Para recuerdos de unos y deleite de otros tantos, les dejo con un pupitre, de tintero y plumín de punta gótica; de guardapolvos a rayas y bocadillo de pan y vino con azúcar; de suela despegada en el zapato y sabañones en los dedos de las manos.
En fin, un pupitre de historia.
Per a records d'uns i el gaudir de d'altres, els deixo amb un pupitre, de tinter i plumín de punta gòtica; de guardapols a ratlles i entrepà de pa i vi amb sucre; de sola desenganxada en la sabata i penellons en els dits de les mans.
En fi, un pupitre d'història.
ai Miquel! jo en tenia un a l'escola d'aquests pupitres, anava amb la 'palmeta' incorporada.
ResponderEliminarsalut
si senyor ¡¡¡¡ ostres, "la palmeta", o el puntero ¡¡¡
ResponderEliminarSalut FraNCESC PUIGCARBó
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ResponderEliminarEn pupitres como este se formaron muchos de los hombres y mujeres que hoy dirigen el mundo.
ResponderEliminarEl mobiliario refleja mayor o menor austeridad ambiental. Indica los recursos materiales destinados a la escuela. Su importancia es funcional pero secundaria. La forma y calidad del pupitre es importante pero lo que importa es el respeto en las aulas, la dedicación de maestros y profesores, que éstos no estén obligados a cumplir unas consignas dogmáticas o políticas y que no tengan que dedicar su tiempo a tantos requisitos burocráticos como los que hoy se les exigen.
Importa la transmisión del conocimiento, la libertad de pensamiento, el fomento del esfuerzo y la responsabilidad, la formación de una conciencia social, importa enseñar el valor del trabajo bien hecho. Hay que enseñar a los jóvenes a hablar bien, a expresarse educadamente, hay que enseñarles el valor de la ciencia y del arte, la educación física, el compañerismo, etc.
Felicísimo 2017
Francesc Cornadó
En aquellos pupitres muchos aprendimos la técnica del tatuaje casero: plumilla, tintero y pinchazo en el brazo del compañero.
ResponderEliminarTiempos tremendos aquellos. La letra con sangre entra. Franco, José Antonio y el crucifijo sobre el encerado, rezos obligatorios y cantos patrióticos.
Pero teníamos toda la vida por delante.
Un abrazo y feliz 2017.
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ResponderEliminarLos pupitres deben cuidarse, los profesores y maestros no deben permitir que los niños rompan el mobiliario (porque lo hacen), no deben tolerar que los niños muerdan las puertas (porque lo hacen a menudo), los maestros no deben dejar que los niños llamen "hija de puta" a la directora del centro (porque lo hacen y se les tolera), los niños no deben lanzar objetos contundentes contra el profesor (porque lo hacen de manera habitual). El aula es lugar de estudio, relación y reflexión, el aula no es lugar de griterío ni de peleas. Los maestros y profesores no deben ser monitores de juegos sino que deben ser buenos docentes y deben enseñar, el estudio no es un juego. Lo de aprender jugando es un engaño, todo estudio y aprendizaje requiere un esfuerzo. Los maestros y profesores deben evitar que los niños se peguen, se escupan o se insulten, porque lo hacen habitualmente.
ResponderEliminarLas asociaciones de padres deben conocer lo que hacen sus hijos en las aulas, saber si sus hijos pertenecen a una banda de "latin kings" o "salvatruchas" o saber si progresan adecuadamente o si llaman "cerdo inutil" al profesor y todo esto que ocurre en las aulas debe ser conocido por los responsables institucionales de Educación y no pueden cerrar los ojos ante el incremento de violencia y degradación en las aulas.
Salud
Francesc Cornadó
Aún recuerdo los míos. Capas y capas de rayas en el sobre de madera hechas por generaciones de críos. En el de la foto se podía abatir el asiento hacia arriba.
ResponderEliminarRecuerdo otro modelo en el que todo el sobre de la mesa se levantaba y debajo había un buen espacio para guardar los libros y las libretas antes de salir al patio y machacar un viejo balón de reglamento a patadas.
Un abrazo, y felíz año nuevo.
Tod@s usamos esos pupitres querido Miquel, felíz año 2017, un abrazo.
ResponderEliminarEl cartel(NO TOCAR),muy apropiado de aquella época:no tocar,no me toques,no te toques...No nos enga
ResponderEliminarñemos,la enseñanza,con todos sus defectos,mejor la de ahora.
Saludos."ben"
Els meus pupitres també eren com aquests.
