Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

jueves, 15 de octubre de 2009

La oración...


Un día cualquiera. Siete de la tarde. Calle Petrixol...


Y te suplico
que mi hijo no se quede sin trabajo;
que la pequeña no se separe y,
que mi nieto, de vez en cuando
me venga a ver.

Que el casero no me aumente
el alquiler.
Que el dolor de la rodilla
no sea mas que eso, un simple dolor.

Y que la pensión
me alcanze
a fin de mes.

Gracias, Señor...

5 comentarios:

  1. Mira que he pasado veces por ahí y nunca, nunca, he visto a nadie rezando. Buena foto

    ResponderEliminar
  2. Gran foto. Da que pensar. Supongo que todos tenemos un pequeño espacio en nuestro barrio/pueblo/ciudad... al que acudir cuando andamos necesitados.

    ResponderEliminar
  3. Mucha fe, y más necesidad aún, es lo que intuyo de la foto para que la abuela se pare en mitad de la calle a rezar a la Moreneta

    ResponderEliminar

Francesco Queirolo. Capilla de San Severo. Nápoles

  En no pocas ocasiones compartimos el título de esta obra, inmensa, por cierto, de Francisco  Queirolo.