Cuando bajábamos campo través camino de la civilización dejando a un lado los cañizales, lo primero que nos sorprendía era el empedrado armónico de las calles. Muchos de nosotros había soñado alguna vez llevar aquellas lanzas de hierro que utilizaban los empleados de la vía pública, tocados con un uniforme donde no faltaba el sombrero, una chapa y las susodichas lanzas, que las usaban para mover los adoquines que se habían rebelado contra la uniformidad del resto de sus congéneres, haciendo a veces intransitable en recorrido de los motocarros y los sidecares.
Les dejo el cruce de Tamarit con Borrell, frente al mercado de Sant Antoni, que como está en obras puede uno imaginarse lo que era aquello sobre los años 60 del siglo pasado.
Quan baixàvem camp través cami de la civilització deixant a un costat els cañizals, el primer que ens sorprenia era l'empedrat harmònic dels carrers. Molts de nosaltres havia somiat alguna vegada portar aquelles llances de ferro que utilitzaven els empleats de la via pública, tocats amb un uniforme on no faltava el barret, una xapa i les susdites llances, que les usaven per moure les llambordes que s'havien rebel·lat contra la uniformitat de la resta dels seus congèners, fent de vegades intransitable el recorregut dels motocarros i els sidecars.
Els deixo l'encreuament de Tamarit amb Borrell, enfront del mercat de Sant Antoni, que com està en obres pot un imaginar-se el que era allò sobre els anys 60 del segle passat.
Quan baixàvem camp través cami de la civilització deixant a un costat els cañizals, el primer que ens sorprenia era l'empedrat harmònic dels carrers. Molts de nosaltres havia somiat alguna vegada portar aquelles llances de ferro que utilitzaven els empleats de la via pública, tocats amb un uniforme on no faltava el barret, una xapa i les susdites llances, que les usaven per moure les llambordes que s'havien rebel·lat contra la uniformitat de la resta dels seus congèners, fent de vegades intransitable el recorregut dels motocarros i els sidecars.
Els deixo l'encreuament de Tamarit amb Borrell, enfront del mercat de Sant Antoni, que com està en obres pot un imaginar-se el que era allò sobre els anys 60 del segle passat.
Aquestes llambordes es feien a la Pedrera de Caldes de Montbui, fins i tot hi havia un tren de Caldas a Barcelona per transportarles, que quan jo vaig neixer ja no funcionava.
ResponderEliminarsalut
Ostres ¡¡¡ qué bó ¡¡
ResponderEliminarSalut FRANCECS PUIGCARBÓ
En los años 50 y primeros 60 era un milagro encontrar zonas adoquinadas o asfaltadas, salvo en el corazón de las ciudades. En el extrarradio, lo suyo era el barro, pegado siempre a las botas como una lapa. Me vine del centro de Sevilla a vivir donde acababa Madrid, un barrio de aluvión con más campo y barro que calles urbanizadas.
ResponderEliminarUn abrazo, Miquel.
Estar a lo "moderno" tiene esto, el asfalto contamina y los adoquines no, pero durante la reconstrucción de las ciudades alemanas de post-guerra tengo entendido que se compraron muchos adoquines para reconstruir barrios medievales de Frankfurt y similares arrasados por los bombardeos aliados...Alli los enviaron talladitos y con pátina antigua a precio de saldo y vaya usted a saber quien medió mano en la bolsa. Un saludo
ResponderEliminarAquellos empleados uniformados, que sorprendían en su habilidad en clavar la pesada pica de
ResponderEliminarhierro solido,que pesaba lo suyo, entre adoquín y adoquín , con un movimiento con efecto palanca mover y levantar los primeras piezas,que por cierto no los ligaba ningún cemento,estaban reposando sobre un lecho de arena.Genial.Nunca había visto ese sistema,que permitía quitar y poner adoquines con facilidad.Esta forma,ayudaba las dilataciones y movimientos laterales donde se agotaban las fuerzas debida al peso de los vehiculos.A veces con las lluvias y cercano a los raíles de las vías del tranvía se formaban pequeños socabones,que eran arreglados rápidamente,simplemente levantando,rellenando con arena y volviendo a colocar las mismas piezas .Imágenes entrañables de aquella Barcelona del siglo
pasado.Luego vino el asfalto y la prioridad a los vehículos a motor.Contaminación.
Me hago a la idea, CAYETANO GEA, y tanto que me la hago.
ResponderEliminarUn saludo grande..fuerte y de apretujón.
Salut
No sabía nada de esto CHORDI, pero mira qe me resulta interesante y curioso. Haber si puedes averiguar algo más, me gusta el tema y me has abierto el apetito.
Salut
LECHEEEEEEESSss ¡¡¡ eso es, PEPEEEE...eso es.
Justa la fusta y la técnica draconiana del arenal y la piedra sin más reboze que el ajuntamiento de las piezas entre adoquín y adoquín.
