Lo más importante para un político debería ser favorecer la convivencia. (Hannah Arendt)

miércoles, 6 de marzo de 2024

José Antonio Marina: «Lo que quiero es leer aquello que me da la razón»


Por José María Sánchez Galera (Periodista)

Antes se decía que la historia es maestra de la vida. Algo que, a tenor de los actuales sistemas educativos y de la llamada «memoria histórica», parece que no se quiere tomar en consideración. A ello se suma otra serie de cuestiones: qué es la ética y para qué sirve; hasta qué punto el hombre es un individuo o parte de un colectivo. Son asuntos que, de una manera o de otra, van surgiendo en las páginas de Historia universal de las soluciones, el nuevo libro de José Antonio Marina.

En este ensayo, el filósofo propone una «academia de talento político con dos escuelas: una para desarrollar el talento político del gobernante, y otra el talento político del gobernado». Porque algún remedio ha de plantearse ante la política entendida como nueva religión basada en la fe inquebrantable y la adhesión ciega, o la sumisión que postula el Partido Comunista Chino por medio de su «carné de ciudadanía por puntos» regido por la tecnología.
Hablamos de un contexto en que, como decía Iván Redondo, lo que cuenta en política es la manipulación de las emociones. Marina cree lo contrario: hace falta una «vacuna contra la estupidez», pues ahora «estamos sustituyendo el comprender las cosas por un mero usar las cosas».
Cubierta de Historia Universal de las soluciones

Cubierta de Historia Universal de las soluciones

–En este libro, usted distingue entre «conflictos» y «problemas». ¿Cuál es la diferencia?
–Es una aclaración conceptual necesaria y que ayuda a comprender los males y las bondades posibles de la política. La política surge porque hay que resolver los problemas que aparecen dentro de la polis. Ahora bien, los enfrentamientos se pueden plantear en dos formatos distintos. Uno es el formato conflicto, en el que tú eres mi enemigo y yo voy a ver si acabo contigo. En este formato, lo que se quiere es la victoria; se aspira a que el contrincante desaparezca. Carl Smith —que era nazi y, sin embargo, es aceptado y aplaudido tanto por la extrema derecha, la derecha, el centro, la izquierda y la extrema izquierda— defendía la política como enfrentamiento: amigos y enemigos. ¿Eso a qué conduce? A la lucha, y en último término, a la guerra para aniquilar al contrario. No obstante, hay otra posibilidad, que es formular los enfrentamientos como problemas; ya no es que tú seas mi enemigo, sino que tú y yo tenemos un enemigo común, que es el problema. Y de lo que se trata es de eliminar el problema, no de eliminarnos el uno al otro. Un gran político es aquel que tiene talento para transformar conflictos —que tal vez pueden parecer irresolubles— en problemas, y entonces abrir paso a la solución.

Si fuéramos políticamente inteligentes, haríamos todo lo posible por encaminarnos hacia una cultura de las soluciones a los problemas y no esta lucha continua por el poder

–Ese no es el discurso al que estamos hoy más acostumbrados. «Votadme a mí, porque, si no, vienen los otros». Hay un destacado político que dice que lo que quiere es «levantar un muro».
–Todos los grupos políticos defienden el pluralismo político. Lo tenemos incluso dentro de la Constitución. Pero, en el fondo, todo partido político sueña con ser partido único. Porque piensa: «¡Qué bien arreglaría yo las cosas, si no tuviera a la oposición, que está poniendo siempre palos en las ruedas!». Por el contrario, uno de los objetivos de este libro consiste en que, si fuéramos políticamente inteligentes, haríamos todo lo posible por encaminarnos hacia una cultura de las soluciones a los problemas y no esta lucha continua por el poder. Lo que pasa es que, para eso, necesitaríamos otro tipo de educación de los políticos. La política convendría interpretarla como si fuera una gran conversación. Sin embargo, ¿para qué vamos al Parlamento? ¿Para qué vas a discutir, si nadie te va a oír? Si, cuando está uno en la tribuna, los diputados no están, o están mirando el móvil. Es una farsa.
José Antonio Marina durante la entrevista en El Debate

