28.800 pesetas del año. 2.400 pesetas mes por un piso de 68m2. Eso en la Barcelona del febrero de 1965, casi cincuenta años. Y eso era el valor del alquiler, 2.400 pesetas mes, en el Barrio de Sant Antoni.
Los pisos siempre han estado caros en la ciudad, este es el ejemplo. ¿Cómo se podía pagar semejante barbaridad?, pues teniendo dos personas dormir con derecho a cocina. No éramos los únicos en semejante situación. Era costumbre dormir de "pensión".
Este es el contrato que firmó Pepita, "La modista", y el dueño del piso, don Pedro, cuyos devengos venía a buscar con puntualidad inglesa cada primero de mes.
Y es donde aprendí a ducharme una vez por semana abandonando la palangana de Can Valero, con un calentador de diez litros y que ponía el agua tibia sólo para la ocasión.
En el piso éramos cuatro: La Pepita, mi madre; Albert, un matricero muy bueno que no tenía más familia que la nuestra; Manolo, Guardia Civil, con siete hermanos Guardia Civiles y su padre en el mismo cuerpo, él se había dedicado a la música y formaba parte de la banda del cuerpo en Barcelona. Serio, enjuto, educado y culto, extremeño por más señas, de Trujillo, me ayudaba en los deberes que traía para casa y que no me daba tiempo acabar en la Escuela Industrial, pues el Bachillerato nocturno, de seis a diez de la noche se me hacía cuesta arriba después de haber estado trabajando todo el día.
Todo esto viene a cuento por la entrada de ayer en la casa de Francesc Puigcarbó, y en la que hablábamos de la capacidad de sacrificio, hoy, los del diseño de las palabras le denominan "resiliencia".
Las cosas, a nuestra edad, aquí todos rondamos los setenta, salvo excepciones muy puntuales, eran similares para todos. Trabajar desde que te salían los dientes, estudiar, y esperar el domingo a la tarde para tener unas pocas horas de asueto.
Quizá aquello no era tan malo, quizá nos fue bien para afrontar el futuro, quizá deberíamos estar agradecidos.
Nada nos viene de nuevo.
Una historia real como la vida misma, y es que así eran las cosas. En Mallorca era parecido, según relatan mis familiares. Supongo que en todos los lugares de España era parecido. Y la gente que tenía suerte, estudiaba con su propio esfuerzo, pues los que vivían en huertos iban a un colegio que era una sala de circunstancias, y los niños trabajaban como los adultos. Y los que tuvieron suerte, aplicación personal, y les fue bien, salieron adelante y se labraron un futuro. Y algunas personas pudieron aprender de esas experiencias y saben conocer y valorar lo bueno de la vida, y lo que vale la pena vivir.
ResponderEliminarTengo a bien contar con la amistad de Alfons B., cátedro emérito de teoría Económica de la U.B., J.S. Vila, y por más señas, mallorquín. Él, como tú, también me explicaba que en las islas pasaba algo similar, tal como dices "algo parecido", dado que las personas trabajaban 52 horas semanales (luego 48) y montones de horas extras, y el que no, tenía pluriempleo, porque los salarios, hoy nos quejamos, eran muy bajos, siempre lo fueron.
EliminarNo hay nada que nos venga de nuevo.
Si, si que hay. Hoy el panorama ha cambiado. Necesitamos trabajar menos horas para dedicar a lo lúdico el tiempo restante. No es que todo o debamos enfocar de cara al trabajo, pero no se levanta una casa si no es a base de esfuerzo y constancia.
Gracias por estar y explicarnos cosas de tu tierra.
Salut
Recordo que quan em vaig casar al 1970 guanyava 15 mil pessetes almes i em varen apujar a 18-000. D'hipoteca pagava 4.000 pessetes i de mobles la Fábrica 3.500. Anavem, sobrats, sortir a dinar a fora amb el seat 850 era molt barat, la benzina anava a 10 pessetes el litre si no recordo malament.
ResponderEliminarHe trobart aqui unes dades interessants que venen a dir que des d'aquells anys fins ara, algun ens ha res el pel i els quartos.
Costo de la vivienda: En 1970, el precio medio de una vivienda en España era de alrededor de 1,5 millones de pesetas (unos 9.000 euros al cambio actual). Sin embargo, en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, el costo era significativamente mayor, llegando a los 3-4 millones de pesetas (alrededor de 18.000 a 24.000 euros hoy en día).
Costo de los alimentos: Los precios de los alimentos en 1970 eran bastante más bajos que los de hoy en día. Por ejemplo, la leche costaba alrededor de 20-30 pesetas por litro (0,12-0,18 euros), el pan alrededor de 5 pesetas por barra (0,03 euros), y las frutas y verduras eran bastante más baratas que actualmente.
