miércoles, 21 de octubre de 2020

José Preckler y las cocinas de antaño

 No se si son bellas, para mi lo son. Al verla allí, jubilada, y a la espera del  chatarrero, me ha evocado recuerdos a olor a madera y a cabello recién lavado, como el de doña Adela, una señora de "posibles" y clienta de mi madre, modista, que cuando le iba a entregar alguna prenda que le había cosido, me premiaba con una brizna de chocolate mientras me pellizcaba con suavidad la mejilla, quizá, vaya uno a saber, si añorando aquel hijo que jamás pudo tener.

No se si són belles, per a mi ho són. En veure-la allí, jubilada, i a l'espera del ferroveller, m'ha evocat records a olor de fusta i a cabell recentment rentat, com el de donya Adela, una senyora de "possibles" i clienta de la meva mare, modista, que quan li anava a lliurar alguna peça que li havia cosit, em premiava amb un bri de xocolata mentre em pessigava amb suavitat la galta, potser, ves  a saber, si enyorant aquell fill que mai va poder tenir.











20 comentarios:

  1. Hola Miquel:
    Sí que eran bonitas las cocinas económicas, mi tía Júlia en Sabadell tenía una y hacía mantecados en ese horno, se compraba una leña hecha astillas lo recuerdo perfectamente, seguro que va al chatarrero.Ahora todo el mundo se quiere poner vitrocerámicas o de inducción.
    Un abrazo.

    http://dpmespecialidades.es/historia-de-las-cocinas-de-lena/

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  2. https://elspotolsmistics.blogspot.com/2015/06/les-entranyes-de-les-cuines-i-de-les.html

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  3. A casa n'hi havia una, no se si d'aquesta marca, ara, durarà poc, algun noi africà la carregarà al seu carretó del super, que aixó es deu pagar be.

    Salut

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  4. Anda, se conocían - creo - como "bilbaínas". En casa hubo una, en la de mi abuela también... Y unos amigos hace pocos años cambiaron la suya ante mis protestas por una de vitroceramica enorme, eso sí.

    PODI-.

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  5. Ya tenían cierto valor, MTRINIDAD, no eran baratas, y hacía falta cierto espacio en la cocina, lo que si, eran muy sencillas de mantener, y con leña y poco dinero se podía cocinar, además , en invierno, hacían de estufa
    Un beso y gracias por el enlace
    Salut

    Ferro, i te valor, FRANCESC PUIGCARBó. Aquesta es feta en Barcelona, les més famosses eran vascas.
    salut

    Si CARLOS PORTILLO -PODI-, Orbegozo era la más famosa y cara, un hierro de muchos milímetros de espesor. Entiendo que se quiera cambiar la cocina, pero hay vitros que se montan encima de estas y dejan un valor patrimonial sin estropear el diseño, que es lo bello del aparato.
    Un abrazo y cuidate,

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  6. En algunas aldeas de Galicia sigue habiendo cocinas de leña y es un arte cocinar en ellas. Yo no sé si sabría, acostumbrado a las placas de inducción. Cuando era niño teníamos una y me fascinaba ver por el agujero superior el fuego en el interior. Ciertamente los objetos del pasado tenían más poética aunque los del presente son mucho más prácticos.

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  7. Pesaban muchísimo, aquella gran masa de hierro retenía muy bien el calor -es lo que llamamos inercia térmica-.
    Ahora esta cocina puesta junto al contenedor hará las delicias de los chatarreros.
    Abrazos
    Cornadó

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  8. JOSELU, te contesto desde otra terminal.

    Creo que en muchas cocinas de Castilla la Vieja, tierra donde el frio se acentúa, este método sigue vigente y se conecta con los radiadores de la casa. Ciertamente las nuevas cocinas de inducción. Por otra parte, las nuevas formas de trabajo han hecho nuevas formas de comer. Hoy los precocinados son lo último y el sistema antiguo no tiene razón de ser. Si a esto añadimos que se necesita un espacio grande para tener una cocina de este tipo, es de entender que se vayan eliminando.
    Un abrazo
    Gracias por estar
    Salut

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  9. FRANCEC CORNADÓ, te contesto desde el ordenador de Mayte.

    No sabía el nombre de esa retención de calor, inercia térmica, y ahora entiendo porqué las cocinas vascas eran las mejores, porque eran más gruesas milimetricamente en hierro, y se supone que, a más grosor, más aguante de calor.

