La calle Banys Nous está en el corazón de la Barcelona añeja. Justo en el Call. Todavía allí, se preservan algunos oficios, como si el tiempo, junto a las piedras, hubieran querido detenerse.
No está de moda ser librero, y menos de libros usados. Afortunadamente, para unos cuantos, entre los que me cuento, hay quien no sigue el ritmo de la moda. En esta calle, digo, hay una librería que tiene un vigilante muy especial.
Sabemos que a los ratones de calidad les agradan los libros con olor a libros, por eso, este librero tiene contratado a un vigilante muy especial, un minino.
Sé que la postura no es la adecuada, pero en su descargo he de decir, era domingo y, supongo, día de asueto para el micifuz.
Amante de la tranquilidad y, al calor de la luz, nuestro gato hace guardia relativa, (le vi abrir en un par de ocasiones el ojo izquierdo). Tiene como compañera una pacífica mosca, que tranquila, pasa el tiempo al calor de la bombilla.
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