SI TIENES PERRO, NO LADRES TÚ. (Proverbio chino)

domingo, 17 de agosto de 2025

Sobre Javier Lambán. Por Juan Lobato

 Hace nada nos ha dejado Javiér Lambán. Es curioso, pero tan dados que son algunos políticos a teclear nimiedades, pocos, contados con los dedos de media mano, le han dedicado unas mínimas palabras, quizá por eso, porque la muerte de una persona válida y un político consecuente no sea una nimiedad

 Descanse en paz.


Les dejo con el escrito que hizo sobre él, Juan Lobato. 

Cualquier organización necesita pulso, alma. Un partido político especialmente, y si es de izquierdas más. El PSOE ha sido un ejemplo de ello durante casi 150 años. Siempre ha tenido pulso y alma. A veces demasiado pulso, y casi siempre dos almas, o más…

Javier Lambán siempre entendió que un partido sin pulso está muerto. Y asumió, con el coste que esto supone en la cultura piramidal de los partidos de hoy, su papel de referente para mantener el pulso, el alma y la aportación de ideas, criterio y personalidad a la organización. 

Al PSOE Además, era una gran persona y un buen hombre íntegro y auténtico, como me decía anoche una dirigente de su equipo que le conocía muy bien desde hace años y que le acompañó hasta el final.

El pasado día 4, apenas hace 10, estuve conversando con él. Me trasladaba algunas reflexiones duras sobre el momento político, y las combinaba con deseos y palabras muy cariñosas. Un equilibrio virtuoso entre realismo, ambición y utopía. Muy inspirador viniendo de alguien como él y en la situación que se encontraba.

Coincidimos 3 años como 'barones' del PSOE y compartimos un mitin muy especial en Zaragoza. Siendo el más joven tuve la suerte de aprender de la escuela Lambán: principios, coherencia y tener muy claro siempre quienes necesitan que hagamos bien nuestro trabajo para tener mejores oportunidades en la vida.

Javier era un político que, con una ideología de izquierdas tan claramente definida y tan vehementemente defendida, consiguió tener el respeto desde siempre de muchas personas con ideologías diferentes a la suya.

Para algunos, quizá, esto no sea importante o necesariamente positivo. Para mí, en estos tempos de polarización, esta es la clave para la convivencia, la consolidación de la democracia y la lucha frente al populismo y la radicalidad. Conseguir un respeto mutuo.

La fórmula de Javier Lambán para ganarse este respeto tan amplio era muy sencilla, pero poco habitual: coherencianaturalidad y respetar a los demás para que te respeten a ti.

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