Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

jueves, 11 de julio de 2024

La historia de un reloj de Sol

Esta semana hemos encontrado otro reloj de Sol abandonado. 

La historia que comparte el reloj es triste; el pueblo, Marmellar (Tarragona) se vio dividido con el estallido de la Guerra Civil en 1936. Por lo visto, allí se desató, entre los vecinos, una virulencia inusitada. 

Fue de esta manera como el pueblo quedó dividido entre los partidarios de la República y los del bando sublevado; muchos residentes huyeron o fueron reclutados por uno u otro bando. 

La iglesia fue utilizada como cuartel, como almacén de munición y como paredón, con lo que fue profanada, alterándose para siempre la vida de un pueblo que con sus casi setenta  habitantes estaban, antes de estallar la contienda, unidos todos casi familiarmente.

En los años sesenta ya no habitaba nadie, porque el pasado, siendo una buena referencia, ya no era una buena residencia, y el pueblo quedó abandonado. 

Hoy, hemos puesto el reloj de Sol; no estaba en el catálogo, y se me da que tampoco le importaba porque él vivía de las miradas de la población, independientemente de su ideología y condición.

El reloj lo encontrarán en la parte izquierda, mirando la foto, se observa la sombra de la varilla, entre la hornacina de San Miquel, que era el santo patrón de la iglesia, y el pequeño rosetón. Quedan, además, las muestras de la contienda si se observa con detenimiento la pared que aún, a duras penas, se sostiene.









17 comentarios:

  1. Pues bien, la hora la sigue dando y aunque no haya rastros de números él sabe qué hora es. Solo él, pues nadie hay que lo interprete cotidianamente.

    podi-.

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    1. Sí, aunque sea testimonialmente, la hora la sigue dando, ha sido el único que no ha marchado del pueblo.
      Un saludo, PODI.

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  2. Al Sol y a la Tierra les trae al pairo los conflictos humanos y las historias de sus culturas.

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  3. De buena obra, del mismo estilo de la zona, pero si ya no hay feligreses para qué darle una segunda oportunidad. La hiedra la quiere engullir, pero los cipreses siguen creyendo en Dios.
    Saludos.

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    1. Eso decía Gironella en su trilogía, Carlos. Los cipreses, y alguno más.
      Salut y bon día.

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  4. Aquest poble i aquest rellotge de sol malmès, tenen una història terrible al darrere

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  5. ¡Qué pena y qué duro debió ser vivir una contienda gigante, en un ámbito tan pequeñito! no me extraña nada que el pueblo quedara abandonado, demasiados recuerdos terribles para tan poca gente! Del reloj, sólo queda el palito, pero la torre se conserva robusta y firme, lástima de pintadas : ( Un besito y gracias siempre!

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    1. Sí, tal como dices, supongo que en un pueblo tan pequeño, donde todo el mundo se conoce, las ideas, los hechos y los actos no se borran nunca.
      No me imagino usar la pared de la iglesia como paredón, y sin embargo, los hechos constatan que así fue.
      Por lo que parece se llevaron hasta los muertos del cementerio para no pisar aquello nunca más.
      Quedó el reloj que no pudo escapar. Y la cúpula, de cerámica, y que aún brilla cuando el Sol le acompaña.
      Un beso.

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  6. Simplemente,
    una lastima.

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  7. Curiosamente, Tot, el reloj empujado por helios, siguió contando en soledad los minutos, las horas y los años. El pueblo y sus habitantes, anegados de rencor, y buscando mejor acomodo para sus vidas, fue abandonado. Qué periodo más lleno de asechanzas.

    Algunos, desgraciadamente, y no son pocos ni desdeñables en número, viven como en una cápsula del tiempo en ese infausto año 1936, bañado en sangre. Ven enemigos, amenazas y fantasmas por doquier. Lo que es peor, han perdido cualquier contacto con la realidad, y resulta imposible abordar cualquier problema, sin que la dicotomía ideológica esté presente. Antes de abrir la boca, para que ese censor que nos retiene para pensar por nosotros mismos, lo que nos alejaría del colectivo al que pertenecemos, lo pensamos bien. Y mientras ese reloj continúa su singladura por el tiempo, nosotros giramos como satélites en torno ese año treinta y seis y esas rencillas irreconciliables. Un abrazo,Tot

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    1. Que gran acierto en la frase: "...resulta imposible abordar cualquier problema, sin que la dicotomía ideológica esté presente..." Así es, todo es conmigo o contra mi. Ahora mismo estamos con los MENAs de Canarias. Seis mil menores de edad sin saber donde ir, que hacer, con quien estar; sin saber de su futuro, sus estudios, sus esperanzas...
      Somos unos salvajes, los de uno y otro lado, unos salvajes. Que esto se tenga que posponer, que esto se tenga que obligar "solidariamente", es cuanto menos, desesperante.
      Un abrazo, mi buen SERGIO. Un abrazo grande y fuerte.
      Salut ¡

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  8. Menas ?
    quién me
    lo va a decir,
    o quien me
    lo va a contar.

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  9. Llama la atención que en los artículos que he leído en La Vanguardia (en general de "Fotos de los lectores") no se hace mención a lo que sucedió en aquel lugar durante la guerra invivil. Será por desconocimiento o por no meterse en charcos.
    Testimonio de los pocos supervivientes del pueblo fantasma de Marmellar
    Por otra parte, mirando el enlace a Google Maps que facilitas puede apreciarse una vez más lo que hace la naturaleza en los lugares abandonados (pueblos, fábricas, urbanizaciones fantasma, etc). La vegetación recupera poco a poco lo que le perteneció en el pasado lejano.
    Un abrazó.

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    1. También, también lo he pensado. Me he ido incluso, Gran Uribe, a la I.A., y en Gemini, hay unas parrafadas extensas de lo que fue aquello, no así en Copilot. Después he preguntado a un señor, ya muy mayor, que vivió cerca de ese pueblo, en el Penedés, y me comentó que en los primeros días de la guerra incivil la iglesia se usó como escenario para fusilar, dado que el cementerio estaba al lado. La verdad es que el relato no es de lo más agradable. Incluso tengo unas fotos del reloj un poco más bonitas, pero ya una vez sacada la historia, la verdad es que el reloj es lo de menos.
      No es de las entradas, sobre relojes de Sol, se entiende, de las que estoy más contento.
      Aquello no tiene nada de agradable, pero el reloj insiste y está ahí, testigo mud de lo que pasó y vio, y no me extraña que esté acribillado, supongo que hay gente que teme, aún, que se ponga a hablar.
      Un abrazo fuerte

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