He visto su trabajo en el museo Reina Sofía y me gusta,prefiero el Cubismo al sbrealismo, el primero me da tranquilidad, lo contrario del segundo,fruto de lo peor de nuestro subconsciente. No estoy para sufrimientos. Saludos
Es una gran desconocida, Carlos, y en cuanto a tus preferencias nada que objetar, buscamos en la belleza, la tranquilidad, la paz, y el arte es belleza que cada uno absorbe según su forma de "ver" lo que "ve". Así, igual te identificas más con la disposición de los colores y las formas. Me alegro que la tengas presente. salut y bon día
Sólo conozco la obra de Blanchard por fotografías, nunca he visto ningún original, creo, sin embargo que en el Museo de Prado hay obra suya. Fue una cubista convencida. Es una extraordinaria pintora que merecería un mayor reconocimiento, aquí siempre ha costado mucho reconocer el talento, así andamos. Salud
En El Prado y en el Thyssen me han comentado que también hay algo de su obra, no lo sé con seguridad. Sigue siendo una desconocida; tampoco he encontrado nada en la primera edición (1954) de Cirlot sobre pintura cubista. Un abrazo
Era una gran dibujante y España se le quedaba pequeña. Su deformidad física fue siempre una traba para ella; quería irse y consiguió una beca de la Diputación de Santander, de donde era oriunda, para formarse en París. Allí siguió pintando figurativo y recibió clases de Anglada Camarasa (¡ahí es nada!),con quien mantuvo una larga amistad. Éste fue quien la desinhibió de su academicismo anterior. Pero las cosas no le fueron muy bien, volvió a España y ganó una cátedra de Dibujo en Salamanca. En Wikipedia hay un largo artículo sobre ella, pero en él se dice que nunca llegó a dar clases. Por lo poco que sé, sí que las dio, pero tuvo que abandonarlas porque los alumnos (que ya en aquella época debían de ser unos hijos de p***) se mofaban de ella por su físico, ya que era un poco jorobada, por un problema de columna. (Lo sé porque yo cuando yo daba clase en el instituto había una profesora que tenía ese problema y tuvo que acabar dedicándose a otra cosa. Entonces, pensé en Blanchard). Por tanto, volvió a París, se instaló en Montmartre, donde estaban todos los artistas y marchantes, y allí trabó buena amistad con Gertrude Stein y con otro español, el madrileño Juan Gris.
[Abro paréntesis: me gusta mucho el cubismo riguroso de Juan Gris. Explicaba Gertrude Stein en la Autobiografía de Alice B. Toklas que "Juan Gris era la única persona a la que Picasso hubiera de buena gana borrado del mapa». A Picasso no le gustó nada el retrato que hizo de él y tampoco le hacía gracia que Juan Gris fuera amigo de la susodicha Gertrude Stein; quizá tenía tenía algo de celos. Gerardo Diego decía de él que «planifica sus cuadros con escuadra y cartabón, como haría un ingeniero». Cierro paréntesis].
El caso es que Juan Gris fue quien indrodujo a Marie Blanchard en el cubismo sintético que él practicaba, y cogió un gran disgusto cuando ésta volvió a pintar "normal", hacia 1920. Es una de las primeras mujeres que asumió el lenguaje de las vanguardias y tuvo que luchar mucho por su mala salud y contra la mentalidad hiipócrita de la época, por ser mujer y deforme. Los libros de arte y los museos no le han hecho ninguna justicia. Menos mal que el Museo Reina Sofía tiene una buena colección de obras suyas (como dice car res), cubistas y no cubistas. En las cubistas se nota mucho la influencia de Juan Gris.
Muchísimas gracias por tu aportación, Gran Uribe, desconocía la mayoría de las cosas que nos cuentas, aunque algo leí en el libro "Autobiografía de Alice B. Toklas" que has traído a colación, libro que, mira por donde, hemos tenido la fortuna de compartir.
Decirte que he buscado información fideligna en los libros de J.E. Cirlot, y que me ha sido imposible encontrar nada de ella en los editados sobre los cincuenta, pero si tenía la impresión que encontraría algo suyo en el "Diccionarios de los ismos", y nada, ignorada por completo.
Gracias otra vez por tu información, porque de Wikipedia , en ocasiones, sino tengo información contrastada, y no la tenía hasta este momento, evito poner cosas.
