Mí edad empieza a partir de los ocho años y cinco meses. Justo en el momento en que mí padre se despide de mí dándome un beso y diciéndome adiós. No era costumbre en él. Mí madre también se lo agradeció.
El porqué se juntaron sigue siendo una incógnita. Supongo de que ellos mismos jamás lo supieron.
Ella aportó a la unión un hijo, con el débito de diez años más que el que le tendría que venir, o sea, yo. Las terminales de su cerebro, de él, mí padre, no eran más que dos apósitos a ambos lados del cuerpo acabados en forma de manos; otro tema era la incógnita de porqué quiso esconder su pasado. Aquello, que en realidad no debía durar lo hizo más de lo esperado.
La idea de buscar trabajo con nueve años recién cumplidos no era descabellada; en realidad era lo que todos los críos de mí edad hacían. Ayudante de panadero, vendedor ambulante y repartidor. A los trece me coloqué como aprendiz en una imprenta. Saltar de la nada a la pobreza es un triunfo inenarrable.
Mí madre y yo vivíamos en una chabola. dentro de un recinto de chabolas y rodeados de chabolas. Como tal no existía distrito, pero el nombre de Can Valero a nadie le pasaba desapercibido.
Los barrios de chabolas no se dignifican por lo que tienen; lo hacen por lo que carecen. No había agua corriente. Ni luz eléctrica. No había excusados, ni calles asfaltadas. No había colmado, ni colegio, ni números en las viviendas, pero todos nos conocíamos. Nuestra chabola era conocida por la de la "Pepita, la de la CNT". Como sustento y a falta de otra cosa, mí madre cosía y yo, por las noches, desilvanaba.
Mí madre siempre fue, a pesar de su ideología, persona que respetaba los valores. Le daba vergüenza traer a las clientas a la barraca y se iba a probarlas a su casa. A veces iba con ella. La primera vez que vi un wc con ducha no lo podía creer. Cuando no la acompañaba me quedaba solo. Prefería lo segundo a lo primero. No pocas tardes dejaba de ir al tranvía que nos habían puesto por aulas en Montjuich, para perderme en la fuente de la recta de tribunas. Allí, junto al Grabao, el Pata Palo y el Mochuelo, nos metíamos como si fuera la mejor piscina de Barcelona. En no pocas ocasiones la urbana se nos agenciaba la ropa. Bajábamos a recuperarla al Pabellón de la Agricultura, a la altura de la calle Lérida. Allí nos esperaba una reprimenda, pues era de todos sabido que las fuentes públicas estaban para decorar el circuito, no para que los chabolistas nos bañáramos. Bajo la promesa de dedos cruzados, jurábamos que jamás volveríamos a cometer tamaña ignominia.
Pero todos saben que las promesas de dedos cruzados se las lleva el viento, (por cierto que las otras también), y que el viento a los adolescentes les hace soñar.
Azucena era la hermana del Grabao. Al Grabao había que irle con tiento. tenía un instinto especial. sabía donde darte para hacerte sumiso. Azucena era simplemente preciosa. Sus trenzas eran inigualables. Su voz un canto de gorrión, y su mirada emanaba todo aquello que, en la imaginación de mis quince años, no podía tan siquiera imaginar. me enamoré y fui correspondido.
Fue curioso ese período. Nadie se opuso excepto su hermano, el Grabao, porque según él, le quitaba autoridad.
El Grabao no era un mal tipo. Su nombre le vino impuesto porque en su niñez no pudo evitar la viruela. De ella le quedaron señales en la cara y de la cara señales en el nombre y del nombre le quedaron señales en el alma.
Mí madre tenía un objetivo compartido: salir de la chabola. Cuando a 75 pesetas al mes nos pudimos ir a la calle Carretas esquina Aurora, fuimos felices. El agua de depósito nos pareció una lluvia de felicidad y las cuatro paredes de cemento, un palacio. Fue en aquel tercero tercera del venti cinco, donde mí vida comenzó a cobrar identidad. Allí pude hacer el bachillerato nocturno en la Escuela de Trabajo. Allí perfilarme como estudiante, y allí tener un espacio que a la postre, después supe que no es tan indispensable, pues el espacio interior es lo que cuenta y sólo se crea en tu mente, y puedes agrandarlo o achicarlo a voluntad...