José Antonio Marina durante la entrevista en El Debate

–¿No participan también los votantes de ese forofismo político?
– No hay nada que sea más antidemocrático que el voto cautivo. Es decir: «hagas lo que hagas, te voy a votar». ¿Cómo voy a votar a alguien que sé que lo está haciendo mal? Si alguien a quien le has cedido tu confianza, y parte de tu libertad, no lo hace bien, no sigas insistiendo. No parece sensato. Pero, en este sistema maniqueo, los otros son los malos, y «yo no me puedo contaminar yendo con los otros». Este es el error de la política en este momento. La bipolaridad es un adoctrinamiento blindado: «yo no voy a cambiar de idea y, como no voy a cambiar de idea, no voy a escuchar lo que digas». Porque los prejuicios ideológicos tienen un mecanismo de blindaje muy especial, y no percibe nada más que aquellas informaciones que le dan la razón. Lo vemos en el consumo de medios de comunicación. ¿De verdad quiere la gente informarse? No: «Lo que quiero es leer aquello que me da la razón». Y eso produce una dinámica perversa.

No detectamos hasta qué punto las nuevas tecnologías nos están influyendo. ¿Por qué? Porque estamos muy contentos. Las nuevas tecnologías nos dan muchos premios pequeñitos, como el botoncito del «like».

–¿Sería lo mismo que «confirmar en la fe», por usar terminología religiosa?
–El problema está en que no someto las convicciones políticas a contrastación. Las acepto como una especie de fe. ¿Por qué una persona acepta una ideología en vez de otra? En muchos casos, una persona primero adopta una ideología política y luego intenta justificarla. La justificación viene a posteriori. Lo cual significa que no sirve nada más que para confirmar lo que previamente ya había elegido. Es lo que se llama razonamiento motivado. Esto lleva a una incomunicación tremenda.
–¿Cómo se está desarrollando el declive de la democracia y del pensamiento crítico en Occidente?
–En este momento vemos que gran parte de la juventud europea no valora tanto la democracia liberal; lo que quieren son los resultados. También están colaborando en ello las nuevas tecnologías. Porque, cuando hablamos de la adicción al móvil, nos quedamos en la parte más superficial. A pesar de que puedas estar dedicando cuatro horas a estar pendiente del móvil, la clave es otra: cuando una persona está tecleando en su pantalla, piensa que es muy libre, pero no se da cuenta de los miles de profesionales, con mucho talento, que están detrás de esa pantalla intentando que usted teclee lo que ellos quieren. Una enfermedad que nos está atacando a las sociedades occidentales es lo que llamo «Síndrome de inmunodeficiencia social». Igual que los organismos disponen de su sistema inmunitario, que les sirve para detectar los patógenos y producir anticuerpos, las sociedades han de tener un sistema inmunitario que les permita detectar los patógenos sociales. Y nosotros no lo tenemos. En general, las naciones de Occidente lo están perdiendo. No detectamos los peligros. Hemos aceptado la corrupción sin darnos cuenta de que era peligrosa. No detectamos el adoctrinamiento. No detectamos hasta qué punto las nuevas tecnologías nos están influyendo. ¿Por qué? Porque estamos muy contentos. Las nuevas tecnologías nos dan muchos premios pequeñitos, como el botoncito del «like».
José Antonio Marina

José Antonio Marina



26 comentarios:

  1. Fantástico este hombre! No tiene desperdicio nada de lo que dice, lo comparto al 100%. Vivimos en el mundo de las etiquetas, los prejuicios y las ideas preconcebidas, sobre todo y más que ningún otro ámbito, en la política.. la derecha aborrece a la izquierda., la izquierda a la derecha, todo se reduce a enfrentamientos constantes, jamás propuestas, nada constructivo, sólo críticas.. como dice este hombre, están instaladas en el conflicto permanente y por cierto, a veces son tan semejantes que ya no se sabe si los reaccionarios están a un lado o al otro, dependiendo el asunto, o en los dos. No se busca solucionar problemas, sólo detentar poder. Y sí, sólo escuchamos lo que queremos escuchar y siempre que esté de acuerdo con nosotros, el resto, o se desprecia minusvalorándolo, o se odia, es el enemigo. Este libro debería usarse como libro de texto en los colegios, al menos las generaciones futuras funcionarían de otra forma. Mil gracias, un beso grande!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te recomiendo el libro, María, es genial.
      Un beso