ResponderEliminarEl Francesc Cornadó genial!!
Amic FRANCESC CORNADó:
ResponderEliminarTengo un buen profesor, don Ignaci Boada, que además de dar clases en la Facultad de Teología en régimen abierto ( en las que estoy apuntado), las da en la Ramón Llull.
En el curso pasado, un semestre, y hablando sobre el liberalismo en general, nos comentó que a la corta, el trabajo de un profesor será cada vez más prescindible, y pasará a ser el de un animador cultural.
Así es como ve la enseñanza, al menos en este país, donde para equipararnos a los que nos pide Europa en materia califcativa lo que hacemos es bajar el grado de exigencia a los alumnos.
Cualquiera de nosotros, recordará que, para entrar a ingreso del bachillerato, con 9 años, te pedían en el exámen : un problema de regla de tres; una división por tres o más cifras; un dictado en el que no podía haber más de tres faltas de ortografía contando los acentos y ...una raíz cuadrada.
Hoy, ningún niño de 12 años se sabe la tabla de multiplicar. Sólo hace falta la comprobación.
Por lo demás, completamente de acuerdo con tus entradas.
Salut
Recuerda CAYETANO GEA, que el que salía con el bachillerato elemental (4 años), y a los 14 años, salía lo suficientemente preparado como para encontrar rabajo de aprendiz en cualquier lugar.
Un abrazo
Similares a los que conocí. La madera, eso si, estaba tan gastada y con tantos surcos que cuando caía la tinta ya tenía canales por donde circular.
Un abrazo
Salut
Si MTRINIDAD, somos de una generación similar.
Buen año
Un abrazo
La enseñanza ahora es muy floja BEN, muy floja.
Te aseguro que te quedarías pasmado de lo que dan los críos de 12 años. Lo se de primera mano porque ayudo a dar clases de refuerzo escolar a los que van retrasados. Y claro, ves los libros y ves las preguntas, ves los problemas...Ha bajado mucho el nivel de exigencia BEN, mucho. Aparte que cada comunidad mira por lo suyo (El Ebro se sabe donde desemboca pero no se tiene idea de donde nace -supongo que pasará con los demás ríos peninsulares-), en mates no saben hacer una regla de tres con 12 años, y tampoco saben, lo que es peor, para que sirve.
Un abrazo.
Tots els de l´época son molt similars , casi del mateix model, EL PELETERO.
Una abraçada.
salut
Me temo mi querido MIQUEL que estos pupitres son tan reliquias como dentro de nada ( ya casi lo son ahora ) lo serán los cuadernos y bolígrafos. Nos cuesta asumir que estamos en plena curva de cambio de ciclo cultural pero es así, lo que antes servía para enseñar hoy no sirve... no vale chapar memorístacamente como antes, la letras no entra con sangre, no. Ni tampoco vale suponer que la educación se imparte en casa y en el colegio conocimiento, nada de eso es ya así, si a un niño no se le ayuda a gestionar sus potenciales, si no se le alienta en sus cualidades, creatividad, seguridad y no se le responsabiliza de sus obligaciones en todos los entornos y ámbitos donde crezca, saldrá un asilvestrado acomplejado o un prepotente egoísta... de hecho hoy más que nunca ser padre es la mayor responsabilidad del mundo ante la complejidad del tiempo que toca vivir... sin embargo ya ves, cada vez dedicamos menos tiempo a la tarea de educar suponiendo que por pagar a mi profesores el niño va a tener mejor educación, en fin. La educación como la elegancia no se compra. Vivimos en el mundo de la sobresaturación informativa donde todos suponemos saber de todo y nadie sabe nada ya ... benditos pupitres de pluma y pizarrita, al menos ahí todo era tangible... ahora todo es tan holográfico e intangible como volátil. Gracias por recordarnos estas cosas de cuando vivir no se reducía a dígitos.
ResponderEliminarMás y más besos MIQUEL
Poco puedo añadir a tu exposición, MARÍA.
ResponderEliminarLlevas mucha parte de razón.
Un abrazo
te me cuidas.
Salut
ResponderEliminarCasi seguro que esa pupitre sirvió durante siglos, con pocos cambios a los escolares de occidente. Es un mueble útil y bonito. En mi colegio de monjas, ser compañera de pupitre marcaba la diferencia con las otras alumnas. Y las frases y dibujos, las cicatrices de la madera servían de entretenimiento en las tediosas clases que parecían no acabar nunca.
Abrazos