COVID19. Teresas de Calcuta. Comedor; necesitados y voluntarios.

Siguiendo las órdenes del Gobierno, y por ende, las del Ay untamiento de la ciudad, se ha cerrado el comedor social de Teresas de Calcuta. Eso no quiere decir que las Hermanas de la Caridad (Teresas de Calcuta), seis en total, no hayan visto la manera de remediar el problema. Se han suprimido las comidas calientes, de esas de "cuchara" ( obvia decir que allí dentro no se dispone de tenedor ni cuchillo) porque no es procedente sentar en los comedores personas que en ocasiones vienen en condiciones "precarias", al lado de ese tipo de utensillo en las mesas; hay que tener en cuenta que se dispone de cuatro mesas para veinticuatro personas y dos mesas para trenta (una arriba, en el segundo piso, y otra directamente a la entrada, para cuando el que viene lo hace fuera del horario marcado -10´30; 11´30 e incluso 12´30-).

En ocasiones, las más, se suelen triplicar los turnos.

En estos momentos se ha optado suplir la comida caliente por el bocadillo (no hay otra fórmula para llenar el estómago).

El bocadillo, cuando se trata de pocas unidades, es fácil de hacer, el problema viene cuando se han de hacer varios cientos. Cortar el producto (queso, jamón dulce, chorizo, fuet, pavo, o jamón país si se tercia y hay alguna oportunidad...) requiere de una buena máquina y de unas personas que sepan hacerlo. Generalmente esa es mi misión, deshuesar y cortar a máquina.

Por otro lado, hay que cortar el pan, rebanarlo por su través, untarlo de tomate o aceite, rellenarlo, protegerlo en una bolsa de papel, e introducirlo junto a un par de yogurts, alguna fruta (los días que hay) y si se puede, y  Rosendo* -el de las panaderías-,  envía algo de pastas del día anterior, y que no haya vendido, también se les reparte .

Debido a la  situación reinante, las hermanas no quieren que vayan los voluntarios de riesgo, eso pondría en peligro la vida de las personas, la continuidad de la obra (no bien vista por el Consistorio barcelonés dado que está situado al lado mismo de Les Rambles y la imágen de Barcelona queda afectada**); así que sólo se cuenta con cuatro/cinco voluntario/as fijos, de los llamados "más jóvenes". Si a esto añadimos que tres de las seis hermanas que viven en el convento son muy mayores, y que entre estas hay una casi imposibilitada, nos quedamos con tres. O sea, siete u ocho personas para una comida que a veces suele ser la única.

El lunes 16, se repartieron tras la verja del Pasaje de Sant Agustí 964 bocadillos, si, no me he equivocado. Novecientos sesenta y cuatro.

Las Hermanas temen de que esto vaya para largo; los comensales, me consta, también.

*Rosendo, el de Forn Rosendo (no suelo hacer propaganda de tiendas, pero en este caso no sería justo que me olvidara de esta empresa) cada día entrega todas las pastas sobrantes del día anterior de su cadena de panaderías; las traen en una furgoneta de su empresa y las deja a las 7 de la mañana para tenerlas dispuestas a repartir. Entre nosotros, no es la primera vez que me he comido un bollo, y están de muerte.

El pan para la comida, ahora los bocadillos, siempre del día, se compra y se abona puntualmente. Así con todo los demás alimentos perecederos, salvo las donaciones pasajeras, que no llegan para cubrir la mitad de más de cuatro cientos menús diarios, pero que siempre son bien recibidos por las hermanas.

** Desde hace algún tiempo se rumorea, -dentro de la comunidad-, que el Comedor Social de Teresas de Calcuta  se  quiere trasladar por parte del Ay untamiento, a la Zona Franca, muy cerca del Banco de Alimentos.
Decir desde aquí que allí no cumpliría ninguna misión social, dado que es en El Raval donde está instaurado el problema, el barrio más marginal de Barcelona, sin duda, y allí, en la Zona Franca, parco favor harían a los que buscan chatarra, o a los que llevan sus pertenencias en un carrito, o a los que no tienen un céntimo para pagar el autobús, pues sin él no se llega dado que está en el extremo de la ciudad, y  no habría posibilidad de que la cantidad ingente de personas que vienen a comer lo hicieran.

Les dejo el enlace para que se hagan cargo del barrio. Dense una vuelta por el carré Hospital y aledaños:

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La foto corresponde a finales del año pasado.

Cortando en la máquina jamón país, para los bocadillos, después de haber deshuesado unas paletillas de una donación particular.

Preparando en las bandejas el jamón, así es más fácil elaborar los bocadillos.