      Eliminar
    2. Por otra parte, es tal como dices, y pienso que una persona con prejuicios no hubiera leído esta entrevista, dado que el diario que la publicaba, en su página de cultura, era de tendencia conservadora.
      A qué nos lleva eso? A que sistemáticamente nos neguemos a leer todo aquello que no nos diga lo que queremos oír.
      Así nos perdemos la mitad de las cosas y no nos enteramos de la otra mitad.
      Un beso

      Eliminar
    3. Lo buscaré, descuida, pocas veces he visto explicar algo complejo, de una forma tan clara y como tu bien dices, transversal, si dogmatismos, ni sectarismos que es lo que ahora hace todo el mundo, un beso y muchas gracias MIGUEL!

      Eliminar
  2. Un señor muy lúcido, aunque quienes deberían leerle y hacerle caso, poco le harán-

    ResponderEliminar
  3. Creo,amic Francesc, que todos deberíamos leerlo, no nos salvamos nadie.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Siempre tan razonable y lúcido José Antonio Molina, he leído muchos de sus artículos y ahora creo que no me voy a perder ese libro. Necesitamos que personas como Molina nos vacunen contra la estupidez y contra la sensiblería ñoña que nos invade. Y necesitamos personas como Molina que suministren los muebles para que los cerebros de nuestros dirigentes estén bien amueblados,
    La entrevista es muy buena, comparto sus palabras.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El libro es muy bueno. Sin prejuicios, y con mucho sentido común.
      Vale la pena.
      Un abrazo

      Eliminar
  5. Prefiero discutir de fútbol, si entró o no entró (la pelota),delante de una sana comida,ya por mi edad no digo buena.Discutir(vale,hablar,intercambiar ideas),no lleva a ninguna parte.Lo único bueno que tiene la democracia(para mi),es que manda el que puede formar gobierno, en este caso el señor Sánchez y ya durante unos años no se habla del tema,para mi tranquilidad.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bien está si bien te lo parece, Carlos.
      Nada que alegar, por mí parte decir que me gusta que me enseñen, me abran la mente, y me ayuden a discernir..
      Un abrazo y buen día

      Eliminar
    2. Miquel, te voy a pedir perdón por adelantado, pero te voy a poner como ejemplo. Por lo que has dicho en varios blogs ,votaste socialismo(Sánchez) ,me parece muy bien, pero luego el señor se ha aliado con los independentistas catalanes y vascos, para formar gobierno y lo ha conseguido. Algo que no te ha gustado. Ya me dirás para qué sirve tanto razonar, estudiar, aprender, de política. Por supuesto Sánchez tiene todo el derecho, es la democracia.
      Un abrazo

      Eliminar
    3. Mi buen Carlos, te voy a contestar porque eres una persona a la que aprecio, y hace mucho que nos haces compañía, y como se de tú buena intención, lo mínimo es una respuesta.
      Mira, mi apreciado, voté socialismo, cómo bien dices, y bajo ninguna forma o concepto, voté personalismo.
      NO voté sanchismo, voté la idea primigenia de Josep Borrell, Felipe González , Alfonso Guerra , Solana o Lluch eso fue lo que voté, jamàs se me ocurrió votar una ideología, sino que en mi premió la idea, y no tengo culpa algúna de haber sido engañado.
      Y no has de pedir perdón, al contrario, estoy agradecido de que vengas por aquí.
      Un abrazo

      Eliminar
  6. No a todos nos gusta ver entrar la pelota y. nos atrae el mundo del pensamiento filosófico, científico o político, y está claro que José Antonio Marina se interesa por el núcleo duro del pensamiento en todas las direcciones, y proyecta una pedagogía para la formación del ciudadano, de la polis. Sus ideas resultan convincentes ante un panorama desolador política y culturalmente.