Chico, lo has explicao tan bien que no tengo añadidos ¡¡¡¡
Un abrazo, de verdad, de los grandes.
En las obras que se están realizando en las calles alrededor del mercado de San Antonio podemos ver que se esfaltó sobre el pavimento anterior de adoquines, es una base muy firme y adecuada para recibir el asfaltado.
ResponderEliminarUna calzada de adoquines tiene muchas propiedades mecánicas: buena resistencia a compresión, al desgaste, a las dilataciones, fácil mantenimiento y una larga vida útil; tiene, sin embargo la dificultad del traqueteo que produce en los vehículos rodados y al ruido que se produce, debido a la gran cantidad de juntas.
Salud
Francesc Cornadó
He ahi un elemento al que todo el mundo echa la culpa, por aqui se dice aquello de
ResponderEliminar-La culpa al "empedrado"-...
El empedrado bien puesto, a mi modo de ver, es la mejor forma de pavimentar, ocurre que para el trafico de vehículos cuando llueve se vuelve peligroso y la gente se queja del ruido, pero tiene algo que el asfalto no tendrá nunca...
Gracias FRANCESC CORNADó
ResponderEliminarSalut
Te me has puesto romántico, TEMUJIN...
Salut
Ese fue el firme que sucedió al barro. Pero volverán a tapar los adoquines porque nunca estuvo claro que debajo estuviera la playa.
ResponderEliminarSalud,
Como niño de la Barcelona de los sesenta recuerdo las muchas calles adoquinadas por las que correteaba en el Raval, y que fueron desapareciendo paulatinamente bajo una capa de asfaltado a base de alquitrán.
ResponderEliminarPor aquella época, era emocionante viajar en moto los dias de lluvia. La combinación de adoquines y vías del tranvía en algunas calles hacia del motociclismo un deporte de riesgo que llenaba las urgencias de los hospitales cuando caían cuatro gotas.
Vaya casualidad, estoy trabajando en un diorama de una calle francesa adoquinada, y ahora mismo estoy revisando las pinturas grises para darle realismo.
Un abrazo.
Si,Rodericus, ese fue el motivo de asfaltar las calles de Barcelona que tenían adoquines y
ResponderEliminarla eliminación de los tranvías eléctricos,ceder el paso a la velocidad que representaba las
motos y los coches.Pero mira por donde,ahora no habrá más remedio que peatonizar , cerrar el
tráfico y seguramente volver a los tranvías.La vida es una rueda.
Curioso ese oficio de colocador de adoquines.
ResponderEliminarAl igual es una posibilidad, FACKEL. Los adoquines nunca morirán
ResponderEliminarSalut
Si que es casualidad RODERICUS, pero es que están levantando todo lo que está alrrededor del Mercat y salen a relucir un montón de hechos.
Un abrazo
salut
Es lo que están haciendo en el barrio de Sant Antoni, pero mucho me temos, nos tememos, que aquello servirá para lustre de mesas y chiringos en medio de la calzada, dando bienvenida a otra hornada de bares, de griterío, de algarabías y de retiro a la 1 de la madrugada.
Barcelona es una ciudad para ser visitada, no para ciudadanos, PEPE.
Cuando la comparan a París por su turismo digo siempre que no es cierto. Allí no se te ocurrirá mear en la calle. Los bares tienen horario de cierre y lo respetan. Con la cantidad de ciudadanos que tiene la ciudad no hay, ni por asomo, la mitad de bares que en Barcelona. Todo lo lúdico es caro, no encontrarás cervezas a 1 € ni por casualidad. Y no se te ocurrirá hacer el idiota pintando los portales, porque vas a la trena de cabeza.
Salut
Amigo Miquel,ya te dije una vez que viví en el barrio de San Antonio,por los sesenta,en la
ResponderEliminarcalle Salvador e incluso trabajé en la pensión Tamarit,supongo que ya ni existe.Era y sigue siendo un barrio con mucho encanto,bares,gentes,cercanía al centro.Lo tiene todo.No sé como te extraña que mucha gente busque ese encanto,sobretodo turistas.Paso muchas veces con la bici de camino al puerto, actualmente está bastante liado con las obras que están haciendo,pero cuando acaben volverá a ser el barrio de siempre.Supongo,que las meadas son debidas a tanto bolardo de cemento,impedimentos por las obras,ect. que dan un aspecto de suciedad momentánea.
Un abrazo.
Recuerdo la pensión Tamarit, estaba al lado de una lechería, casi frente a un establecimiento que vendían maquinaria para panaderías, PEPE. Además había una talabartería ¿lo recuerdas ?
ResponderEliminarUn abrazo
Puede que los adoquines no sean cómodos para la conducción de vehículos e incluso caminar pero las calles adoquinadas para mi tienen mucho encanto "ya quedan muy pocas".
ResponderEliminarUn abrazo.
I sota l'empedrat, el camí romà i probablement alguna necròpolis. Baixant de Montjuïc eres com un iber encuriosit.
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