, es la cristiana, cultura que viene de la hebrea, la romana, la griega, la fenicia , la cartaginesa, es toda la influencia del Mare Nostrum, ni más ni menos, que no es poco, una cultura llena de matices, y si, cristianos, guste o no, porque de allí descendemos en linea directa.
EliminarSalut, Car Res
Comparto muchas cosas que dice ese señor y otras que dicen tus comentaristas. Otras, no. Pero como soy incapaz de añadir nada nuevo, puestos a escoger, me adhiero al comentario de María.
ResponderEliminarUn abrazo