A Roger Capron, ceramista francés amigo de don Pablo, le era imposible escapar del influjo de Picasso. Quizá la demostración más evidente la encontremos en la calle Muntaner al 35; su diseño de mosaico para la tiendas de muebles Escribano, aún presente, dejó patente aquella afinidad.
A Roger Capron, ceramista francès amic del senyor Pablo, li era impossible escapar de l'influx de Picasso. Potser la demostració més evident la trobem al carrer Muntaner al 35; el seu disseny de mosaic per a les botigues de mobles Escribano, encara present, va deixar palesa aquella afinitat.
Ya nadie se toma la molestia de encargar estos diseños para tenerlos a modo de publicidad artística. Cuando estuve en Friburg sí que vi que delante de cada tienda, en el pavimento, había algo "parecido", mucho más simple y menos elaborado.
ResponderEliminarpodi-.
Cierto, CARLOS PORTILLO -PODI-, recuerdo que en el restaurante Aracata (hace años ya desaparecido), habían unos mosaicos de Dalí.
ResponderEliminarEste se mantiene muy bien, y como dices está muy elaborado.
Salut
Els diners que costaria avui fer una cerámica com aquesta, que per cert, ha suportat molr bé el pas del temps.
ResponderEliminarSalut.
Me admira la gran capacidad de desgaste que tiene este pavimento. Hace años y años que paso por encima de estas baldosas y se observa ningún deterioro.
ResponderEliminarA mí, esto de poner publicidad en el suelo de la vía pública me parece bien sólo en casos aislados, puntuales y siempre que se trate de una gran calidad artística, pero no quiero imaginar una ciudad plagada de anuncios publicitarios esparcidos por el suelo público, por las aceras. Ya tenemos demasiada publicidad que inunda las calles.
Salud
Francesc Cornadó
Casi bé imposible, FRANCESC PUGCARBÓ. L' artesanía és privativa de molts calerons, això ja no toca.
ResponderEliminarSalut
Hay, como bien dices, FRANCESC CORNADÓ, verdaderas obras de arte en las calzadas, lo malo es que estás se conviertan en ese arte de figuritas de yeso industrial, cosa que no descarto, pues la publicidad tiene derroteros inverosímiles.
Un abrazo
Salut
Vivimos en una ciudad de lujo, que nos permite andar y pisar obras de arte y si miramos alrededor nos sorprende con verdaderas maravillas. Lástima que no se puede decir lo mismo de la limpieza, con lo limpia y guapa que era antes.
ResponderEliminarQuizá el problema sea ciudadano, CAR RES. Quizá es que nos han dejado que nos relajemos mucho y que no damos importancia lo que si la tiene. Particularmente veo que siempre están barriendo, ya sea sábado o domingo, y que lo hacen a conciencia, otra cosa es el pseudociudadano o el mal turista, que todo lo deja hecho una mierda, allá por donde pasa. Ahhh y ojo con los perros, que aquí si que no hay turismo que valga, los perros son de casa y los amos son de casa, y eso si que hay que hacércelo mirar, Barcelona en este caso está que da pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué belleza. Y qué fortuna que se conserve. Porque al lado hay una especie de escaparate o pared pintarrajeados que desmerece.
ResponderEliminarCierto, FACKEL. Muy cierto.
ResponderEliminarSalut ¡
Fascinan todos esos atractivos que nos descubres en tus incursiones urbanas, y que, por extrañas razones, permanecen esquivos a tantas miradas... no así a la tuya.
ResponderEliminarBuen fin de semana y salut, querido Miquel.
Pequeños detalles que hacen de la urbe un lugar al menos más pacífico para caminar.
ResponderEliminarUn abrazo PACO CASTILLO
Salut ¡¡¡¡