    ResponderEliminar
  7. Mira , otro que
    me apunto ,
    junto con
    Pérez Reverte,
    Moran, Savater,
    y el desengañado
    de Javier Cercas .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que te agradará.
      Lo bueno de Marina es su enfoque trasversal, su sentido común, su antidogmatismo.
      A él le importan las personas y le puede la filosofía.
      Es un libro de ir en la guagua, te gustará y no te hará divagar.
      Un abrazo

      Eliminar
  8. Me haré con él. Me ha interesado lo que dice.
    Entono el mea culpa: me gusta más leer los artículos y oír las opiniones con las que comulgo. Las otras ya me van llegando sin que yo haga nada. Y otro mea culpa: muy raramente me ha pasado cambiar de opinión después de mantener un "contraste de pareceres" con otra persona. Ésta ha de ser muy pero que muy convincente —una especie de Zapatero :)—. También he de decir que hablando me cuesta expresar exactamente lo que quiero decir y es fácil que el otro me líe. Por tanto, prefiero no discutir y hablar con la gente de cosas neutras a no ser que sepa que comulgamos lo mismo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entiendo perfectamente lo que nos significas, Gran Uribe, lo entiendo, y a no ser que la otra persona te conozca en profundidad es, tal como indicas, muy complejo el pronunciarse.
      Este autor es un referente, nos hace pensar y nos ayuda a discernir.
      No hay dogma, no hay padrenuestro, no hay mea culpa, hay, simplemente, una visión objetiva , donde podemos observar el interés en llenarnos de perjuicios.
      Si yo,por sentirme de otro pensamiento, hubiera declinado leer las declaraciones de Marina en ese diario, por ese prejuicio, me hubiera perdido sus palabras, esas que tanto me interesan..
      Un abrazo fuerte y gracias por estar

      Eliminar
  9. Sí, algunos siguen agrupando a autores que les dan la razón (la razón de lo que no conocen)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ciertamente, estamos rodeados de prejuicios, Fackel. Creo que eso nos resta visión, si yo hubiera dejado de lado esta entrevista porque la hacía una persona de tendencia conservadora, me hubiera perdido algo bueno, incluso el libro.
      Salut

      Eliminar
  10. Por lo demás, estimo muchos puntos de vista prácticos de Marina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Convengo en tu punto de vista, la filosofía ha de ser práctica, y creo que Marina puede darse el lujo de acercárnosla.
      Salut y gracias por estar

      Eliminar
  11. Toda lectura que someta nuestras propias ideas, nuestro pensamiento, a una mirada crítica, es enriquecedor, y José Antonio Marina en ese sentido es un autor más que recomendable por su ecuanimidad y objetividad (en esto me remito también a Emilio Lledó).

    Y esas cualidades (ecuanimidad y objetividad, que tú también le señalas, Miquel) es un aspecto que aprecio mucho de este autor, pues al contrario de lo que hacen otros de sus mediáticos colegas, no convierte sus análisis en un Panfleto Político para despotricar contra partidos o decisiones políticas que no le agradan, algo que vemos mucho últimamente a otros del gremio, y están en su derecho si quieren convertir sus consideraciones en un panfleto político (sea para atacar a la izquierda o a la derecha, me da igual), pero me genera mucha más adhesión y respeto el juicio equilibrado de Marina.
    Tengo en la memoria una de sus obras que leí en mi época universitaria; “Ética para náufragos”.
    Pues sí, es bueno que nuestras ideas se pongan en revisión, pasando su particular "ITV" de tanto en tanto.

    Abrazo fuerte, Miquel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahhhhhhh¡ , ese es un buen libro, si, Paco.
      Yo encuentro a faltar gente como Aranguren en los libros, como Balbín en la tele, como Labordeta en el Congreso.
      Gente que no esté atada por el miedo a perder la silla, gente que nos aconseje, y nos ayude a discernir.
      Un abrazote y gracias por estar junto a nosotros

      Eliminar
  12. https://elblogdepedrovicente.blogspot.com/2024/03/el-topillo-el-estropicio-reputacional.html

    Por ahí hay un personaje que iba de rojete (fácil en aquel tiempo) y ahora es consejero de Cultura por Vox. ¿Evoluciones ideológicas o de adaptación al negocio?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se convendrá conmigo en que la clase política está llena de arribistas. Que pocos aguantan el tirón de la pertenecía a un mismo partido, y que se cambia, por razones que no deseo entrar, de opinión según la conveniencia.
      Los tenemos en todos los partidos, y este de hoy es, además, la representación del político vividor, chusquero, rancio y maleducado, que con su corbata puede, como los sofistas, servir a uno u otro partido.
      Siempre según sus intereses.
      Adaptación al negocio, ninguna duda.
      Salut

      Eliminar