En algunas ocasiones, y detrás de los hilos de hilvanar, la tarde se alargaba más de lo normal. Era el
momento de hacer alguna pregunta.
Pero no todas las tardes eran propicias.
Las brumosas, las de tedio, y las que en ocasiones
acompañaban pan con vino y azúcar, más de lo primero que de lo del segundo, eran
las óptimas.
La Pepita, era de respuestas cortas y reflejos rápidos. Le costaba tanto contestar
como bajar la mirada.
De lo poco que pude averiguar deduje que mi padre escapó de
su pueblo natal, en la Calabria, dejando una historia escrita formada por una
familia que esperaba su vuelta; vuelta prometida para cuando juntara el
dinero suficiente.
Nadie supo nunca cuanto era el dinero suficiente, y él, al
parecer y que se sepa, tampoco nunca le puso límites.
Por su parte, mi
madre, mujer poco dada a los remilgos y nada propensa a sentimentalismos, arrastraba
una historia similar, tan igual que en eso se podrían decir que eran almas opuestamente
gemelas.
Fue ella la que marchó de su anterior hogar, y la que dejó plantado al que era su anterior compañero.
En nuestra casa, que
era más pequeña que las demás, (nunca supe si porque las de al lado eran más grandes o porque
fue el último reducto de un poblado ya sin lugar ocupable), no había ningún retrato
colgado.
Nada que pudiera indicar una identidad anterior, ni nadie
presidiendo la habitación/comedor/cocina en forma de mirada contemplativa.
Nada.
Mi madre decía que cuantas más fotos más recuerdos, y que si
estos no eran agradables poca falta hacía tenerlos presentes.
Edelmiro, el “del huerto de la bomba”, apareció un día con un
libro bajo el brazo. Le faltaba el lomo. Para ti, me dijo. Y de la misma forma
que vino marchó. Casi sin decir nada, como él siempre quiso que se le viera. Una sombra
de su sombra.
El libro se titulaba Guillermo
el Proscrito. Fue el primero que leí. Y el segundo que releí por primera
vez.
Los zapatos los solía arreglar Mariano “El Correas”, apodo
que tenía debido a su profesión. Era talabartero.
En la puerta de su vivienda, y como reclamo, colgaban todo tipo de aperos, aunque ningún
conocido del entorno tenía caballos ni carruajes.
Se apañaba bien con el cuero,
y no había persona que supiera remendar el calzado como él.
En ocasiones, nos acercábamos a su pequeño mostrador con el
fin de olisquear las colas, los pegamentos y los betunes. Nunca supimos porqué,
pero salíamos atontadamente conformados de aquella habitación minúscula, donde
todo estaba apretado y donde jamás encontramos a primera vista un par de
zapatos emparejados. Pero ese era otro de los secretos de “El Correas”, siempre
los encontraba a la primera, a pesar de la montaña de calzado que se cernía a
su alrededor.
Y los días eran semejantemente iguales, aunque para nosotros, El
Grabao, su hermana la Azucena, Pata de Palo, Mochuelo y yo, siempre estábamos a
la expectativa de noticias nuevas.
La llegada de los
piojos para la primavera era una de esas noticias nuevas.
Cada uno de nosotros demostraba su destreza en la búsqueda, y
cuando los capturábamos los poníamos entre pulgar y pulgar para hacerlos
estallar.
Ganaba el que lograba la captura más ruidosa.
En el grupo nunca hubo
diferencias.
..que dir, pàgines viscudes, neorrealisme en blanc i negre pur.
ResponderEliminarsalut
Salut FRANCESC PUIGCARBó ¡
ResponderEliminarColosal , excepcional , grandioso , no hay adjetivos calificativos Miquel para describir primero la foto que has publicado amigo , y después el texto que emociona al leerlo al menos yo soy así de sentimental . Hay una verdad como la catedral de Burgos y es que cuando dices que nadie remendaba como él , es que es así , como trabajaba los antiguos estos trabajos nada .
ResponderEliminarLa verdad Miquel que es sino el mejor , el mejor de los artículos que he leído de tu blog así que MI GRANDÍSIMA ENHORABUENA y deleitanos más veces con artículos como estos.
