Si estoy sometido a la necesidad, no soy libre. José Mujica (Expresidente de Uruguay)

lunes, 25 de agosto de 2008

La liga, los jugadores y, sus representantes


A mí, jamás se me hubiera pasado por la cabeza ser jugador de fútbol, antes bien, representante.
Y no necesariamente de un renombre internacional, esos siempre están bajo la mirada de miles de aficionados y la presión de los resultados porque han de tirar del carro del equipo.
A mí, me hubiera gustado ser el representante de algún jugador parecido a Soler. Si, Soler. Cinco, o seís equipos de primera, casi vente años en activo y jamás un problema. Obrero disciplinado, pocas lesiones y profesional. Y yo, con mí comisión del 15% según normas FIFA.
Pero para ser representante a parte de tener suerte, y de dar con un buen filón, se ha de nacer, como el de la foto. Su obrero al tajo y él con las manos en el bolsillo, el gabán cruzado y un sombrero de postín.
La foto está hecha en 1951, en los aledaños del antiguo campo de Sarriá. Su autor es Perez de Rosas padre.
Comienza la liga, y yo, sin ningún jugador que llevarme al bolsillo...
Salut y suerte a todos...

4 comentarios:

  1. toda la razon ,amigo,este post viene al dedillo con todo lo que esta asando estos dias en nuesro espanyol,pero yo la verdad ya empiezo a estar harto de tanto hipocrita y tanto mercenario,nadie es imprescindible y como dice un amigo con un gran blog perico"SI NOS CORTAN LAS ALAS VOLAREMOS CON LOS COJONES" saludos

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  2. Este es un país con una gran tradición en representantes. De hecho seguramente que la figura del representante es una evolución de lo que los taurinos llaman el apoderado, un tipo que es como un padre para el torero, solo que en vez de recibir regalos del diestro se los agencia él mismo por anticipado.

    Un perla, vamos

    Salu2

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  3. Gran verdad en eso de la tradición, gran verdad....

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  4. Hablando de apoderados y representantes. Cierto banderillero se quejaba, en una peña taurina, de que, pese a que ganaba mucho dinero,nunca llegaba a final de mes. Los amigos de la peña le pidieron las liquidaciones que le hacía el apoderado y en todas apareció una partida denominada P.S.P., que se comía la casi totalidad de los beneficios, que eran muchos, como intuía el diestro. Pedidas explicaciones al apoderado las dió convincentes. Significaba, nada más y nada menos que "por si pasa". Colorín colorado este cuento se ha acabado, explicado a este amanuense por uno de los miembros de la peña. Ni qué decir tiene que el apoderado fue obligado, para satisfacción del diestro, a devolver todo lo que finalmente no había pasado

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