En el campo no existen las diferencias entre un martes y un domingo. No hay puentes, ni festivos, ni se nota el fin de mes en comparación a la primera quincena.
En el campo, cuando las plantas tienen sed, se han de abrir las compuertas, surcar los canales, cerrar los pasos de fuga, vigilar la humedad y observar la acequia.
En el campo cuenta la Luna con sus cuartos menguantes y crecientes, cuentan las malas hierbas, las hojas secas, los grillos aventureros, los pájaros glotones y las abejas trasportadoras de polen.
Ningún detalle es trivial. Todo es importante, tan importante que los días siempre son parejos y trascurren en igualdad de condiciones, como he dicho antes, en el campo no hay diferencias entre un martes y un domingo.
En el campo no hay ni horas punta, ni tiempos de calma. Todo es lineal, y todas las horas tienen el mismo valor trascendente; quizá por eso, ¡vaya uno a saber!, a los obreros que recogen las alcachofas en las mojadas (*), se les paga por igual, y la misma cantidad, si lo hacen un martes que si lo hacen un domingo.
(*) Mojada= Medida agraria catalana, equivalente al trozo de tierra que puede labrar una pareja de bueyes en un día. En El Prat del Llobregat, una Mojada estaba compuesta por 4.896´5 de metros cuadrados.
Masías del Prat. Jordi Ramos
Lo peor de todo son las malas hierbas para el campo y lo que no es el campo.
ResponderEliminarEn BCN hay una zona inundada de malas hierbas y parásitos que no dejan prosperar.
Supongo que en otros municipios habrán zonas donde también invaden al ciudadano.
Las malas hierbas cuestan de quitar, Anónimo, cuestan tanto que a veces es peor el remedio que la enfermedad, recuerda el DDT.
EliminarUn abrazo
Mi tío, labrador muchos años, los domingos se ponía su camisa blanca, una chaqueta - aún siendo verano, la chaqueta en el Cerrato se soporta -, no recuerdo bien si corbata e iba a misa. Quizás alguna diferencia entre martes y domingo sí la había. La Religión era la salvación!
ResponderEliminarpodi-.
La religión siempre fue el soporte del pueblo. La conformidad con lo que el Creador te había legado, tanto bueno como malo, hacía de las personas un parachoques invisible. Dio resultados.
EliminarY a comer a las 12 del mediodía, que al campo se iba muy temprano.
ResponderEliminarSalut.
Si, perquè a les sis del matí ja estaven en el tall, i el camp és dur.
EliminarSalut
Hola , bon dia Miquel:
ResponderEliminarPues ese señor, con estas calores se dice pronto estar de sol a sol.
Y luego decimos que la verdura es cara...
Ya hay personas ingresadas por golpe de calor .
Voy a grabarte mis golondrinas para que veas lo monas que son.
Abrazos
En el momento que saqué la foto eran casi las diez de la mañana, nueve hora solar. Pero ya empezaba a calentar. Es casi la cabecera del aeropuerto, donde aún quedan zonas cultivables,
EliminarUn beso y buen día
El buen hombre, parece que limpia la acequia para que pase bien el agua .
ResponderEliminarEn Córdoba, sí, que hay diferencias horarias en el campo. El de verano comienza la labor al alba y acaba cuando aprieta "lorenzo",que suele ser a las doce del medio día.
Estos temas me gustan, harto de política y desgracias.
Saludos.
Hice la foto en el momento que dejaba pasar el agua por la acequia para regar las alcachofas, que por cierto ya están todas recogidas.
EliminarCuenta, Carlos, que todo de una manera u otra está politizado, y que con tanto partido y tantas diferencias es más que normal que se hable de ello.
También a mi me fastidian las desgracias, me acongojan, pero están ahí y no las puedo obviar.
Un abrazo y buen lorenzo .
¡Qué bonito te ha quedado esto MIGUEL! es verdad que cuando el hombre vivía pegado a su tierra, vivía de otra manera. A su ritmo y con sus tiempos, mirando siempre al cielo y al suelo, por eso lo cuidaba, dependía de él. Escuchaba los pájaros, entre otras cosas porque eran sus únicos compañeros cuando labraba, escuchaba todo lo que bullía a su alrededor y ese cansancio de pelear con el surco, la semilla y la cosecha le curaba de todos los calentones de cabeza que tenemos ahora porque el cuerpo no está cansado de esa manera, ese cansancio que agota el cuerpo pero deja en paz al alma, o lo que sea ; ) La energía que ellos dedicaban a conseguir sus frutos ahora la desperdiciamos en elucubrar sobre mil cosas que en realidad no nos producen nada más que insatisfacciones. Yo no soy de campo pero tengo una finca con una huerta, en pequeñito he probado todo eso, por eso sé que los días que mejor he dormido en mi vida es cuando llego agotada de trabajar allí, meeencanta, no hay gimnasio en el mundo que lo iguale ; )
ResponderEliminarMil gracias, un beso grandísimo por este ratito de huerto en palabras, a la antigua usanza : )
Es una velada crítica, mi María, a el sistema que nos ha tocado vivir. Por un lado observar que los trabajadores del campo son en su gran mayoría foráneos y que trabajan por igual y al mismo precio, lo he preguntado, un martes que un domingo. Por otro lado la horizontalidad del tiempo, todos los días para las palnatas tienen el mismo valor, no hay verticalidad, unos días mejores que otros, y el tiempo pasa igual para la planta en primera línea que para el último matojo.
