Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

miércoles, 2 de junio de 2010

Se pierden los oficios





El producto más caro es el tiempo, por eso nadie quiere regalarlo. El arte de aprovecharlo y de saberlo trenzar entre las manos le es otorgado a unos pocos, entre ellos a esta señora que poco a poco va tejiendo, urdiendo, enlazando, entrelazando y dando forma a gachillos, arañas, nudos, cordajes y entramas, para acabar creando los tapetes más bellos jamás pensados.
Calle Dagería. Barri del Gotíc.

El producte més car és el temps, per això ningú vol regalar-lo. L'art d'aprofitar-lo i de saber-lo trenar entre les mans li és atorgat a uns pocs, entre ells a aquesta senyora que a poc a poc va teixint, urdint, enllaçant, entrellaçant i donant forma a gachillos, aranyes, nusos, cordajes i entramas, per a acabar creant els tapets més bells mai pensats. Carrer Dagería. Barri del Gotíc.

5 comentarios:

  1. Pues así es, y se perderán con ello en el lenguaje común de la memoria palabras como urdimbre ( en català "ordit") y trama. Me ha gustado que aplique el verbo URDIR

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  2. Ayy señor ¡¡¡ ahora el verbo urdir solo se aplica a los políticos, si, a los que urden planes y maquiavelan futuros...¡ terrible ¡, pero real. salut

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  3. La pérdida de cualquier oficio siempre la consideraré como una derrota en el ser humano.
    Un oficio sencillo pero lleno de alma era el de pastor. Tengo yo una entrada relacionada con un pastor y con lo que ejerció sobre una fuente a modo de intuición para reparar su canal.
    La gente que practica los oficios, sin duda, son verdaderos artistas.

    Poco a poco, amarás el flamenco. Seguro.

    Salud, amigo.

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  4. Del flamenco me gusta una persona llamada Jose Meneses (aunque no entiendo) (¿puede ser así el nombre ?...Salut

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  5. De José Menese, Puebla de Cazalla, Sevilla, es la seguirilla que se canta en mi última entrada. José Menese es de los pocos que quedan que no van a incluir en sus grabaciones otra cosa que no sea la guitarra y las palmas. Ningún otro elemento adiccional.

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Francesco Queirolo. Capilla de San Severo. Nápoles

  En no pocas ocasiones compartimos el título de esta obra, inmensa, por cierto, de Francisco  Queirolo.