Jazz para solitarios...

 Me cierran los ojos, me suben el volumen, me sorben un trago del buen guisky, ese que tienen guardado para ocasiones especiales, o sea, para las que se me encuentran solos y solas, sin necesidad de tener que explicar a nadie nada.

Nada.

Con dos cubitos porfa.

Me vuelven a subir el volumen, si un poco más...y comienzan a dirigir la orquesta escondida en su corazón...

Empiezo a escuchar el piano y me remonto a mi barraca de Can Valero, al lado de la del "Grabao" y cerca de la de "Pata Palo"; sin Azucena, porque sus trenzas ya no son recuerdo, son  pegamento intrínseco. Si me ayudan y rememoran, allí : " ...no hubieron empujones, ni críticas; retrueques ni admoniciones, solo bienaventuranzas cortas. El " ay Sr Dios mío ", era lo más usado de una época donde el empedrado era la suela común de la bajada izquierda del funicular. Todos nos conocíamos, y los que no, lo hacíamos como si así lo fuera..."

¿ A que repiten ?... un poco más de volumen, gracias
Y otro guisky; ya que estamos no seamos parcos...
De nada.
Mís niños; mís niñas :

Salut.

¿ A que repiten ?...