EliminarEs una divagación metafísica con las lechugas, ya ves, pero me hace pensar, y eso tampoco tiene precio.
Un beso muy grande entre la cosecha.
Tu metafísica lechuguera tiene mucha enjundia y calado ( no te había interpretado por ahí ) hoy nuestros campos, las explotaciones extensivas, sobre todo de invernaderos ( te quieres creer que jamás he visto una planta de alcachofas al natural, no se si se cultiva fuera o dentro de un invernadero ; ) están siendo cuidadas por manos de emigrantes, esos contra los que tanto se dispara y protesta ...Huelva, Almería, Jaen y sus olivares, lo mismo en la zona de Lérida, no sé ahí, más abajo.. ahora mismo en este país, la producción hortofrutícula, la hostelería y a nuestros mayores, en su inmensa mayoría están siendo cuidados por subsaharianos, marroquís y sudamericános... y sí, desgraciadamente las condiciones laborales que se les impone son tal cual cuentas... lunes, sábados y domingos iguales a efectos de salario...Como en tiempos hacían con los españoles que iban a la vendimia a Francia .. barracones y trabajar de sol a sol...las cosas siguen parecido solo que en diferentes escenarios. Habrá esclavos mientras haya miseria en el mundo y gente sin escrúpulos.
EliminarOtro beso enorme de vuelta y ...¡ buena cosecha! ; )
Un bello texto, Miquel.
ResponderEliminar«En el campo cuenta la Luna con sus cuartos menguantes y crecientes, cuentan las malas hierbas, las hojas secas, los grillos aventureros, los pájaros glotones y las abejas trasportadoras de polen». ¡Bien cierto! Por cierto, valga la redundancia, he estado mirando el PDF "Masies del Prat, de Jordi Ramos", el del pie de página. Es muy interesante. Salen hermosas masías, en buena parte tiradas abajo, al menos las que indica en los pies de foto, aunque supongo que habrá más. ¡Una lástima! Y lástima que muchas fotografías están partidas entre dos páginas, incluido el esquema de las partes de una masía.
Saludos.
Aquí todo me ayuda a pensar, Gran Uribe50, estoy contento por ello.
EliminarObservando blocs de El Prat, que no hay muchos, no veo que salgan a relucir los relojes de sol , ni las masías, ni el trabajo arduo y eficiente del pages, no la problemática del mismo, así, que de vez en cuando, pongo alguna notilla de color sobre lo que hay por aquí.
El libro es harto interesante y me dio a conocer relojes de Sol que no sabía que existían, ni estaban catalogados.
Un abrazo y gracias por estar
"ni la problemática del mismo", quería decir.
EliminarPD: Escribir desde el celular tiene estas cosas.
Salut
Había un tiempo diferente para el campo que para la ciudad. El campo podía ser simplemente la huerta cercana. Aunque decir campo tampoco es singular. Hay campos. Como hay un tiempo diferente en cada etapa de nuestras vidas. Quien dice tiempo dice quehaceres, comportamientos, sentimientos y lenguaje. Por decir algo, ¿no?
ResponderEliminarCreo que ese "había", en pretérito perfecto, sigue siendo presente, al menos por estos pagos. Aquí se sigue yendo por igual un martes que un domingo, máxime si hay que cosechar, y ya no es necesario explicar que valen por igual, a pesar de tantas leyes y tantos triunfos publicitarios por parte de la gobernanza estatal, respecto al estipendio, el tiempo invertido por el labrador.
EliminarUn saludo con calores.
Miquel, un texto precioso, te felicito.
ResponderEliminarEl ritmo de trabajo, las condiciones, los horarios, del campo no es comparable con lo que ocurre en las urbes. La relación del hombre con la climatología es muy distinta de la que tiene un ciudadano que coge el metro, que se detiene ante un semáforo en rojo, que tiene que ir sorteando los patinetes, etc. todo es otra cosa. No quiero hacer una distinción de cualidad, en todas partes hay que soportar inclemencias y absurdidades.
Un fuerte abrazo
Gracias, mi buen Francesc. Sucede que el tiempo aquí es tan transversal, tan igual para todos, que uno puede darse el lujo de parar y pensar, que no es poco.
EliminarUna de las ventajas de vivir fuera de la capital
Un abrazo
Gracias otra vez
Lo conoces Miquel?,
ResponderEliminarquiero decir , al
hombre .
Si, pero sólo de vista, Orlando. Posee una media hectárea cultivable, lo que le quedó después de que se le fueran anexionando parte de los terrenos para la cabecera de la pista larga. Los aviones le pasan a no más de cien metros de altura.
EliminarUn detalle curioso, jamás ha sufrido heladas, resulta que el calor de aquella zona debido al paso de los aviones impide que la temperatura baje.
Un abrazo y buen día
Bon dia, Miquel:
ResponderEliminarNada nuevo que contar...
Abrazos.
Bon día ¡, otro día más, MTrinidad, lo que es un triunfo, lo has de mirar así.
EliminarSi, poco que contar, pero lo poco que contar en plenas facultades, MTrinidad, y eso es lo importante, que estés en plenitud de sentido común. Lo demás, siendo importante, ahora es accesorio. El saber que te vales, que paseas, que te mueves, que haces tortillas de patatas gigantes, que tienes amigos, que puedes escribir, que puedes discernir, es importante.
Otro día más, todo un triunfo.
Un besote de oso ¡
Salut