    Un abrazo
    Cuidate mucho
    Salut

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  10. En los cincuenta los ferroviarios tenían un cupo de carbón mineral, por lo que sus cocinas económicas estaban bien alimentadas. No era el caso de mi casa, que nos apañábamos con una pequeña servida con carbón vegetal(lo que ahora se usa para las barbacoas),era un producto escaso así que tocaba hacer cola (muchas veces la he guardado, de niño),eran muy largas.
    La del vecino(ferroviario) no era de hierro fundido, tan bonita como la que muestras, era de simple chapa de hierro de cierto grosor, que él mismo se la había hecho en los talleres de Renfe. Eran tiempos de apaños.
    Luego vino las de petróleo(un desastre, por el mal olor) y por fin el butano, la gloria.
    El carbón mineral tiene un alto poder calorífico. Un kilo de este material produce muchas más calorías que la misma cantidad que el vegetal, por eso estaba muy controlado. Tiene una pega es muy contaminante, se está eliminando su consumo.
    Salud, lo primero.

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  11. En mi barrio habia cocinas económicas de este tipo en casi todas las casas cuando yo era pequeño, yo nunca la tuve. La cocina a doscientos grados y el resto casi helado (a pesar del clima casi tropical de Burgos). El carbonero con su carbón y sus sacos de astillas, la perola al fuego apartada un poco para que no se quemase, olor a comida, puertas de formica con cristales amarillos, suelos de terrazo, sofá de "escai", cortinas limpias y pasadas de moda, el aceite sobrante en una pequeña taza, batas de felpa, cuatro pisos o cinco andando, mi amigo Moisés pegado otra vez con el cinto por el animal de su padre, calles sin aceras con suelo de grava, la "Puri" con trece años embarazada, la bici siempre a la vista para que no te la robaran los gitanos, cabinas de teléfonos grises, no hay teléfono en casa pero todo el mundo está comunicado, coches de cuarta mano con pegatinas que imitan a sus "hermanos mayores", buzos sucios, paletas de albañil, televisión de dos canales (UHF y VHF) sin mando a distancia, la tele con culo en blanco y negro, pimientos asados, chicharros al horno con vinagre, garbanzos, alubias, lentejas, morcilla, chorizo, tocino, lomo de cerdo en aceite, cordero algunos domingos, fruta de temporada del pueblo de al lado, bolsas de papel, pescado en papel de estraza, mujeres sufriendo a auténticos animales unas y otras felices con su casa, con sus hijos, con su su vida, mi madre dejándome los zapatos y las botas como espejos cuando salía de casa y sus lecciones educativas-psicológicas con la "zapatilla" cuando me portaba mal, las 150 pesetas de la "permanencia" del colegio al que iba, el profesor que pegaba a todos y por todos, "El Bulario" que le robo el Mini Cooper blanco con techo rojo a la profesora y se puso a hacer trompos a la puerta del colegio hasta que llego la "lechera" de los "polis", cocinas de fundición, para toda la vida..-.
    Un saludo.

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  12. Mis padres tuvieron una muy similar. Mantenía la cocina caliente.
    Un saludo.

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  13. Gracias por los datos, CAR RES, me gustan cantidad porque los desconozco y me hacen tener una idea del precio de la energía.
    Los recuerdos vienen con estas cosas, artilugios que forman parte de nuestra historia.
    Cuidate
    Gracias
    salut

    Ya tienen el comienzo de ese libro que tanto deseas hacer, DANIEL.
    Tienes la idea, tienes los datos, le has puesto ritmo. Adelante.
    Gracias por compartir aquellos tiempos no tan lejanos, me ha gustado cantidad la narración.
    Un abrazo
    salut

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  14. CAYETANO, eran muy populares, y necesarias allí donde hacía frio.
    Un abrazo

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  15. A saber si no deberemos volver a ellas, por cierto la de la imagen es preciosa.

    Abrazos

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  16. Mucho me temo que al final, MARGA IRIARTE, acabaremos con gasógeno.
    Tienes razón, es muy guapa ¡
    Gracias por estar
    Salut

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  17. Ya lo he comentado en el "blog" de Daniel, el de Gamonal.

    En casa de mi suegra hay una con dos fuegos, deposito de agua y horno.
    Fabricada en Vizcaya hace ya un centenar de años.

    Sigue funcionando a base de leña, y no quieras saber como se hacen los estofados en ella.

    Un abrazo

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  18. Ostras , que bueno, RODERICUS,
    Un abrazo

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  19. En casa de la abuela, en Barcelona, había una y en invierno funcionaba y se guisaba en ella.
    Cuando no hubo carbón suficiente se usaban los fogones de carbón que había al lado entre baldosas rojas.

    A mí me recuerdan otros tiempos. Agunas eran muy bonitas. Calentaban mucho por eso en invierno se hacía mucha vida en la cocina o en la habitación contigua.

    El chatarrero que se la lleve hará el día.

    Salud.

    Anna Babra

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  20. Gracias por la publicación y las aportaciones
    Soy Preckler y documento la historia industrial de nuestros antepasados
    https://www.facebook.com/groups/1595809677132097
    Saludos
    Albert Preckler

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