Un hombre sin palabra no es mejor que una bestia. (Centurión)
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Nidificando.
Aprovecharemos para cerrar persianas unos días. Les sigo.
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Me ha gustado como has contado un pedazo de tu niñez, que también me ha hecho recordar la mía.¿dura? si, pero la que nosotros tuvimos, y encierra dulzura y cariño.Gracias por compartir.
ResponderEliminarÉs important que es recuperi la memòria de les barraques perquè ningú oblidi que van existir i que van ser una realitat ben nostra.
ResponderEliminarPotser si som conscients d'on venim podrem tractar als qui es troben en situacions com la que van viure, i aquest és un cas, com si fossim nosaltres en un futur perquè seran com nosaltres en un futur. Les retallades de prestacions, de seguritat social... no són més que un pas endarrera.
Per cert, no hi ha 2 sense l'I i no l'he trobat. Ens pots passar l'enllaç? Gràcies una vegada més.
ResponderEliminarHola Miquel.
ResponderEliminarMis recuerdos empiezan en lo que llamaban "las casas baratas" un espacio ocupado por varias familias, cada habitación era un mundo y nuestro mundo era la calle.Cuando mis padres se mudaron a un pequeño piso del Instituto de la vivienda aquello parecia un palacio. Con ocho años me levantaba, mis padres se habían ido a trabajar, me hacía el desyuno y me cruzaba el barrio de punta a punta para ir al colegio, en invierno recuerdo que no tenia abrigo ni paraguas. Comence a trabajar a los 13 años, algo más tarde de lo que comentas en tu historia personal, pero una edad hoy prohibida. Qué contrastes: podiamos trabajar pero no conducir y la entrada a los bailes era a partir de los 21 años. Ahora con menos de 15 hay permiso para casi todo y muchas más cosas...
Si pudiera pedir algo sería no volver a vivir en las precarias condiciones de tiempos atrás. Aunque tengo que reconocer que la calle y las escasez me ha enseñado muchos valores que aplico y en muchos casos hay gente que no ha aprendido ni no conocen. Otros en cambio carecen de ellos, o los han vendido al diablo, ya sabes a quienes me refiero.
Gracias por compartir.
Un abrazo.
Fantástica entrada. El penúltimo párrafo es de 10.
ResponderEliminarM'has recordat el paisatge del Gruica d'en Paco Candel, que tan bé retratava aquells temps.
ResponderEliminarAra no s'en parla, com si no haguessin existit, pero hi eren, prou be ho saps tu.
Un escrit molt emotiu.
SALUT
Entranyable i emocionant el que has explicat de la teva vida en aquesta entrada. I més en els temps que corren, on sembla com si els curs dels esdeveniments ens aboqui a tornar a patir carències...tant de bo no sigui així.
ResponderEliminarPer cert, on és el primer capítol?
Salut !!
gracias por ofrecernos una parte de tu vida,saludos
ResponderEliminarMONTSERRAT ESTUPIÑÁ : Parece duro desde visto desde fuera, pero cuando uno está involucrado y es niño lo admite con naturalidad. Un abrazo. Gracias
ResponderEliminarGALDERICH : Estic amb tu . Les retallades són un pas endarrera. Salut. En realitat la part primera era una prova que em va desagradar perquè l'estil era massa barroc, donava moltes voltes i em repetia a l'excés. Si hi ha part tres, però ja es perd el de la infantesa, i amb ella, les barraques de Montjuich, que és el que en realitat desitjo reflectir. Una abraçada.
