La entrada que les inserto hoy no se ubica concretamente en Barcelona, sino unos pocos kilómetros más al norte, por la linea de la costa. Concretamente en Badalona.
Creo que vale la pena saber que la mayoría de los carteles publicitarios que vemos en Barcelona, se deben al ingenio y la artesanía de un genovés que en 1905 puso su fábrica de cromolitografía a nuestro servicio.
Inmediatamente, y por la labor que ejercía, a la fábrica la denominaron "La Llauna".
La historia de G. De Andreis Metalgraf Española, que es como pasó a denominarse la empresa a partir de 1919 y que acabó por cerrar en 1980 por inadaptación a las tecnologías del plástico, es apasionante. Estuvo en el epicentro del pistolerismo de la década de los años veinte y en 1930 mantuvo una gran huelga -la plantilla era por entonces de 1.300 trabajadores- durante la cual fue asesinado Ramon Bonjorn a manos del sindicato de la patronal, vengado al año siguiente por un tiro en la nuca al encargado de sección Gonzalo González. Durante la guerra, la empresa fue colectivizada.
Les dejo una muestra de su trabajo, verdaderas obras de arte.
L'entrada que els insereixo avui no es situa concretament a Barcelona, sinó uns pocs quilòmetres més al nord, per la línia de la costa. Concretament a Badalona.
Crec que val la pena saber que la majoria dels cartells publicitaris que veiem a Barcelona, es deuen a l'enginy i l'artesania d'un genovès que en 1905 va posar la seva fàbrica de cromolitografía al nostre servei.
Immediatament, i per la labor que exercia, a la fàbrica la van denominar "La Llauna".
La història de G. De Andreis Metalgraf Espanyola, que és com va passar a denominar-se l'empresa a partir de 1919 i que va acabar per tancar en 1980 per inadaptació a les tecnologies del plàstic, és apassionant. Va estar en l'epicentre del pistolerismo de la dècada dels anys vint i en 1930 va mantenir una gran vaga -la plantilla era en aquells dies de 1.300 treballadors- durant la qual va ser assassinat Ramon Bonjorn a les mans del sindicat de la patronal, venjat a l'any següent per un tir en el clatell a l'encarregat de secció Gonzalo González. Durant la guerra, l'empresa va ser col·lectivitzada.
Els deixo una mostra del seu treball, veritables obres d'art.
L'entrada que els insereixo avui no es situa concretament a Barcelona, sinó uns pocs quilòmetres més al nord, per la línia de la costa. Concretament a Badalona.
Crec que val la pena saber que la majoria dels cartells publicitaris que veiem a Barcelona, es deuen a l'enginy i l'artesania d'un genovès que en 1905 va posar la seva fàbrica de cromolitografía al nostre servei.
Immediatament, i per la labor que exercia, a la fàbrica la van denominar "La Llauna".
La història de G. De Andreis Metalgraf Espanyola, que és com va passar a denominar-se l'empresa a partir de 1919 i que va acabar per tancar en 1980 per inadaptació a les tecnologies del plàstic, és apassionant. Va estar en l'epicentre del pistolerismo de la dècada dels anys vint i en 1930 va mantenir una gran vaga -la plantilla era en aquells dies de 1.300 treballadors- durant la qual va ser assassinat Ramon Bonjorn a les mans del sindicat de la patronal, venjat a l'any següent per un tir en el clatell a l'encarregat de secció Gonzalo González. Durant la guerra, l'empresa va ser col·lectivitzada.
Els deixo una mostra del seu treball, veritables obres d'art.
Fábrica "La Llauna", de G. De Andreis
Interesante el tema. La historia es así. Se nos suele contar mucho de políticos, gobernantes, etc. y sabemos menos de las fuerzas sociales y empresariales que jugaron un papel fundamental no solo en el desarrollo económico del país (no te cuento de Barcelona) sino en la formación de ideologías enfrentadas y de acciones políticas virulentas. Pero es un tema largo y más de lado del post. La publicidad de aquellos tiempos -que aún perduró en parte de la etapa franquista- era muy creativa. El simple cartelismo de los actos cívicos o sindicalistas también lo muestra, pero el de las marcas era muy potente y duradero. Ya digo, todo muy interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarcurios, vaja vaja amb el genovés, segur que com jo la majoria de la gent del mateix Badalona desconeix la seva obra.
