Esconder parte de la realidad, es falsearla.

Ha muerto Raimon Panikkar. Soy el menos adecuado para decir nada. No estoy preparado. Apuntar que cuando allá por el año escolar 1996/97, su hermano Salvador, nos vino a dar una conferencia invitado por el mejor profesor que he tenido nunca en la Facultad de Teología, Via Taltavull, quedamos prendados. Nos explicó el pensamiento universal de Raimon y su comulgación en lo externo con esa manera de pensar.
Todo esto viene a cuento por cuanto hoy me tropiezo con las esquelas que adornan los obituarios. Y es cuanto menos curioso que nuestro ay-untamiento quiera esconder (por omitir), una de sus profesiones, sacerdote. No es un olvido. No lo es. No nos confundamos cuando leamos lo de teólogo. No tiene nada que ver, de hecho, se puede ser teólogo sin ser sacerdote. Te remarcan lo de teólogo, lo de filósofo y lo de escritor, pero se olvidan lo de sacerdote, como si fuera una verguenza que no quedase a bien poner viniendo la esquela de donde viene, de un consistorio (perdonen que lo escriba con minúsculas), llamado de izquierdas (otra de las cosas más alejadas de la realidad). La otra esquela, la de la Editorial Grup 62, lo remarca sin más ambajes, escritor, filósofo y sacerdote. Es lo que fué, por mucho que les pese a los ediles del A8 y la Visa total.
PD: Lo de estar casado y tener hijos es una opción personal, al margen del sacerdocio, (lo fue también para Vicente Ferrer), lo que sucede, es que en un ambiente tan de diseño como es el de la Plaza Sant Jaume, les parece como fuera de lugar lo de sacerdote. Se han quedado obsoletos, no conciben la opción personal de un sacerdote católico casado, además de budista. ¡ Lo que hace tener el culo pegado al sillón ¡...