APU : Lo que nosotros veíamos natural, ahora y desde la perspectiva de la experiencia, lo vemos precario. Dices una frase verdaderamente importante : " ...Aunque tengo que reconocer que la calle y las escasez me ha enseñado muchos valores que aplico...", tienes toda la razón. Lo que es cierto es que nuestra generación ha nacido con capacidad de sufrimiento, y esta es una asignatura pendiente hoy por hoy en nuestra sociedad más joven. salut
X : Lo importante es : ¿ a donde quiero ir a parar ? y ¿ qué quiero decir ?, Después todo lo demás sale solo. Gracias y salut
FRANCESC : Candel, Cirici i Pellicer van van ser els tres representants del PSUC que es van presentar en aquelles primeres eleccions democràtiques, Tots eren i/o formaven part dels barraquistes de Casa Antunez. Salut , una abraçada
BAR CEL ONA UTA : gràcies, com veus , el del primer capítol ja ho he explicat a GALDERICH. Avui, he obert mi llibre de notes i m'he enyorat de la infantesa, i de la meva mare. Però allí entren en joc les barraques. Gràcies per estar i ser amb nosaltres. Una abraçada de tot cor, i com deia "ella": salut
Un abrazo PERICO GRANOLLERS...sabes que te quiero ..Dale un beso a tu hijo de mí parte...Salut
ResponderEliminarque gran que ets Miquel però que gran! quin "gustasso" llegir-te i ser amiga teva,
ResponderEliminarun petonàs!
Me sorprende a menudo, cuando la gente se queja, la poca memoria de la mayoría de gente.
ResponderEliminarMe ha gustado el fragmento, el tono me recuerda a el camino de delibes, si fuera un libro lo seguiría leyendo, me ha interesado.
ResponderEliminarsaludos!
Una abraçada ESTER ...una abraçada ¡¡salut
ResponderEliminarJÚLIA : "En aquel tiempo" no se daba por sentado nada. Se trabajaba por muy poco dinero; se hacían dos empleos y se empleaban los domingos a la mañana para el vermut familiar..y la felicidad iba por barrios...Salut Júlia...
ANONÍMO : hay continuidad. La misma línea y tono argumental. Estoy influenciado por Gregorio Morán, de hecho, he utilizado una frase suya (creo se me perdonará, y él estoy seguro se sonreiría) : " pasar de la nada a la pobreza es un triunfo inenarrable"...Gracias por estar...salut
Entrañable el relato de este fragmento de tu vida. Conocí a Candel y me lo has recordado también, compartes con él, esa fidelidad a los orígenes, esa alcurnia que no da el dinero. Un abrazo.
ResponderEliminarOLIMPIA : la última vez que vi a Candel fue del brazo del Jordi Pujol en el paseo de la Zona Franca...Era tarde , yo iba en moto y me paré para ver la imágen. Pujol lo tenía cogido por el cuello e iban paseando tranquilamente. No había mossos , ni nada que me hiciera pensar en la seguridad del ex-president. Por eso del Pujol padre tengo buen concepto como ciudadano de calle. Creo que era conocedor de las cualidades de su ex-oponente. Que pena que no llevase la máquina de fotos. salut
ResponderEliminarJoder MIquel, joder...Me ha emocinado y casi no he podido acabar el fragmento. Y no por conocido es menos sorprendente. Sigue, relata, explica,...escribelo. Nos vemos pronto. Joder Miquel. Joder...
ResponderEliminarCARLITOS ...venga que esto ya es agua pasada ¡¡ ; de vez en cuando me dan ramalazos, y solo cuando se que lo que quiero decir estará minimamente reflejado, me pongo a contarlo. Pero eso se da de tarde en tarde...Un abrazote ¡¡¡
ResponderEliminarLo mejor no es el relato en sí, es el sentimiento con el que está escrito. ¡Gracias! Así uno valora un poco más todo aquello que desde que nació tiene...