Costo del transporte: En 1970, el precio medio de un litro de gasolina era de alrededor de 10 pesetas (0,06 euros). En aquel entonces, un coche económico de tamaño medio costaba alrededor de 200.000 a 300.000 pesetas (unos 1.200 a 1.800 euros), mientras que las motocicletas eran más económicas y podían adquirirse a partir de unos 50.000 pesetas (unos 300 euros).
Salut i resignació
Si Francesc, estás en lo cierto. 3.500 a la semana, el oficial de primera más primas. Unas 18.000 al mes.
EliminarEl piso del que hablo costaba unos 4.200.000 pesetas, pero para comprarlo se tenía que tener la mitad del dinero en el banco y dos avaladores con cuenta en el mismo.
Se trabajaba un montón de horas, porque si recuerdas, tenías que hacer horas extras obligatorias.
La mayoría de las cosas se compraban a plazos, y se pagaban religiosamente, una deuda era impensable.
Me gusta que hayas puesto las cifras, nos idea de las cosas y el cambio monetario.
Nunca fueron fáciles las cosas, nunca, es por ello esta entrada, porque no ponemos las manos a la cabeza de los precios, pero no nos acordamos de las penurias pasadas.
Todo lo que no sea a base de sacrificio, y es al final a lo que voy, no resulta, porque no se sale adelante.
Veo mucho cristal y muchas depresiones, porque lo que se nos viene encima será duro.
Un abrazo
Sí; tot era car, i el lloguer que pagaven mons pares era molt inferior al que esmentes; unes 300 pesetes, quasi com el sou d'ell sense comptar les "propines" que podien treure's en moltes feines. Però se'n sortien, un projecte definit de què volien, una feina indefinida (fixe, en deien); totes dues coses ajudaven a portar el sacrifici que calgués amb orgull i honor.
ResponderEliminarUna cosa definida i una indefinida, ja veus.
podi-.
És que ens portem les mans al cap amb això dels lloguers, i sempre han estat cars. Després hi havien pisos més econòmics, els del Raval, districte V, carrer Carretas, la Cera, Sant Agustí... pis molt més humils, amb comú, però aquests eren pisos de 40/40m2 i amb dues habitacions com a molt, i la gent vivia, sense cap problema ni traumes.
EliminarNomés se surt a base d'esforç, Podi, no n'hi ha cap altra, i a base de treball. Avui desitgem les 35 hores setmanals, perquè la resta ho volem per al lúdic, i teta i llet no n'hi ha.
Si es vol sortir endavant cal donar-li al curro i a l'estudi.
Aquellos años fueron duros y teníamos asumida la dureza, trabajábamos y estudiábamos, no escatimábamos esfuerzos, pues sabíamos que sin esfuerzo no podríamos llegar a nada. Los alquileres eran caros. Todo era caro y los sueldos muy bajos, no había paro y el ocio era tan raquítico como los salarios.
ResponderEliminarSupongo que aquel esfuerzo y aquellos estudios que compaginábamos con el trabajo nos dotaron de una fortaleza que ahora hace que hoy nos indignemos ante la frivolidad de muchos individuos que rechazan el sacrificio y la asunción de responsabilidades.
Salud
Es, a grandes rasgos, lo que quiero constatar, Francesc.
EliminarEscucho las quejas, con motivo y razón, de los precios de los alquileres. Ahora bien, siempre han estado caros, no es una cuestión de épocas. La gente se casaba y vivía en una habitación de un piso alquilado, doy fe. Y salían adelante. Hay quien se casaba con una mano delante y otra detrás, de ahí las famosas listas de boda, porque los convidados al banquete nupcial te ayudaban a completar la casa. Desde el paragüero de la entrada hasta la cubertería.
La frase que tan bien describe la situación y que nos dejas: "el ocio era tan raquítico como los salarios", es de una certeza inigualable.
Nosotros, a nuestros setenta largos, vemos con preocupación como lo que se nos presenta les será muy duro de soportar a la generación que entra.
Hemos creado seres frágiles, endebles, poco dados al sacrificio. Pero eso no es culpa de ellos, eso, me parece, es más culpa nuestra.
Un abrazo
Todos los que veníamos de fuera de Cataluña, teníamos dos palabras que continuamente repetíamos: maestresa y jefe.
ResponderEliminarLa primera para referirnos a la dueña del piso que nos había subalquilado una habitación ,la segunda para referirnos a cualquier persona en el taller o fuera de él .
