"No creo que todos los políticos sean estiércol, creo que los que no lo son están fuera de la política" (Francesc Cornadó)

jueves, 2 de octubre de 2025

Sobre la queja de los jóvenes y la pensión de los mayores

Viene a cuento esta entrada porque ya es la tercera vez que escucho a un joven quejarse de que cobra menos que un jubilado.
Al 1 de enero de 1967, en Barcelona, un piso de 68 m² (útiles), en el Eixample de Barcelona, se alquilaba por 2.400/pesetas mes *. En ese momento, un oficial de primera en una imprenta, ganaba no más de 1.100 pesetas a la semana (primas aparte).

En aquella época, el obrero se tenía que estar de muchas cosas si quería pagar el alquiler, pues no llegaba el dinero a pesar de trabajar 48 horas a la semana, a razón de 8 horas diarias de lunes a sábado incluido, con la obligación de hacer horas extras cada día. Estas iban de 2 a 4 horas diarias.

Que yo recuerde:

El vermut se solía hacer el domingo al mediodía. Era el gran día de las terrazas en la calle.

Pisar un restaurante sólo se daba en una celebración especial (bodas, comuniones, bautizos...)

La fiambrera con la comida para precalentarla en el trabajo, era lo normal.

Ir a los estudios caminando  para ahorrarse las 2´50 pesetas del trasporte era una costumbre.

 Los puentes  laborales eran desconocidos para la mayoría de los obreros, sin olvidar de que todo era comunitario, desde la televisión hasta el teléfono, no es de extrañar, entonces, que los gastos fueran los mínimos, dado que las prioridades en las que se pensaba eran otras, entre ellas el ahorro.

Se me da, que la palabra "hucha" es la gran desconocida en el momento actual.


Los pisos siempre han estado caros en Barcelona; para pagar el alquiler generalmente se tenía que realquilar una o dos habitaciones 




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