ResponderEliminarSalut
Da para mucho FACKEL. Esto es un aperitivo. Me imagino la fuerza de trabajo de 1.300 personas, pero enfrente hay otra fábrica que no iba a menos, la del anís "Del Mono", que aún perdura, con una destilería inmensa, un almacén gigante, una embotelladora fenomenal y cientos de personas que trabajaban en aquella época del 1900. Aquellas dos fábrica frente a frente darían de comer a multitud de pequeños talleres, y estos a bares y tiendas...Ya te digo que da para mucho, y hace pensar.
ResponderEliminarUn abrazo
PD: Por cierto, su cartelería aún perdura en alguna fachada.
salut
Segur, i mira que és important, FRANCESC PUIGCARBó.
Salut
Sí, señor. Verdaderas obras de arte dentro de su sector. De lo mejorcito que anda por ahí.
ResponderEliminarUn saludo, Miquel.
Un saludo, CAYETANO.
ResponderEliminarSalut
No conocía esta empresa de Badalona. Veo que hicieron un gran trabajo y es una pena que cerraran. Dices que cesaron por inadaptación a las tecnologías del plástico, ya sabes: "renovarse o morir", supongo que se juntaron diversos problemas, porque veo que hay otras empresas actuales que se dedican a esta actividad.
ResponderEliminarSalud
Cornadó
Soy un enamorado del cartel Prerrafaelista (cómo me recuerda a Rossetti), de La Catalana, CORNADO. Creo q Los carteles de latón ya no se utilizan en la actualidad. Predomina el plástico.
ResponderEliminarTodos los que he puesto son de latón.
Un abrazote
Salut
Hasta cambiaron los rótulos de las estaciones del metro de Barcelona por otros de plástico sin venir a cuento, yo me llevé uno a casa y lo tengo en la cocina, estábamos reparando las escaleras mecánicas de la estación de Lesseps y los tiraban dentro del túnel entre Fontana y Lesseps, así que lo salvé de la destrucción, La pela es la pela y cambiar los letreros "eternos" por plástico significaba ganar "molts calés" ... Barcelona en los años 70 también era así no es nada nuevo.
ResponderEliminarHasta cambiaron los rótulos de las estaciones del metro de Barcelona por otros de plástico sin venir a cuento, yo me llevé uno a casa y lo tengo en la cocina, estábamos reparando las escaleras mecánicas de la estación de Lesseps y los tiraban dentro del túnel entre Fontana y Lesseps, así que lo salvé de la destrucción, La pela es la pela y cambiar los letreros "eternos" por plástico significaba ganar "molts calés" ... Barcelona en los años 70 también era así no es nada nuevo.
ResponderEliminarSi, todo al plástico, y la cerámica de toda la vida y el metal que duraba porque estaba bien tratado se fue al traste porque no interesaba, CHORDI.
ResponderEliminarUn abrazo
Caramba, recuerda un poco a aquella exposición que a principios de año - si no recuerdo mal - hubo en el Museu del Diseny.
ResponderEliminarPODI-.
La pena, PODI, es que no me fijé en el fabricante, sino hubiera puesto más carteles, mas que seguro.
ResponderEliminarUn abrazo
Los que muestras,lucen limpios y bellos,pero de los que me acuerdo situados en los despachos de los talleres y comercios lo hacían sucios del tiempo,porque eran eternos,como las compañías
ResponderEliminarde seguros que anunciaban,hoy día desaparecidas.El tiempo,la edad,todo cambia,se ha de cambiar.
Salut
Están reparados, CAR RES. Son de un coleccionista. Los demás están mal porque generalmente estaban a la intemperie y aguantaban las inclemencias del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo
salut