Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

miércoles, 22 de abril de 2020

José Florencio Martínez. (Llanto por los médicos y demás personal sanitario fallecido por la pandemia).


José Florencio Martínez es uno de los mejores poetas que conozco, quizá el mejor. De sus numerosos libros quiero destacar dos; uno de erudito, sobre Lope de Vega, "Biografía de Lope de Vega", indispensable para todo aquél que quiera introducirse en la vida del polifacético autor teatral, y otro de poemas, de bellísima factura, titulado "Teseo no saldrá del Laberinto".
Les dejo con un enlace de Escritores Recónditos sobre su trayectoria:
José Florencio Martínez és un dels millors poetes que conec, potser el millor. Dels seus nombrosos llibres vull destacar dos; un d'erudit sobre Lope de Vega, "Biografia de Lope de Vega", indispensable per a tot aquell que vulgui introduir-se en la vida del polifacètic autor teatral, i un altre de poemes, de bellíssima factura, titulat "Teseo no saldrá del Laberinto".
Els deixo amb un enllaç d'Escriptors Recòndits sobre la seva trajectòria:

(Llanto por los médicos y demás personal sanitario fallecido por la pandemia).
I
 Y vino el ángel exterminador y señaló los dinteles de algunas puertas.
Se decretó el Estado de ¡Al-Arma!, pero no había ningún arma más que la reclusión y la espera.
La espera hasta que el ángel dejara de traer su oscura noticia
y de romper al azar los relojes de arena de los humanos.

Pero vosotros, personal sanitario, erais nuestros ángeles de la buena muerte
o los que barraban la entrada al exterminador y nos devolvían a la vida;
a sentir, profunda y lata, la primavera del año 2020.
Vosotros, gentes de bata y alas blancas, no teníais que haberos ido.

Pero el ángel de alas negras os señaló en la frente,
os incluyó en su lista fúnebre, en la devastación de su bosque talado.
Y no hay razón que explique por qué dalló vuestras alas su guadaña
o qué ciega vesania dejó también sin alas las de nuestra esperanza.

¡Oh lid y oficio de tinieblas! ¡Oh extremado combate
de la ciencia inerme contra la rosa negra de la autora!
¡Oh campo, campo, campo de desigual batalla sobre el que cae una vacía nieve negra!
¡Oh amarga pena candente, gélida desolación del alma!

II
 Sí, todo lo que nace ha de morir: el mismo sol, y un día las estrellas, las galaxias…
Todo al nacer lleva en su signo la crisálida de la muerte.
Pero nada debía quebrar los relojes de arena si hay aún granos de sílice en su seno,
ni tronchar el transcurso de la rosa antes del anuncio de los fríos de otoño. 

Contra la realidad transparente de un límpido cristal
embate –no lo ha visto– la testuz de la ética humana
y se hiere en sus vidrios rotos, sangrantes, de la ciega injusticia,
en el cruel topetazo de los acantilados lacerantes de los hados.

Y el camino se puebla de féretros escampados por doquier,
y se endurecen –¡qué remedio!– los pies del caminante:
un desfile de féretros en los camiones militares o en los escombros de los basureros
y no sé de qué guerra vienen, de qué Troya lejana o de qué Apocalipsis.

Estiércol de la muerte, estiércol de la vida, estiércol de la nada.
Pero la vida es más fuerte que la injusticia y levanta.
Porque el árbol de la vida siempre levanta y abre sus brazos contra el sol y el aire,
contra las noches y los días, contra los vendavales y las tormentas.

III
Y su enramada se llena de luz y de oxígeno y de pájaros cantores,
y vosotros, personal sanitario caído, sois semilla de esa luz y oxígeno y esos pájaros de alegría,
y en las pirámides del tiempo estarán vuestros nombres escritos
porque con vuestro nombre fuisteis cadena de la vida.

Nuestro futuro viene de vuestra muerte. No os moristeis del todo.
Escribiremos poemas sobre vuestros jacintos y sobre vuestra luz.
Y en las noches de agosto cuando alcemos los ojos hacia la Vía Láctea
oiremos el eco de vuestros corazones, el lied de vuestra sombra.

El exterminador nos ha robado la primavera y vuestras almas.
Desembarcasteis, antes de arribar, en el más bello puerto que es procurar la vida.
Pero, ¡qué bello aroma nos queda de vosotros! 
¡Y qué beldad la luna desde los claros que en el bosque dejasteis!

Pisaréis los lagares de nuestra sed insaciable de ebriedad y de danza.
Vuestras olas murieron al pie de nuestros médanos.
Dormid en la trasnoche de los brazos del viento.
También un día seremos rocío de otras flores.

11 comentarios:

  1. Para mí, también es uno de los mejores poetas que conozco. Es un hombre cultísimo y de una gran creatividad.
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
  2. Vi ayer esta entrada suya en La Charca Literaria, FRANCESC CORNADó.
    Le pedí permiso para ponerla, porque me parece un poema de bellísima factura.
    Un abrazo
    Salut

    ResponderEliminar
  3. Tengo excelente recuerdo de Florencio de aquel encuentro día del libro en la Rambla, que ahí se llama de Sant Jordi aunque Don Miguel el Grande queda en la sombra por alguna veleidad del tradicionalismo siempre imperante por esos pagos. Su libro de Teseo es una joya al que, como al tuyo o a los de Francesc Cornadó, recurro con alguna frecuencia porque siempre leo algo diferente de la lectura anterior. No sé si por culpa vuestra o por la mía. Así que este poema del momento no me sorprende del todo y el que esté realizado al estilo clásico, como él bien sabe hacer, es el mejor modo de valorar el tiempo presente. Gracias por hacerte eco. Resistir en todos los sentidos.

    ResponderEliminar
  4. Gracias a ti, FACKEL, por llevarnos dentro de esa cajita que llamamos corazón.
    Florencio tiene "algo especial" en sus poemas, le llamo personalidad. Y sobre Cornadó...¿que decir?, lo que dije una vez, que soy un tipo afortunado de tenerlo tan cerca.
    Un abrazo FACKEL. Gracias por estar

    ResponderEliminar
  5. Ciertamente un buen poeta. Yo también compartí ayer en facebook esos tres poemas que has puesto y que aparecieron en La Charca junto al texto de Helena Garrote.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Si, amigo CAYETANO. Un buen lugar para pasar este mal trago.
    Un saludo.
    Salut

    ResponderEliminar
  7. Nunca he llegado a comprender o entender bien la poesía, es una de mis asignaturas pendientes.. otra más...

    Un saludo

    ResponderEliminar
  8. No ha de preocuparte, TEMUJIN, lo bueno es saber que la poesía existe, y con ella los poetas.
    Un abrazo
    Salut

    ResponderEliminar
  9. Un magnífico poema, con muy bellas metáforas, ya sean siniestras o cándidas, para rendir tributo a quienes nos cuidan del peligro, y arriesgan sus vidas por los demás.
    Gracias por traer a este poeta.
    Un abrazo, Miquel. Salut

    ResponderEliminar
  10. Florencio no solo es un magnífico poeta, también un estupendo amigo.

    Abrazos

    ResponderEliminar

Alcachofas de El Prat

No las veía igual, unas tenían un verde más intenso que otras, además de tener un perfil más puntiagudo, así que para quitarme de dudas habl...