Dicen que una foto vale más que mil palabras, pero harían falta cientos de fotos para ahogar las miles de palabras, y con ellas las ilusiones, de todo aquel que se subió a estos vagones en busca de fortuna.
Ningún tiempo pasado fue mejor, pero hubieron tiempos de puertas abiertas, y estas siempre se agradecen.
Hoy todo ha cambiado, el método, la forma y las maneras, pero siguen siendo las mismas causas las que hacen que las personas quieran cambiar de territorio: la falta de trabajo, la carencia de seguridad y el miedo a que tus hijos se queden sin comer.
Museo de la Historia de la Inmigración en Cataluña
Diuen que una foto val més que mil paraules, però farien falta centenars de fotos per a ofegar les milers de paraules, i amb elles les il·lusions, de tot aquell que es va pujar a aquests vagons a la recerca de fortuna.
Cap temps passat va ser millor, però van haver temps de portes obertes, i aquestes sempre s'agraeixen.
Avui tot ha canviat, el mètode, la forma i les maneres, però continuen sent les mateixes causes les que fan que les persones vulguin canviar de territori: la falta de treball, la manca de seguretat i la por al fet que els teus fills es quedin sense menjar.
Museu de la Història de la Immigració a Catalunya
Y aquí estamos tod@s los que quedamos vivos, los muertos hablan por nosotr@s y nuestros recuerdos.
ResponderEliminarLas maletas de tu reportaje, son muy lujosas, de piel etc...Las maletas eran muy pobres y con casi nada de ropa.
https://perfumesescritos.blogspot.com/2019/05/sucedio-bordo-del.html
Eran más parecidas a estas, y muchos bultos y algú baúl.
Muchos abrazos y buen domingo fresco.
También me pareció eso mismo, a lo de las maletas me refiero, MTRINIDAD, eran de cartón y atadas con cuerdas, dado que no había otra cosa en los pueblos, pero lo interesante es el ferrocarril en su, creo, y los trayectos, que están muy bien explicados.
ResponderEliminarUn beso y gracias por el enlace.
Salut
Una maravilla. Una foto, en efecto, vale más que mil palabras. Confirmado.
ResponderEliminarUn saludo, Miquel.
A la Piel quemada, surt Marta May en el seu viatge d'Andalusia a Catalunya amb el Sevillano. I jo rtinc una experiència personal d'un diumenge a la tarda de BCN a Murcia amb el Sevillano que dona per una novel·la.
ResponderEliminarSalut
Primero fue el Catalán,siempre a tope,incluido pasillos.Mas tarde pusieron 6 literas por departamento,ya se podía dormir,con la curiosidad que en pleno franquismo,con señores y señoras en un mismo departamento,con puerta que se podía cerrar desde dentro.Mas tarde los talgos y el tren hotel con cabina completa(ducha,inodoro,dos camas-literas),noches de amor y lujo,incluía cena y desayuno en el restaurante de a bordo.Actualmente el AVE en 4 horas y media de Barcelona a Córdoba,con comida servida en el asiento en clase superior,tienes derecho a sala de espera con bebidas incluidas.
ResponderEliminarLos jubilados,sólo pagamos el 60%,en todas las clases.
Cualquier tiempo pasado fue peor,mucho peor.No podemos retroceder.
Saludos,domingo para salir,no quedarse en casa,por lo menos 6000 pasos.
Es acojonante el tren y su sonido interior, CAYETANO, pues está hecho a conciencia, incluso el llanto de los niños pequeños..
ResponderEliminarUn abrazo
Deus d´ecribir la novel-la, FRANCESC, al menys un esborrall.
Apunto el llibre ¡¡¡ gracies ¡¡¡
salut i abraçades
"...No podemos retroceder...", apunto la frase, porque s muy buena, CAR RES.
No , no se puede ni se debe, pero si damos un paso adelante hay que hacerlo con seguridad. No hay nadie que haya venido que no tuviera ganas de trabajar, lo sabes mejor que yo por experiencia. Se trabajó lo inaudito y se sufrió lo inimaginable. Por eso digo lo de las puertas abiertas. ¿Qué más da que vengan de Cordoba o de Oussionde en el Camerun?
Nosotros marchamos de aquí a la Argentina, a México, a Chile, a Brasil, a Venezuela...y todo fue sacrifico, pero las puertas abiertas.
Se que piensas similar, con Sevillano o sin él, hemos de dar una oportunidad a los que vienen...y evitar que nuestro chavales marchen..dándoles también la ayuda que merecen
salut
Un placer.
Gracias por estar
QUé maravilla, Tot, que nos retrotrae a un pasado plagado de ilusiones y sueños por cumplir. Llegaban con las maletas pesadas, portando una vida o le que les quedaba de ella. Abrir esas maletas era como desnudarles. Por cierto, que esos malhadados y mal autoproclamados artistas, dejen su huella de estulticia, denigrando el pasado y el grafitti, nos produce nausea. Un abrazo, Tot, buen domingo. Y feliz viaje, no pierdas el tren, amigo.
ResponderEliminarY nadie pensaba ir a ningún sitio a que le regalasen nada, solo querian ganarse la vida honradamente y la inmensa mayoría lo hicieron.
ResponderEliminarUn saludo
La Piel quemada és una pel·lícula de Josep Maria Forqué. Quan al viatge, pensa que hi havia, hippies fumats fins el cul, soldats de permis, saturació de personal, un part emmig del viatge del tren i més....
ResponderEliminarSalut
Maletas de cartón, SERGIO MUNARI, con los sueños dentro de ellas. Da para un poema.
