No les pondré como ha quedado el mercado. Quien tiene que estar satisfecho son los comerciantes del mismo que, con casi 9 años de espera, muchos, diría que una mayoría, ya no están por diversos motivos.
Les pongo unas fotos de lo que se ha encontrado en el subsuelo de aquella entrada de época medieval, donde la muralla que defendía a la ciudad de posibles ataques exteriores, y derribada en el XIX, dio paso a una Barcelona que vivía abigarrada dentro de sus límites.
No els posaré com ha quedat el mercat. Qui ha d'estar satisfet són els comerciants del mateix que, amb gairebé 9 anys d'espera, molts, diria que una majoria, ja no estan per diversos motius.
Els poso unes fotos del que s'ha trobat en el subsòl d'aquella entrada d'època medieval, on la muralla que defensava a la ciutat de possibles atacs exteriors, i derrocada en el XIX, va donar pas a una Barcelona que vivia abigarrada dins dels seus límits.
Els poso unes fotos del que s'ha trobat en el subsòl d'aquella entrada d'època medieval, on la muralla que defensava a la ciutat de possibles atacs exteriors, i derrocada en el XIX, va donar pas a una Barcelona que vivia abigarrada dins dels seus límits.
Es como el muro de las lamentaciones, en el poco espacio de tiempo que estuve ahí numerosas personas ponían la mano sobre las piedras de las paredes del foso y me parecía que suspiraban para sus adentros....
ResponderEliminarsuspiráis? no, me quedo. Aquest mercat es aquell que hi passem per anar a casa teva des d'Elisabets?
ResponderEliminarjejeje...buena comparanza, vive Dios, CHORDI
ResponderEliminarSalut
si, aquet mateix. ja han acabat després de casi nou..siii 9 anys de dale que te pego.
Salut FRANCESC PUIGCARBó
Un loable esfuerzo por mantener los vestigios de la muralla. Calzar toda esa porción para excavar las plantas subterráneas tiene que haber costado una pasta.
ResponderEliminarEsperemos que no se convierta en un "muro de las lamentaciones" para algunos, como apunta Chordi.
Nunca me han gustado las murallas, aparte de su función defensiva, servían también para tener controlados a los que estaban dentro de ellas, y para cobrar unos buenos peajes a los visitantes foráneos por franquear las puertas.
Salut
Cierto RODERICUS. En muchas ocasiones pensamos en la función defensiva, pero nos olvidamos de que nosotros también somos los prisioneros.
ResponderEliminarUn abrazo
Al corazón del amigo, abre la muralla; al diente de la serpiente, cierra la muralla.
ResponderEliminarMuy metafórico y opinable esto.
Un abrazo, Miquel.
Supongo que ahora quitarán todos los impedimentos,que me obligaban a bajar de la bicicleta,para pasar por esa zona complicada.Tengo ganas de verlo,pero no sé lo mismo añoro
ResponderEliminarel antiguo,donde he comprado muchas veces a mediados del XX ,con sus carros,sus mostradores
móviles. Pero hay que avanzar,claro.
Salud.
Un abrazo CAYETANO GEA, si , es verdad, todo muy opinable.
ResponderEliminarSalut
Los bicicleteros sois peligrosos¡¡¡ CAR RES ¡¡¡ a toda máquina dando caña al tubo de escape ¡¡¡
Un abrazo
Al menos se rescatan los restos y se integran en lo nuevo. Esas piedras son unas privilegiadas y siguen en su rol de dar testimonio (otro papel ya no pueden tener), quedaron ahí mientras a miles de sus hermanas las reutilizarían en otras edificaciones. Bueno, al fin y al cabo la moraleja merece la pena: todo muta, todo se adapta, a lo muerto le sucede lo vivo.
ResponderEliminarEso sí, ay de aquellos que utilicen los restos como muro de las lamentaciones...¿de qué se lamentan?
todo muta, todo se adapta, a lo muerto le sucede lo vivo..."
ResponderEliminar¿ Qué puedo alegar, FACKEL ?, Sólo el convencimiento de que actuamos con la buena fe que llevamos dentro, aunque a vecs, la mayoría, nos equivoquemos.
Un abrazo y gracias siempre por tus palabras. Son de profundidad y hay que releerlas.
Salut
Ha quedado precioso. El mercado da gozo verlo. Mi felicitación a los arquitectos Pere-Joan Ravetllat y Carme Ribas y todos los técnicos que han hecho posible esta magnífica obra de restauración.
ResponderEliminarFrancesc Cornadó
Un abrazo, FRANCESC CORNADó.
ResponderEliminarTengo muchas ganas de pasarme por el mercado, disfrutar de la reforma y de toda esa enorme y variopinta mercancía que exhiben.
ResponderEliminarAbrazos mil