Por cierto , la foto que has publicado te la he " robado " para ponerla de fondo de pantalla en mi ordenador . Preciosa si señor chapó , un 10 no lo que viene después.
Un saludo enorme ¡¡¡¡¡
La foto puedes usarla como te plazca. Pertenece a uno de los innumerables barrio de barracas de la Barcelona de 1960. Da igual donde estaba situado, ¡ si tos eran similares ¡.
ResponderEliminarY gracias por tu opinión
salut
Me gustan estos relatos, lo desribes francamente bien como un pintor de escenas.
ResponderEliminarPero se que eres un millonario excentrico... jejejeje
Un mundo tan idéntico como el de muchas personas de la Época, la diferencia yo no vivi los piojos pero si los chinches, ellos eran los que nos empujaban a subsistir para salir de la pobreza, de día el hambre asediaba de noche te lo recordaba que no podías dormirte en los sueños de la desolación y la aceptación de tu forma de vida inevitable ,si eso pasaba por tu cabeza estas perdido. gracias a esos chinches pude saber conocer la grandeza de la Humanidad en cuanto no permitir que los poderosos terminen con algo que no tiene precio la Dignidad personal;ahora con canas y recorrido puede escupirles en la car diciéndoles chicos no lo conseguisteis, gracias Miguel por tu semejanza personal y tu superación de las dificultades impuestas por cuatro descerebrados que se hacían llamar patriotas. Mucha salut para poder seguir leyendo tus avatares de tu vida. gracias
ResponderEliminarExtraordinario, Miquel, este no puede ser el último capítulo, debe continuar.
ResponderEliminarTe felicito.
Salud
Francesc Cornadó
Em rendeixo a les teves paraules, Miquel!
ResponderEliminarQuin regal tan encertat. Guillermo també va ser una de les meves primeres lectures.
TEMUJIN:
ResponderEliminarCuando escribo me trasformo, lo vivo, eso era lo que era. no hay más.
Un abrazote
JESÚS PECECILLO: Hemos dismitificado la palabra patria. Simplemente se llama Estado. En nombre de lo primero ( todo por la patria, recuerda) se hicieron barbaridades.
Un abrazo ...Gracias por seguir aquí...gracias.
Ahhhh CORNADó ...me llevas loco...¿ qué habría sido de mi sin conocerte ?...¿ Sabes que me picas siempre el corazón ?...
Anda...anda....
Jajajaja,jaralá lala y la´...toma ya...
Mira ENRIC, tu eres la prueba de que esto del internette funciona..
T´estimo...molt i molt ....i molt....fiera ¡
Salut
Cómo me gustan estas historias tuyas MIQUEL, muchas gracias.
ResponderEliminar¡¡Tu padre era cabarés!! nada menos que cabarés!
En Italia hay tres territorios donde se asienta el crimen organizado, La mafia siciliana, la camorra napolitana y la 'ndrangheta calabresa, menos conocida pero también temible, pero que tu padre fue de los pacíficos, tardón y eso .. pero de paz.
Muchos besos relimpios como un jaspe, nada de piojos, porca miseria! ;))
Ayy MARÍA...mi padre era de Bruzzano Zeffirio , y está enterrado allá...D´rangetha pura.
ResponderEliminarsalut
Miguel La patria me estoy refiriendo al lenguaje que ellos utilizan, claro en otro tema otro lenguaje es Estado,correcto salut
ResponderEliminarMiquel,escribes con la sobriedad de quien ha vivido y ha sacado la esencia de lo que ha experimentado y en su justa medida.Por cierto, Guillermo el proscrito, una edición de ed.Molino lo leí muchas veces y aún conservo el ejemplar.
ResponderEliminarGracias, amigo por dejarnos ver desde esta ventanita una parte de tu vida.
Un abrazo
Si, si, Jesús Pececillo, entendido..
ResponderEliminarun abrazo
salut
Ándele Miquel publique ya sus textos.
ResponderEliminarSalut AMALTEA...¡¡
ResponderEliminarUn abrazo
Salut FRANCIS BLACK ¡¡