Si lo hace, tendrá mi complacencia

Yo no le he votado. En realidad no he votado a nadie, pero no le voy a engañar, deseaba un cambio, cambio en el que no he colaborado. Dicho esto, que creo de rigor, e intentando escapar de consideraciones políticas (cada uno es dueño de su pensamientos y esclavo de sus deseos), lo que usted hoy deja por escrito, Sra De Gispert, me da por lo menos ánimos de una cierta renovación de las miserias políticas.
Machacado constantemente por las actuaciones en cuestiones poco ortodoxas y fuera de lugar en los coches oficiales, como los reposapieses y las teles de plasma para estar bien informados; las embajadas tripartitas, las comisiones políticas y los discursos sin fondo ni sustancia, me da usted, insisto, cierta alegría en un momento en que más de 600.000 ciudadanos de este país (Catalunya) las están pasando mal.
Por último Sra. De Gispert, recordarle de que en los tiempos actuales, hay tres clases de pobres en nuestras ciudades, los de solemnidad, o sea, los del carrito que llevan consigo todas sus pertenencias; los de pensión mínima, ya sabe usted que con 500 euros al mes no te da ni para poner cara de pena y los últimos, los pobres modernos, o sea los de hipoteca, si, aquellos que ganando 1000 euros al mes tienen una hipoteca de 700 y si la dejan de pagar los nuevos bucaneros (entiéndase bancos), le requisan el piso y le atracan con la deuda.
Haga su plan de austeridad. Aparque los coches oficiales y que pisen la calle. Bájeles de la nube.
Suyo y agradecido, Miquel