Ahora que hace más de tres semanas que no veo a los nietos, al mirar la litografía de Matisse, Téte de femme , me viene inmediatamente a la mente la cara del más pequeño, que no llega a dos años, y que cada vez que la mira la señala con el dedo y dice : "la mama".
Siempre me gustó la simpleza del trazo, la maestría del pulso firme, y las cuatro líneas que convergen y dibujan sin titubear el perímetro del rostro, dándole una personalidad arrolladora.
He mirado por los estantes de la biblioteca; he abierto un libro de bolsillo de él, Matisse, y dentro he recuperado un recorte de hace ahora casi medio siglo ¡cómo pasa el tiempo¡.
Es muy interesante, les invito a leerlo, en aquella época La Vanguardia tenía uno de los mejores críticos de arte, Oscar Caballero, y nos aclara la pasión del autor por dibujar caras en vez de naturalezas muertas.
Ara que fa més de tres setmanes que no veig als néts, en mirar la litografia de Matisse, Téte de femme , em ve immediatament a la ment la cara del més petit, que no arriba a dos anys, i que cada vegada que la mira l'assenyala amb el dit i diu : "la mama".
Sempre em va agradar la "sencillez" del traç, el mestratge del pols ferm, i les quatre línies que convergeixen i dibuixen sense titubejar el perímetre del rostre, donant-li una personalitat irresistible.
He mirat pels prestatges de la biblioteca; he obert un llibre de butxaca d'ell, Matisse, i dins he recuperat una retallada de fa ara gairebé mig segle ¡com passa el temps¡.
És molt interessant, els convido a llegir-ho, en aquella època La Vanguardia tenia un dels millors crítics d'art, Oscar Caballero, i ens aclareix la passió de l'autor per dibuixar cares en comptes de naturaleses mortes.
Sempre em va agradar la "sencillez" del traç, el mestratge del pols ferm, i les quatre línies que convergeixen i dibuixen sense titubejar el perímetre del rostre, donant-li una personalitat irresistible.
He mirat pels prestatges de la biblioteca; he obert un llibre de butxaca d'ell, Matisse, i dins he recuperat una retallada de fa ara gairebé mig segle ¡com passa el temps¡.
És molt interessant, els convido a llegir-ho, en aquella època La Vanguardia tenia un dels millors crítics d'art, Oscar Caballero, i ens aclareix la passió de l'autor per dibuixar cares en comptes de naturaleses mortes.
sort del Whatsapp i les videoconferències.
ResponderEliminarQué bonito dibujo, ahora estoy perdida Miquel,tienes dos nietos, yo pensaba que uno y uno me lo he perdido, mi enhorabuena, cuando todo esto acabe les das un fuerte abrazo de mi parte, como pasa el tiempo, esos dos años para mí perdidos, y es ahora cuando tengo ganas de que todo acabe y hacer todo aquello que hacíamos sin darle importancia, cosas sencillas y cotidianas.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte Miquel, otro a tu señora de mi parte, y toda la suerte y felicidad del mundo para todos.
Cert FRANCESC PUIGCARBó,molt cert.
ResponderEliminarSalut
Ya nada será como antes , MTRINIDAD. Esto representa un cambio abismal, y creo que guste o no, nos hará cambiar de chip.
Les daré el abrazo de tu parte.
Cuidate y otro beso grande a tu hijo y a ti...Salut ¡¡
Solo un artista como él es capaz de dar esa expresividad a un rostro con apenas cuatro trazos.
ResponderEliminarTen paciencia que ya pronto podrás ver a tus nietos. Igual han crecido en este tiempo.
Un saludo, Miquel.
Me atrapa cómo a mi nieto esta expresión en unas pocas líneas, CAYETANO.
ResponderEliminarSu faceta de color me agrada, pero nada como sus dibujos, son el no va más.
SALUT
Lo bueno de las caras que dibujaron los pintores de todos los tiempos, sobre todo sobre modelos jóvenes, es que no envejecían jamás. Como con el cine. Retengo las imágenes históricas, Lauren Bacall por ejemplo, de la que nunca quise saber cómo era a los 90 años.
ResponderEliminarEl trazo de Matisse es inconfundible, condensa la expresión con un solo gesto. Es una maravilla.
ResponderEliminarSalud
La belleza personificada, si, FACKEL
ResponderEliminarSalut
Comparto plenamente tu opinión, FRANCESC CORNADó.
Un abrazo
Un mes llevo yo sin ver a mi única nieta. Y bien que lo lamento...Y lo que es peor, la duda de cuando podremos recuperar el tiempo perdido...
ResponderEliminarLa mirada de un niño hacia el arte, en este caso una pintura, siempre es singular, tan sorprendente como el propio arte.
ResponderEliminarNo me cabe duda de que a Matisse le agradaría sobremanera el parecer de tu pequeño nieto sobre su cuadro.
Cuídate, Miquel.
Salut!
Esa es buena, LUIS ANTONIO.
ResponderEliminarSalut
Una pregunta que no me había hecho, PACO CASTILLO, pero si que sería interesante de saber la respuesta. Intuyo, porque lo dice, que piensa en su madre, ¿pero cómo la reconoce?, porque muy similar no es. En fin, no tengo respuesta.
salut
La esencia del arte en la simplicidad, un concepto que el y Picasso llevaron a los sublime, y que otros intentaron sin conseguirlo.
ResponderEliminarCierto en lo de la simplicidad, RODERICUS.
ResponderEliminarUn abrazo