ResponderEliminarFeliz viaje, cierto...intentaré no perderlo, pero ahora se han de montar otros y yo he de ir pensando en dejar hueco
un abrazo grande
La inmensa mayoría, no nos cabe duda, DANIEL, de que lo hicieron
Salut
La buscarem, llavors, FRANCESC PUIGCARBó. Sempre és bó mirar les coses.
gracies per l´aclariment
salut
Formen part de la història d'alguns de nosaltres.
ResponderEliminarpodi-.
Sense cap mena de dubte, CARLOS PORTILLO -PODI-
ResponderEliminarSalut
-Ha cambiado la forma de comunicarnos: pero lo que es la esencia humana es la mísma: no nos diferenciamos los unos de los otros cuando las cosas se ponen crudas.
ResponderEliminarEso es bueno de vez en cuando ir refrescando la memoria y ver que hay un antes y un después y que gracias a eso somos unos privilegiados hoy en día.
Un abrazo
Ya lo has dicho todo , BERTHA.
ResponderEliminarGracias por estar y dejarnos tus pensamientos.
salut
Mi infancia estuvo impregnada por la cultura ferroviaria. Vivíamos en un barrio de obreros y empleados que venía del siglo XIX y estaba próximo a los Talleres Generales de la Compañía del Norte (así se llamaba antes de que al terminar la guerra civil se convirtiera en RENFE) y a la Estación. Desde casa se oían pasar y pitar los trenes a todas las horas del día. Los domingos por la tarde mi padre -que trabajaba en los citados Talleres- me llevaba de paseo a la Estación. Cuando oigo o leo, como ahora, lo del Shangái me invaden los recuerdos. Aunque con mi familia cogía los veranos el Rápido (este era el de Irún/Hendaya) mientras esperábamos solía llegar también el Shangái. Dos direcciones diferentes. Trabajo me costó entender lo de Shangái. Desde Vigo y La Coruña tardaba hasta Barcelona 36 horas de recorrido en mi niñez, o eso cuentan. Yo entonces pensaba que lo de Shangái era un apodo por la distancia lejana, como ir a la China. Luego he leído que fue una ocurrencia de un factor de circulación que, como estaba de moda la película Shangái Exprés, aquella de Marlene Dietrich, lo soltó por el teléfono a otra estación y se fue repitiendo hasta tener éxito. Puede ser. De cualquier modo tanto uno como otro fueron trenes de emigrantes. Historia de España, intrahistoria. Me he quedado pensando o, peor aún, recordando. Me planto aquí.
ResponderEliminarMira por donde te encuentras con recuerdos, y donde menos te lo esperas, ya ves , FACKEL, por otra parte no sabía de donde venía lo de Shangai, y mira por donde ya lo has aclarado.
ResponderEliminarMe alegro de que los recuerdos sean buenos, y que te retrotaigan a la niñez.
Un abrazo.
Pd. Yo también soy un enamorado de los ferrocarriles.
Salut
Los viajes interminables a Andalucía de mi niñez a bordo de "El Sevillano", en compartimentos de segunda ocupados por ocho personas, los portamaletas abarrotados de bultos, y con peligro de que te cayesen en la cabeza por un frenazo seco a destiempo.
ResponderEliminarHasta 30 horas de viaje, según temporadas y estado de las vías, locomotoras y señales.
Cambios de locomotoras ( En Alcazar de San Juán se cambiaba la eléctrica por Diesel ), paradas inexplicables en mitad de la nada ( fuí testigo del saqueo de algún melonar por parte del pasaje ), que eternizaban el trayecto.
Con suerte, había algunos vagones en "El Sevillano" con destino a Jaén, que se desenganchaban del convoy en Espeluy y eran llevados hasta Jaén por una locomotora Diésel de maniobra.
Sin suerte, había que bajarse en el citado Espeluy, y esperar algún tren de enlace con Jaén. En alguna ocasión, llegamos a hacer noche en la estación esperando un tren al día siguiente.
¿ Se entiende ahora porqué todos los de mi generación nos sacamos el carnét de conducir a los dieciocho y corrimos a comprarnos un desastroso coche de tercera mano ?. Porque era sinónimo de LIBERTAD para ir a donde quisieras y como quisieras, desde pasar el día en Castelldefels, hasta llegar al Cabo Norte.
Las maletas de mis padres, eran de cartón, con los ángulos reforzados en chapa y manetas metálicas, el cuero era para los pudientes.
Me ha encantado este post. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalut.
Que miles de personas abandonaran sus casas y pueblos casi con lo puesto, te abre las carnes. Habría también mucha ilusión dentro de esos viejos trenes. Se venía a empezar otra vida, pero qué vida, cuántas privaciones y sacrificios para alcanzar a comprar un pisito y dar estudios a los hijos.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias a ti, PITT TRISTAN
ResponderEliminarSalut
Si, MARGA IRIARTE, se le podría llamar el tren de la ilusión.
Un beso grande
Algo que recuerdo con nostalgia es que, se podían abrir las pesadas ventanas deslizándolas hacia abajo, asomarse y respirar el aire del campo... o la carbonilla de la locomotora.
ResponderEliminarAhora los trenes son muy límpidos y veloces, pero ¿qué queréis que os diga?, a mi me parecen enormes supositorios.
Salud
jejejejeje, algo de cierto tiene esa afirmación tuya, LOAN
ResponderEliminarGracias por dejarnos tu entrada
Cuidate ¡
Sabes que te sigo
Salut
se yama LOAM diria
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