Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

martes, 26 de enero de 2021

El Apolo y su gruta del Dragón...

 Hoy he pasado por allí. Nadie es dueño de sus pensamientos, pero si de sus recuerdos.

Avui he passat per allí. Ningú és amo dels seus pensaments, però si dels seus records.



La gruta del Dragón

De "Las sombras se equivocaron de dueño"

Idem

2021


15 comentarios:

  1. Bon dia Miquel:
    Eso pasa porque cuando eres pequeño la imaginación es grande.
    Un recuerdo,mi hermano Paco, cuando éramos pequeños me he acordado de como me describía la gruta del Dragón, del Paralelo, yo me emocionaba, pero cuando mis padres me llevaron y la ví, me llevé una gran decepción, lo ví pequeño y sucio, te digo lo que recuerdo y no me quise montar,pero me llevaron al Cinerama y me gustó mucho.
    Bon dia i una abraçada ben forta, petons.

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  2. Lo mejor son tus comentarios sobre tu libro.
    Un abrazo.

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  3. Ciertamente lo idealizamos todo, y no nos quepa duda es debido a que con la idea va la edad en lo idealizado, MTRINIDAD; aquello era un antro de categoría.
    Un beso y un buen martes dentro de las circunstancias.
    Salut

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  4. Vaya,vaya...De las gamberradas,que se entera uno ,ja,ja.Y ahora fíjate,lo que has cambiado,tan critico con todo.
    Seguramente,en su inicio sería moderno,pero en los sesenta era pura decadencia,toda la zona cercana lo era,incluida la prostitución,pero tenía una atracción, sobretodo para las personas de fuera,los migrantes de otras regiones,porque se sentían solos y el espectáculo les hacía olvidar.La prostitución,también ayudaba,poder charlar con alguna chica,aunque fuera del trato,aunque a veces de la tierra dejada.
    Salud

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  5. A los 9 años no pidas peras, CAR RES. Aquello era lo que era, y nosotros unos crios a los que se nos prohibía todo.
    Un abrazo
    salut

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  6. Somos dueños de nuestra memoria, aun así, la mirada introspectiva va cambiando con el tiempo, la interpretamos de una manera o de otra.
    Hablaremos de esto de forma virtual.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  7. Temps era temps, temps de Caspolino.


    Salut

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  8. Esa Barcelona que fue y ya no es es un territorio salvaje para la memoria como bien exploras en tu libro. Yo no viví Barcelona cuando era crío pero algo de ella me queda antes de que se convirtiera en un paraíso para el turismo -que ahora se ha acabado-. Siento no haberla recorrido más cuando la visitaba hacia los años setenta. Salut.

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  9. No puedo negarlo, FRANCRSC CORNADó, y es cierto, cambiamos a la medida que, creo, cambian las circunstancias, y entre ellas no sólo la edad, que es importante pues incluye la experiencia, sino lo que nos rodea "per se".
    Un abrazote.
    hablaremos, si, sin duda.
    salut

    I de pegadolça ¡¡¡ FRANCESC PUIGCARBó. jejje

    Todo tiene su lado positivo y su lado contrario, JOSELU. Te doy mi palabra que no idealizo aquello. Las pasamos (mi madre y yo) estrechas, y las palabras olvidadas hoy en día
    como sabañones, tiriteras o piojos estaban a la orden del día. No comprendo como se puede tener querencia , lo digo porque he visto personas que han vivido allí, a una etapa donde para ir a defecar tenías que esperar la noche, y ojo que te cogiera un apretón.
    Los 60 , aparte los Sirex, Los Mustangs, Los Canarios , Los Brincos o Los Pekenikes, los regalo para quien los desee.
    Un abrazote y salut

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  10. Estoy leyendo un libro El mundo perdido del Kalahari en que el autor se adentra con una expedición en los años cincuenta en busca de algunos elementos que sobrevivan en el desierto cuyas condiciones de vida su durísimas. Allí vivían los bosquimanos hasta que fueron sistemáticamente aniquilados por su negativa a someterse a los ocupantes blancos y al odio que suscitaban entre los negros -porque ellos tenían un color de piel diferente, color calabaza-. Sus condiciones de vida eran propias de la Edad de piedra. Hacían fuego con dos maderas frotándolas y tenían que recorrer muchos kilómetros para encontrar agua a metro y medio bajo tierra en el desierto. Sus remedios eran naturales, conocían medicinas de las plantas que encontraban y distinguían. Su vida era durísima pero ellos amaban aquel tipo de vida libre -por eso fueron destruidos-. Las dificultades de un estilo de vida son inaceptables desde un punto de vista burgués y comodón como el nuestro, pero pienso que en tu infancia, al margen de compararla, puede que tuvieras muchos momentos de felicidad que los infantes de ahora con sus móviles y todo resuelto son incapaces de imaginar. Yo recuerdo mi infancia trágica pero salvaje en las calles de Zaragoza y veo en ella una luz que seguro que mis hijas con todo el bienestar del mundo no pueden ni siquiera sospechar. Era vida salvaje y eso tiene un poder magnético inconmesurable, igual que la vida de los bosquimanos. Salut.

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  11. ...cuyas condiciones de vida son durísimas...

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  12. Me gustaría más generalizar, JOSELU. Te explico. Cuando hablamos de : "Sus condiciones de vida eran propias", creo entender que ellos, los bosquimanos, eran de allí, nativos descendientes, y que no querían salir de aquel entorno, con él, de sus costumbres. Bien. Cuando yo hablo de chabolas (barracas) así, tal como suena, hablo de in-migración, o sea migración interior, (por mucho que los del diseño de las palabras digan que es migración a secas), y de que nadie estaba allí, en las chabolas, por gusto propio, ni se iba a defecar al otro lado de la montaña con nocturnidad y a solas. Es ahí donde hago hincapié en que me suena a "idealismo trasnochado" eso de que allí (en las chabolas) "antes" se vivía mejor. ¡pero si todo el mundo que estaba allí era porque había salido de su tierra en busca de labrarse un futuro mejor y dar más prosperidad a sus hijos¡.

    Esa es la "idealización" con la que no estoy de acuerdo. Otra cosa es la exterminación de sociedades (bosquimanos, pigmeos..etc) por parte de un proselitismo (religioso por ejemplo) que hacen que un pueblo sea exterminado o pierdan y se anulen sus costumbres.
    Un abrazo
    salut

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  13. Coincido con María Trinidad, la primera ( y única ) vez que subí a esa atracción siendo niño, me pareció bastante cutre.

    Y también contigo, no debemos idealizar un pasado en el que éramos jóvenes y casi inmortales. No hay mejor tiempo que este en el que vivimos. Ahora no necesitamos barreños de hierro cincado para asearnos, tenemos nuestros cuartos de baño propios, ni racionar un pollo para alimentarnos toda un semana.

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  14. Fue la primera atracción que disfruté, tenía cuatro años y me llevó mi padre. Nunca la olvidaré.
    Gracias y un abrazo.

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  15. A veces reconocer un paisaje o un detalle urbano del pasado es una aventura. Nuestros paseos concitan sensaciones distantes y a la vez sentimientos próximos, pero estos escaparon por la voracidad del tiempo. De cualquier experiencia vivida habrá que decir: una vez fue. Un abrazo.

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¿Tienen un cerdito con monedas?

. .. pues a cargarse el cerdito. Usted pone todas las monedas en la maquineta, le dan un vale por el importe, eso sí, le descuentan un 10´99...