Pero los fascistas, claro, siempre son los otros.

sábado, 12 de octubre de 2019

Torre Collcerola. Primavera 1991

Mientras las Olimpiadas se acercaban, la Torre de Collcerola iba tomando forma.
En su exterior, un ejército de hombres, casi todos foráneos, iban trazando el camino hasta la cima con mil géneros de cosas trasportadas a hombro; camino que no era más que una simple escalera de caracol adosada al pirulí, este de cemento.
Aquello era un espectáculo; particularmente nunca me hubiera gustado ser protagonista de la obra.


Mentre les Olimpíades s'acostaven, la Torre de Collcerola anava prenent forma.
En el seu exterior, un exèrcit d'homes, gairebé tots de fora, anaven traçant el camí fins al cim amb mil genéros de coses transportades a l´ espatlla; camí que no era més que una simple escala de caragol adossada al pirulí, aquest de ciment.

Allò era un espectacle;  particularment mai m'hauria agradat ser protagonista de l'obra.












7 comentarios:

  1. A mi tampoc m'hauria agradat, tinc molt vertigen.


    Salut

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  2. Aixó era massa. I tots foranis pujant i bajant per les escales.
    Salut FRANCESC PUIGCARBó

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  3. Es absurdo construir una escalera que no lleva a ninguna parte. Si al menos llevara al cielo...
    Un saludo, Miquel.

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  4. ¿Te refieres a porteadores, a proletarios paletas, a charnegos...? ûes si viste aquello tienes conocimiento de causa para imaginar cómo se construirán las pirámides y otros monumentos de la Antigüedad o Edad Media en honor de faraones o dioses.

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  5. Cierto CAYETANO, y mira que tenían el ejemplo de la Torre de Babel, pero se ve que era como aquí, cada uno hablaba su idioma y nadie se entendía
    Un abrazo

    Me dio que pensar, FACKEL, en el tema; era lo mismo, igual que aquello. Porteadores. Iban con vigas de madera al cuello, subiendo una escalera de caracol de aquellas que quitaban el hipo.
    Salut

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  6. Miquel, esta torre no podía ser la Torre de Babel, era todo lo contrario, es una torre de comunicaciones.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  7. Es cierto, FRANCESC CORNADÓ ¡¡¡
    Un abrazo

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