Bendito tu,
que has apagado tanta sed
de jornalero.
Bendito tu,
que has sabido repartir
a igual rasero
con la misma potencia
e idéntico pitorro,
con la misma potencia
e idéntico pitorro,
a encargados, menestrales,
aprendices, oficiales,
jefes de cuadrilla y jornaleros.
Bendito tu,
que abandonado hoy y,
siendo un peón
sobre el gaznate, a pie de obra,
y de la mesa y del tablero
me retraes a la época manida
de la niñez lejana,
y que a escondidas,
y que a escondidas,
de mi madre (se entiende),
me has trasportado al crio de ochos años
me has trasportado al crio de ochos años
enjuagándose la boca sin medida.
Un porrón... Pues casi relegados a unos pocos establecimientos hoy en día. "En el ayer", en mi casa había uno, también una bota.
ResponderEliminarpodi-.
usted perdone, en casa aún tengo el porrón presidiendo la mesa en las comidas, como debe ser... el porron, pon pero...
ResponderEliminarSalut
Este estaba en una esquina, encima de una caja eléctrica, ya ves, PODI
ResponderEliminarSalut
Aquet era molt maco, FRANCESC PUIGCARBó, i estaba força bé cuidat ¡¡
Salut
Bendito el porrón y maldita la caja de instalaciones, toda pintarrajeada con garabatos que habrá hecho algún gamberro incívico.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Lo más estético del lugar.
ResponderEliminarUna oda al porrón, así, en plan nerudiano. Algo tan sencillo como gratificante.
El porrón se inventó para que nadie contabilizara lo que eras capaz de trasegar en una reunión de familiares o amigos.
Saludos, Miquel.
Al gaznate directo,sin opción a saborear, a romper el talco y el asfalto de la fábrica acumulado en la garganta,como disolvía,rompía el vino.Pasaba de uno a otro sentados en los sacos llenos de talco,el porrón,el miserable porrón.
ResponderEliminarSalut.
Miquel. Bendito seas por reivindicar un utensilio social, higiénico e ingenioso como pocos. Por supuesto que nos retrotrae a la infancia -tu poema es un canto precioso al porrón, y a la niñez y a la juventud- y me vienen infinidad de imágenes: lugares, personas, grupos, cantos, camaraderías, soledades...Porque el porrón no solo se compartía entre bocadillos o cacahueses, que se decía por aquí, y que era lo más frecuente. Recuerdo también a obreros de vuelta del trabajo que se plantaban en verano a la puerta de la venta a abandonarse a sus soledades con un porrón para ellos solitos. Por estos lares ya no se usan, me han dicho de un lugar, pero reciente, en el que los hay y no sé si por homenaje o por ser originales que lo tienen recuperado. Pero no lo he comprobado. En fin. Que gracias.
ResponderEliminarMaldita, sea, FRANCESC CORNADó y, por tiempo infinito.
ResponderEliminarUn abrazo
jejejej, mucha verdad, CAYETANO. El invento del porrón es como el diseño de las palabras, puro truco para que no disciernan lo que se quiere decir.
Un abrazo
Miserable porrón, sumando de alguna dicha...CAR RES...alguna dicha, si.
Seguro, prenda.
Un abrazo
A ti FACKEL. Pero viejo que es uno. Husmeante esquinero..Todo lo encuentro por chafardero.
Salut