Momento para trabajar;
y otro para amar;
uno para mitigar la sed;
y otros para pasear por medio de la autopista;
un momento para el footing,
y momentos para el shopping.
Hay momentos para acunar,
y otros, para hacer espacio y aparcar la moto.
E incluso, hay momentos para encender un cigarrillo mientras se pasea
La primera fotografía me parece genial.
ResponderEliminarLa situación general,... lamentable, no sé hasta qué punto - al menos la segunda noche - no podría haberse evitado.
PODI-.
A mi me gusta la elegancia de las tres señoritas, me imagino la escena ¡Huy, le dice una a las otras dos, ¡que ciudad tan dejada¡
ResponderEliminarSalut, PODI
Genial Miquel, estic d'acord, la millor la primera, pero totes estan perfectes, no en sobra ni en falta cap. Si una imatge v al més que mil,paraules, ni te lo cuento amb tantes fotos. Hi ha una instagrames o influencer russa que ha estat molt criticada per fer-se fots davant una foguera.
ResponderEliminarSalut
Antropología, también sociología, de los días de gloria que se pretenden. Acaso también psiquiatría.
ResponderEliminarPor cierto, qué bien queda para muchos de los asistentes sus propias imágenes para el presente y el futuro...Mira que yo no recuerdo de mis tiempos de causas justas y verdaderas ninguna foto...
ResponderEliminarMe ha gustado el reportaje,si señor,hay un tiempo para todo. Después de la tempestad,viene la calma ,se hace balance de lo perdido y ganado,pero esas fotos quedan ahí.
ResponderEliminarUn abrazo,te lo has ganado.
Yo me quedo con las señoras...
ResponderEliminarUn saludo
Tot em resulta molt i molt entremeliat. Hi ha coses que no entén.
ResponderEliminarSalut FRANCESC PUIGCARBó
Acaso, amigo FACKEL
UN abrazo
salut
Un abrazo, CAR RES....un abrazo
Salut
Tu eres un tramposo, TEMUJIN, yo lo dije primero ¡
Salut
Que no falte el humor, aunque cueste sacarlo desde dentro por culpa de estos acontecimientos que estáis sufriendo los que vivís allí.
ResponderEliminarUn saludo.
Pero no hay un momento para sentar la cabeza, no hay un momento para estudiar, no hay un momento para la belleza, no hay un momento para el diálogo, no hay un momento para la concordia, no hay un momento para la cordura, no hay un momento para la tolerancia, no hay un momento para...
ResponderEliminarFaltan tantos momentos, amic Miquel, falta tanta buena voluntad.
Precioso reportaje, triste y sentido.
Abrazos, dolidos abrazos.
Francesc Cornadó
Una pequeña sátira, CAYETANO.
ResponderEliminarSalut
No creo que las personas tengan maldad innata, amigo FRANCESC CORNADó. Aún así, habré de apuntar las palabras de Hobbes en su Leviatán. Hay cosas que me superan.
Un abrazo de los grandes.
Gracias por estar siempre aquí.
Salut
Siempre he preferido Voltaire a Rousseau.
ResponderEliminarSalud
Cornadó
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo es una mala elección, FRANCESC. Yo también prefiero al masón Voltaire, y estoy contra lo que dice Rousseau, de que el hombre siempre está encadenado aún naciendo libre, porque creo que el hombre es libre, sólo tiene que tomar decisiones.
ResponderEliminarUn abrazo
Salut
Las "Nits del Foc".
ResponderEliminarBarcelona va a ganar turistas amantes de los deportes de riesgo, a cambio del turismo familiar que va a buscarse otros pagos mas tranquilos.
¿ Cual será el siguiente escalón en el descenso a los infiernos ?.
Y Puigdemont diciendo que : "la auténtica violencia son esos tipos que armados con armas blancas, van cortando lazos amarillos de plástico".
Queda nominado al título de "gilipollas del año 2.019", en dura competición con el señor Torra.
Al Puigdemont, RODERICUS, tendrían que presentarle a los dueños de los vehículos quemados, las empresas con los cristales rotos, los hoteleros acojonados porque no van aguantar dos semanas, los taxistas, los repartidores, y los restauradores.
ResponderEliminarEsta semana han marchado de Barcelona 95 empresas, y no se ha asentado ninguna.
Buen futuro estamos asegurando a los que nos vienen detrás.
Pero ya son mayores, ya sabrán lo que hacen.
Un abrazo
Es una secuencia de imágenes que encararían más en una película cinematográfica, como pura ficción, que en la propia realidad, en fin.
ResponderEliminarPues sí, hay un momento para cada cosa, pero visto lo visto estos días... hay cosas que jamás deberían tener su momento.
Salut.
Con el argumento que nos presentas, imposible rebatirte.
ResponderEliminarSalut, PACO CASTILLO
Hola Miquel:
ResponderEliminarlas fotos son muy buenas pero de una tristeza infinita, Barcelona no merece verse así, creo que para manifestarse no hace falta causar tanto daño.
Una abraçada.
Completamente de acuerdo, CONCHI
ResponderEliminarGracias por estar
Salut
Shadowman Barcelona
ResponderEliminar3 hores
Os voy a contar un secreto: Los contenedores no tienen sistema nervioso, ni límbico.
Los contenedores son de plástico. Flotan.
Por eso no se ahogan en el Mediterráneo.
No se suicidan desde un cuarto piso cuando les quitan la casa, a ellos y a sus familias, dejando un feo cadáver en la acera.
No sienten el frío cuando les cortan la luz y el gas en invierno, aunque tengan solo dos años, ni sufren desnutrición infantil, ni nada de todo eso.
No los verás vendiendo ropa en sábanas con cuerdas, criminalizados y perseguidos de un lado para otro.
Los contenedores no buscan comida en otros contenedores.
Ni echan de menos a sus familias desde la cárcel.
A los contenedores nunca les faltan camas en los hospitales ni sufren estrés por no saber cómo sacarán adelante a sus familias.
Los contenedores no huyen a otros países porque les han acusado de terrorismo.
Tampoco les duele si les revientan un ojo o un testículo...
Por eso, cuando se habla de violencia en el resto del mundo, por raro que os pueda parecer, no se habla de contenedores. Se habla de personas.
“En Hong Kong, desde mediados de agosto, han habido más de 2000 heridos, 2.400 arrestos”. No citan los contenedores en el apartado de violencia.
Y esto es importante: Wikipedia cita las 10 muertes por suicidio a causa, no solo de la brutalidad policial, sino a resultas del problema en sí, que generó las manifestaciones.
¿Os imagináis que aquí contáramos las muertes que genera no poder cambiar la ley de pobreza energética, el bloqueo del Gobierno Central del Open Arms y el Aita Mari, los suicidios por desahucios, las torturas en los CIEs...?
Podéis estar de acuerdo, o no, con que se usen los containers para frenar las cargas y las furgonetas de la policía. O para que el mundo entienda -en una imagen- la rabia legítima que sentimos ante la represión y el encarcelamiento de líderes pacifistas o el expolio que significa mantener un régimen obsoleto.
Pero no le llaméis violencia.
Ni lo comparéis.
En las cárceles, en los hospitales, en el fondo del Mediterráneo o dentro de las cajas de cartón de los cajeros automáticos, lo que hay son personas.
No sé si servirá lo que ha pasado estos días, pero tengo clara una cosa: parafraseando a Drexler, no hay un contenedor en el mundo que valga lo que una de esas vidas.
Gracias por tu aportación MTRINIDAD
ResponderEliminarSalut