Una de las cosas que me llaman la atención cuando utilizo el trasporte público es la falta de consideración hacia el débil.
Estoy convencido de que una sociedad no puede funcionar bien si hay que recordar mediante carteles que existen asientos reservados para personas menos capacitadas, sean estas las razones que sean.
No podemos relacionar la inteligencia con la conducta, porque esta es simplemente un concepto ético.
La ética se aprende con ejemplos.
El hecho de que sea necesario recordar mediante carteles lo que debería surgir de manera natural, y por lo tanto, normal, en una sociedad como la nuestra, (la cortesía y la empatía), revela una pérdida de espontaneidad moral.
Hoy, la sociedad necesita regular, llamando la atención con carteles, lo que antes era un gesto automático, espontáneo y natural, de solidaridad y buena educación.
Es triste, pero el gesto, ya inexistente, nos tiene que ser recordado de manera permanente a base de afiches y asientos de colores diferentes.
Doncs encara és de les coses que als autobusos (almenys a SBD) es respecta bastant. Però no de manera sistemàtica sense cap advertiment com es feia abans, quan es respectava a la gent gran.
ResponderEliminarSalut.
He de coger el tren para ir a Barcelona cada miércoles. Y he de coger el metro. Milagro si hay quien se levanta para dejar el asiento a Mayte.
EliminarPero el problema no es ese, el problema viene cuando en los asientos reservados están quien no debe, todos,eso sí, amparadas y amparados detrás de la pantalla.
Salut
Parlant de pantalles, ahir vaig atropellar amb la bici a una noia que va saltar-se semàfor de vianants en vermell, va travessar sense ni tan sols mirar, la vaig veure i en intentar esquivar-la, algú va cridar i es va aturar i tornar enrere per on avançava jo. No vàrem arribar a caure a terra ni ella ni jo, ja et pots imaginar a la velocitat que vaig. Però si arriba a ser una moto o un cotxe, hauria estat el resultat ben diferent.
EliminarSalut.
Aquest és el problema, Francesc. Vien en un altre món.
EliminarSalut
Quiero añadir un apunte: Con 75 años acuesta y acompañado de bastón, utilizo el tren, entre tres y cuatro veces a la semana. Las pocas veces en que alguien me ha cedido el asiento, o ha sido una jovencita o un extranjero de esos que despectivamente llamamos moros. En fin...
ResponderEliminarAyer vine del dentista con una muela menos. Voy al Clínico por razones del corazón, allí me llevan.
EliminarConseguí sentarme en el autobús de venida al pueblo, pero imposible hacerlo a la ida, ni en tren ni metro. No existes y eso que están los carteles bien expuestos.
Es muy triste, pero es lo que hay.
Salut
Es una muestra màs de que se ha perdido la caridad. Un beso
ResponderEliminarApuntaría a que el sistema ha ayudado a perder los valores, Susana. Hoy todos viajan inmersos en movil, en su mundo, en su realidad virtual. El vecino les importa poco.
EliminarUn beso
Salut
Miquel, siempre llegamos a las mismas: la falta de educación.
ResponderEliminarEs lamentable que haya cartelitos insistiendo, es lamentable que haya carteles diciendo: "gracias por no poner los pies en el asiento delantero", "gracias por no fumar", "gracias por respetar el descanso de los vecinos", etc. siempre dando las gracias y evitando la palabra "prohibido",
Un abrazo.
Cierto, se evitan las palabras que puedan molestar, Francesc.
EliminarMuy cierto.
Un abrazo
Cierto, se evitan las palabras que puedan molestar, Francesc.
EliminarMuy cierto.
Un abrazo
No soy una persona adscrita a ninguna religión, ni me verás elogiando a ninguna, pero llevo tiempo contemplando con cierto pavor que hemos perdido los valores, valores de cualquier tipo. Los valores cristianos que nos metieron con calzador, no eran los mejores, pero al menos había unas normas mínimas. Ahora ya no tenemos esos valores, pero no los hemos sustituido por nada, vamos camino de una sociedad que se asemeja demasiado al estado de naturaleza de hobbes, individualismo feroz, soledad.. la nada.
ResponderEliminarSaludos
Esos valores, BEAU, los teníamos en casa.
EliminarComíamos todos juntos, incluso de la misma olla, y todos lo mismo
No había menús individuales, y a la primera todos a la mesa.
Sabíamos lo que era la autoridad y el padre o la madre los representaba...y daba ejemplo.
Cediamos el asiento porque lo veíamos, así el paso, y el saludo.
Ejemplos.
Un abrazo y gracias por pasarte
He vivido en los institutos de enseñanza secundaria la carencia total de cualquier educación cívica, lo que antes se llamaba urbanidad, dirigida a los alumnos. Por ejemplo, ceder los asientos a las personas que lo necesiten, llevarse la basura de la playa, utilizar las papeleras, no ir con música estridente en el móvil ni escuchando vídeos en lugares públicos, no poner las piernas sobre los asientos del metro o ferrocarril, no pintar con grafitis los trenes públicos, respetar a los mayores en general... Son cosas elementales pero que no se enseñan porque dicha educación cívica se considera autoritaria o limitadora de la espontaneidad. Buena parte de lo que mencionas viene de que no se enseña en la escuela de un modo convincente. Salut, Miquel.
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo, Joselu.
EliminarCompletamente.
Un abrazo
Salut
Es que acaso,
ResponderEliminarvamos a
necesitar
unas leyes
tipo la
España del
régimen?,
y cuando
narices
vamos a
derogar
la ley del
meno?,
esa , que
ha convertido
a algunos
menores en
MONSTRUOS,
luego hay
cada padres
niñatos que...
Todo se suscribe a la educación, Orlando, no hacen falta leyes, solo educación.
EliminarUn abrazo
Salut
Y luego está el hecho de que si el cartel va encima de un asiento concreto, el usuario convencional ya considera que él no está ocupando un asiento reservable y por lo tanto no hay quien lo levante ante una persona más necesitada (por suerte la mayoría de la gente no precisa de carteles).
ResponderEliminarpodi-.