El barrio de San Antonio y sus alrededores, por su situación cerca del centro y metros ,era idoneo para el alquiler. En mi caso ,mi primera maestresa era maña ,menudita, pero muy trabajadora, siempre de negro .El jefe, también maño buena persona, con tres trabajos, el de más tarde telonero en un teatro del cercano Paralelo. El pisito en la calle Salvador, donde dormía en un altillo con suelo de madera.
Saludos.
Ahhh, que buena palabra, "mastresa", el ama de la casa, cierto Carlos, cierto.
EliminarSiempre conocía persona pluriempleadas, incluso quien tenía trabajo los fines de semana, de acomodador, o taquillera. A nadie venía de nuevo.
La calle Els Salvadors, pequeña travesía cuna de la rumba catalana y que da por un lado a La Cera y por otra a Sant Antoni Abad, era el epicentro de lo fabril. Allí, en esa pequeña calle, había las salas de despiece de cárnicas del Albert, que tenía paradas en Sant Antoni, unos lavaderos, donde la gente del barrio llevaba la ropa a lavar, pues no había lavadoras ni posibilidad de poner ninguna en los pequeños pisos; cuatro o cinco bares de comida, una casa de luthier...Y a las seis de la mañana todo quisqui a trabajar...
Salut Carlos
He mirado una nomina mía cuando era aprendiz en 1968 mes de MARZO 9.873 pts y 11 cts.
ResponderEliminarEl piso en 1973 barrio de HORTA 605.240 pts.
En 1982 siendo ya oficial de 1ª unas 55.000 pts
P.D. De aprendiz 9 horas diarias y currar el sabado 5 horas total 50 semana
EliminarHubo un cambio salarial grande de los 70 a los 80, recuerda las huelgas del metal y los problemas de habían, incluso hubo un muerto en la Seat.
EliminarMuy bueno eso de las nóminas, los papeles hay que guardarlos para poder tener constancia.
Un abrazo y gracias
Mis sudores me cuestan tener tantos papeles no se ya donde meterlos todas las nominas arbitrios y demás gabelas las tengo atesoradas.
EliminarEso de compartir piso de entonces – preciosa la historia que cuentas de tu estupendo libro, “La sombra se equivoca de dueño”)- es lo mismo que hacen hoy los estudiantes. Mis hijos estudiaron en Madrid y cada vez que por lo que fuera tenían que cambiar de piso, era toda una odisea. Curiosamente a un estudiante le podía salir más barato vivir en pleno centro ( Serrano, Goya, Velázquez ) porque ahí como las casas son enormes de 6 y 7 habitaciones aunque el alquiler superara los 5.000 euros al mes dividido entre los 6 o 7 que la ocupaban, salía más barato que vivir en barrios más periféricos donde las casa son de 3 habitaciones con alquileres que no bajaba de los 2.500… en fin, una locura! y sí, cuando ahora la gente se queja de lo duro que es salir adelante, me pregunto cómo hacíais entonces estudiando y a la vez trabajando en más de un trabajo con esas jornadas súper lárgas, incuídos los sábados o cuando antes se emigraba con una maleta atada con cuerdas, sin hablar ni una palabra del idioma del país al que iban y hoy salen, cierto, pero sobradamente preparados, dominando además dos y tres idiomas…nada que ver! Nos hemos hecho unos blandos llorica manteles jajaja
ResponderEliminarLo bonito de ese tipo de vida que describes, dentro de su dureza, es que tal cual comentas, como que formabais una familia entre los ocupantes, gracias por compartir estas cosas. Beso grande MIGUEL!
Mira, María, a las 6 y 30 sonaba el despertador. A las 7 salias pitado de casa y llegar al trabajo no dejaba de durar una hora. De 8 a 13´30 y de 15 a 18. A las 18´30 en la Escuela Industrial, hasta las 22...y llegabas a las 22´45, de la noche porque todo se hacía andando, ni habían autobuses, ni dinero para cogerlos.
EliminarLos sábados también trabajabas, pero era sólo por la mañana.
Las personas que no estudiaban se quedaban a hacer horas extras, casi siempre hasta las 20 horas.
Todos formalizábamos parejas a los 23/24/25 años, y las cosas eran serias y así nos las tomábamos.
Pero es de agradecer todo aquello, porque de aquello esto, y es gracias a todos aquellos esfuerzos, los tuyos, los de tus padres y los de la gran mayoría de personas que conocemos hoy tengamos esta calidad de vida.
Otra cosa que no he entendido nunca, ¿por qué y a santo de qué quitaron las escuelas nocturnas?
Los papeles originales van bien para demostrar que no es simplemente hablar por hablar, sino que lo que se habla es lo que era y lo que pasaba.