¿Qué problemas tenía ese Gerardo Diego con la escuadra y cartabón? ¿Es que acaso son instrumentos del diablo? Con escuadra y cartabón se han trazado muchas de las obras grandes, grandísimas, que son fundamento de nuestra civilización. Algunos académicos deberían arrinconar sus estereotipos y tener la mente un poco más abierta, que el mundo no se circunscribe en esta o aquella biblioteca, que hay mercados, puentes, semiconductores, componentes electrónicos, lonjas de pescado, charcuterías y gente ilusionada que utiliza la escuadra, el cartabón y el ordenador. Reivindico la apertura de miras desde la Blanchard hasta el cocinero del restaurante de la esquina. Salud.
Gracias, Francesc Cornadó; las entradas de Gran Uribe, portador de buena información, nos ayudan a saber y a dirimir el pensamiento de aquellas personas en aquellos tiempos. Nos escondemos detrás de estereotipos, como bien nos significas, y se han perdido muchas mentes brillantes por culpa de ello. Un abrazo y gracias, otra vez. Salut
Haces bien, Francesc, en zurrarle a Gerardo Diego. Con la escuadra y cartabón, pocas bromas. Es curioso, porque el susodicho G.D. era un gran fan de la pintura cubista; es más, he leído que Vicente Huidobro y los bodegones de Juan Gris le influyeron mucho en algunos de sus poemas, por ejemplo, en Cuadro, dedicado a Maurice Raymal. Por eso es raro que mostrara cierto menosprecio por la escuadra y cartabón, ya que en muchas pinturas de la Vanguardia se debió de hacer uso de esos artilugios.
Por cierto, yo prefería los verdes de Faber Castell, de diferentes tamaños y siempre con el canto plano y sin numeración, por supuesto. Nunca conseguí que un solo alumno los trajera a la clase de Geometría Descriptiva, pese a mis repetidos exhortos. Tampoco entiendo que pueda G.D. usar la palabra "ingeniero" en plan peyorativo, ellos que han hecho posibles, por ejemplo, los puentes y las arriesgadas estructuras de muchas obras de arquitectura, aparte de todo tipo de artilugios. Car res debería protestar enérgicamente. Un abrazo
Apreciado Miquel, ese libro que me proporcionaste aquel lejano día en una cafetería de las Ramblas tiene muchas posibles derivadas. Verbigracia:
Procuro no inventar nunca nada, salvo cuando cuelo a G.U., por ejemplo en la Mesa de Acción por la Democracia o posando en Andorra delante de un Lamborghini. Como muestra, extraigo de ello, extraigo del libro Autobiografía de Alice B. Toklas (Gertrude Stein) los siguientes párrafos, que quizá interesen también a F.C.:
«Gertrude Stein, en su obra, ha estado siempre dominada por la pasión intelectual de la exactitud en la descripción de la realidad interior y exterior. Gracias a esa concentración ha llegado a la simplificación y, de resultas, a la eliminación de las asociaciones emotivas en la poesía y la prosa. Sabe que la belleza, la música, la decoración, es el resultado de la emoción, jamás debe ser la causa, ni siquiera los acontecimientos deben ser la causa de la emoción ni la materia básica de la poesía y la prosa. Tampoco debe ser la emoción en sí misma la causa de la poesía y la prosa. Poesía y prosa deben ser una reproducción exacta de una realidad exterior o interior. Este concepto de la exactitud permitió que Gertrude Stein y Juan Gris se entendieran tan bien. Juan Gris tenía asimismo una idea clara de la exactitud pero en su caso la exactitud poseía una base mística. Como místico, necesitaba ser exacto. En Gertrude Stein la necesidad era intelectual, pura pasión por la exactitud. Por eso su obra a menudo ha sido comparada con la de los matemáticos y cierto crítico francés la ha comparado con la de Bach.
Picasso, que era quien poseía mayores dotes naturales, no tenía un propósito intelectual tan claro. En su actividad creadora estaba dominado por los ritos españoles, después por los ritos negros expresados en la escultura negra (que tiene una base árabe, base también de los ritos españoles), y después por los ritos rusos. Su actividad creadora era tan tremendamente dominante que Picasso remodeló esos ritos a su propia imagen. Juan Gris era la única persona a quien Picasso hubiera deseado borrar del mapa. A eso se reducía la relación entre ambos».