ResponderEliminarSalut PEREZ MASSÓ ¡¡¡ un abrazo
ResponderEliminarMiquel, has conseguido emocionarme y hacerme un poco más afortunado de lo que era mi ninez.Que tampoco era nada, nada. Lo que si puedo decir es que siempre me sentí al lado de las personas que vivian en barracas a 300 metros de mi casa (ya sabes que soy de Poble Nou, al lado de los niños del Asilo, La Prote como le llamábamos. Al ir constantemente a la estación de França y ver quien llegaba y a quien devolvian. Y ya de mayor tuve la fortuna de conocer a Paco Candel en su barrio. Creo que Paco fue el primera persona en dar nombre y dignidad a todas las personas que vivieron en una barraca. Gracias, grcias por tu Memória, que como dice Galderich, es muy importante que se recupere aquella memoria.
ResponderEliminarQue triste, parece que nada de esto haya pasado.
Salut.
JOSEP : la intención era hacer un relato con restos del pasado. No hay mucho que explicar, solo lo circunstancial...Un abrazo y salut
ResponderEliminarDespués de leerte, creo que estos tiempos turbulentos -tú lo pasaste peores-no te asustan. Esfuerzo, afán de superación y un carácter propio de la gente que derrota la adversidad. Ojalá mucha gente lea cómo fue esa parte de tu vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ostras Miquel...ahora se porqué eres tan HUMANO, ya te digo que de casta le viene al galgo,fuistes afortunado de tener una buena escuela(la calle) pero con unos buenísimos educadores (tus vivencias parentales) las hiciste tuyas y te las aplicastes, a lo peor si hubieras ido a los escolapios Pía habrías salido lelo.
ResponderEliminarHoy ya no hay "valores" no hay nada que valorar al saber lo mucho que cuestan las cosas, los niños de hoy lo quiren todo y ya!basta ver como se comportan en los supermercados.
Cuando llovía yo no tenía ni katiuskas...pero iba al cole (Milá y Fontanals)la primera helada que recuerdo fue en el surtidor helado del hospital de la santa Creu, (calle Hospital) casi fuimos vecinos...
En fin Miquel gracias por ser un referente y demostrar que con menos se puede hacer mas, y yo creo que nuestra fantasía, buena o mala se formó en aquellas épocas,Montalban, Terenci,Maruja Torres,tambien fueron vecinos nuestros y las esperiencias del Chino les marcaron dandoles, creo yo esta pauta humanista y razonadora.
Un abrazzo metroplolitano
Joer...estará contenta la Sra del recorta y pega con tantas faltas de composicion que hago
ResponderEliminarSalut !!
AMALTEA : igual, igual que todos los que vivíamos en las chabolas, con la diferencia de que allí había una fraternidad compartida. No era cierto de todo era de todos , pero todos miraban por todos. salut
ResponderEliminarCHORDI : lo de humano se agradece, pero aprendo mucho más con las Teresas de Calcuta. Si que es cierto que te haces mas a la idea si en la niñez lo pasas relativamente difícil, pero como nuestros casos, a miles. Y todos han salido adelante, como tu. Un abrazo y salut.
Qué manera más entrañable de contar una historia tan personal y tan...dura, claro que si. Qué valor y constancia habéis tenido tu madre y tu.
ResponderEliminarMe siento muy afortunada de la vida que he tenido pero me falta de lejos la sensibilidad que tu y APU, que tb cuenta algo de su historia, tenéis.
Un petó y yo te animaría a publicar una novela....el relato me ha enganchado desde la primera frase.
Ufff , NEUS...lo tengo en mente pero ya se disipa lo de las barracas que es el tema en que me gusta hacer hincapié...salut
ResponderEliminarMe ha emocionado leer este relato, Miquel, mucho. No tenemos perdón cuando nos quejamos por tonterías, con la escasez de medios y de todo que hubo en aquella época, en unas casas más que en otras, pero en las chabolas muchísimo más.
ResponderEliminarTu madre, una gran luchadora, de la vida y de sus ideales. ¡Salut!
Maravilloso y fantástico post, querido Miquel.
ResponderEliminarUn beso.
Maravilloso y fantástico post, querido Miquel.
ResponderEliminarUn beso.
Salut MONTSE...salut MTRINIDAD..
ResponderEliminarGracias Miquel por este bonito post, esto de "desnudarse" delante de los demás no lo hace todo el mundo, yo una de ellas...
ResponderEliminarSalut