Un beso grande y gracias por pasarte
No Miquel..., siguen las escuelas nocturnas en la democracia les llamaban PUB´s era una especie de BAR pero mas elegante y mas caro.
EliminarQué buenos los tiempos remotos, en algunos casos más precarios, pero en mi caso, ni mucho menos infelices. Es ésa desazón de Hemingway, o de García Márquez, que vivían en sus inicios en el filo de un alambre económico e incluso existencial, como a un Gabo que de no tener benefactores, se habría retirado de su etapa parisina con las orejas gachas.
ResponderEliminarAunque volvemos a tiempos de precariedad, que como muy bien dices, se esconden tras eufemismos. Sí encima se redondean con un pomposo anglicismo, el éxito y lo cool que me resulta el artículo, raya lo hilarante. No hace mucho, en uno de los periódicos más independientes, eso proclaman con mucho solaz, destacaban dos modas entre la juventud. El home sharing que disfrazaban de conciencia ecológica y compromiso con la sostenibilidad y no por tanto por la escalada de precios, que en las grandes urbes han logrado los precios de los alquileres y compras de inmuebles. No hay que molestar a nadie,ahora que gobiernan los nuestros y más del 30% de mi presupuesto es la publicidad institucional.
En ese mismo artículo, se predicaban las bienaventuranzas de otro fenómeno. El nesting, que proviene del inglés nido y que consiste en quedarse en casa para alternar con los amigos. No me imagino a unos vecinos tan contentos como el articulista, por el bullicio que caracteriza esos encuentros. Continuaba dando unas series de cifras para hacernos una composición de lugar del fenómeno, más acusados que en el resto de Europa. Por supuesto, querido Tot, suena mucho mejor que nuestros jóvenes adoptan la moda del nesting con más ahínco, el doble que el de sus coetáneos en la UE. Suena mejor que reflejar que aunque haya algunos que acojan gustosos esta moda( no sé qué tiene de novedoso quedarte en casa a tomarte unas copas), la mayor parte de los jóvenes si se quedan en sus casas, es por su precariedad económica. No porque les encanta quedarse en casa. Aunque claro, es mejor no molestar y disfrazarlo con un eufemismos. Todavía, pensará el plumilla, si gobernasen los otros. En fin, un placer leerte,Tot. Aunque pensaba en que nuestra evolución se convierta en involución para nuestros hijos y nietos, y algunos lo celebren con anglieufemismos.
Es que el marketing se ha impuesto sobre el debate político, mi apreciado Sergio, eso es indudable, no te extrañe, entonces, que los eufemismos estén la orden del día.
ResponderEliminarAhora que las pantallas tapan realidades, nos imponemos el home sharing con la excusa del ecologismo prominente y el progresismo palpable. Pero es la mima pobreza disfrazada de palabros.
Todos sabemos que la primera víctima de la guerra es la verdad, por ello ponemos palabras agradables a hechos que no lo son tanto, disimulando el problema y tachándolo, en todo caso, de puntual.
Pero sólo tenemos que recordar las palabras de Ortega: " La realidad se venga cuando no la aceptan ni reconocen".
Creo, y me preocupa, no lo negaré, que el bienestar del que yo he disfrutado estos últimos cuarenta años, o sea desde los ochenta del siglo pasado, jamás se vuelvan a dar en esta España donde lo nuestro es la fragmentación institucionalizada.
Un abrazo y gracias por pasarte
Gracias a mi "insultante juventud" no he conocido esto, pero si he visto a mi padre trabajar de lunes a viernes de 6-2 y de 4-8, los sábados de 6-1 y también le he ido a buscar a la fabrica de niño muchos domingos por la mañana cuando se rompía una máquina, pero muchos.
ResponderEliminarUn hombre que costeó dos carreras a mis hermanas y si yo no hubiese sido tan "pendejo" tambien me la hubiera costeado aunque hubiese tenido que ir los domingos por la tarde.
No esperaba nada de nadie pues nadie le dio nada, pero con los años y con los estudios que, aunque parezca increíble, fue haciendo cogió un buen puesto y tenía bastantes personas a su cargo. Era una persona respetada y querida, muchos le definieron como una "institución" dentro de esa fábrica donde dejo su vida. Nunca me sentí solo, nunca sentí su ausencia, todos los domingos íbamos a comprar dos periódicos para él y dos tebeos para mi, la revista Hola para mi madre y otros tebeos para mis hermanas.
Recuerdo cuando pago la última letra de la casa, que hizo una celebración, la pago en cinco o seis años.
Antes la inflación ayudaba a pagar las casas por el aumento de los sueldos en relación con la deuda.
Un saludo y disculpa el rollo, pero me ha recordado cosas.