Mil gracias, Gran Uribe, fue un placer estar contigo, tomarnos un cortado con su cruasán Les Rambles y poder hablar tranquilamente. El libro debía caer en tus manos, porque estaba seguro que te iba a interesar y que le sacarías tajada, como así es, ya lo ves. Este libro, recuerdo, me lo recomendó mi introductor en el mundo del arte, Manolo Reguera, otro arquitecto e historiador de arte cubano, expulsado por Fidel, pero diseñador de las casas del pueblo a la que se vió obligado antes de marchar de la isla. Recuerdo cuando nos hablaba de Isadora Duncan en N.Y. y de una foto que tenía con ella, y que yo llegué a ver. Un abrazote grande. Muy grande salut
En ese libro no se hace mención alguna de Marie Blanchard, con quien me consta que Gertude Stein tenía una cierta relación de amistad y quizá de negoci. No le ayudaban a Marie sus limitaciones físicas, que tal vez no la hacían muy presentable en sociedad, en esos partys que montaba la Gertrude, que debía de ser "de armas tomar". Por otra parte, en el Reina Sofía tienen en su colección unos cuantos cuadros de ella, pero me parece que solo exponen un par de ellos. En el Prado creo que solo tienen "La Boloñesa", poco representativa. Saludos.
Una ilustre desconeguda, o silenciada al seu temps. No ho sé, pero no n'havia sentit a parlar mai d'ella.
ResponderEliminarSalut.
Totalment d'acord, jo tampoc, i els seus olis m' agraden.
EliminarSalut
He visto su trabajo en el museo Reina Sofía y me gusta,prefiero el Cubismo al sbrealismo, el primero me da tranquilidad, lo contrario del segundo,fruto de lo peor de nuestro subconsciente. No estoy para sufrimientos.
ResponderEliminarSaludos
Es una gran desconocida, Carlos, y en cuanto a tus preferencias nada que objetar, buscamos en la belleza, la tranquilidad, la paz, y el arte es belleza que cada uno absorbe según su forma de "ver" lo que "ve". Así, igual te identificas más con la disposición de los colores y las formas.
EliminarMe alegro que la tengas presente.
salut y bon día
Sólo conozco la obra de Blanchard por fotografías, nunca he visto ningún original, creo, sin embargo que en el Museo de Prado hay obra suya. Fue una cubista convencida. Es una extraordinaria pintora que merecería un mayor reconocimiento, aquí siempre ha costado mucho reconocer el talento, así andamos.
ResponderEliminarSalud
En El Prado y en el Thyssen me han comentado que también hay algo de su obra, no lo sé con seguridad.
EliminarSigue siendo una desconocida; tampoco he encontrado nada en la primera edición (1954) de Cirlot sobre pintura cubista.
Un abrazo
Era una gran dibujante y España se le quedaba pequeña. Su deformidad física fue siempre una traba para ella; quería irse y consiguió una beca de la Diputación de Santander, de donde era oriunda, para formarse en París. Allí siguió pintando figurativo y recibió clases de Anglada Camarasa (¡ahí es nada!),con quien mantuvo una larga amistad. Éste fue quien la desinhibió de su academicismo anterior. Pero las cosas no le fueron muy bien, volvió a España y ganó una cátedra de Dibujo en Salamanca. En Wikipedia hay un largo artículo sobre ella, pero en él se dice que nunca llegó a dar clases. Por lo poco que sé, sí que las dio, pero tuvo que abandonarlas porque los alumnos (que ya en aquella época debían de ser unos hijos de p***) se mofaban de ella por su físico, ya que era un poco jorobada, por un problema de columna. (Lo sé porque yo cuando yo daba clase en el instituto había una profesora que tenía ese problema y tuvo que acabar dedicándose a otra cosa. Entonces, pensé en Blanchard). Por tanto, volvió a París, se instaló en Montmartre, donde estaban todos los artistas y marchantes, y allí trabó buena amistad con Gertrude Stein y con otro español, el madrileño Juan Gris.
ResponderEliminar[Abro paréntesis: me gusta mucho el cubismo riguroso de Juan Gris. Explicaba Gertrude Stein en la Autobiografía de Alice B. Toklas que "Juan Gris era la única persona a la que Picasso hubiera de buena gana borrado del mapa». A Picasso no le gustó nada el retrato que hizo de él y tampoco le hacía gracia que Juan Gris fuera amigo de la susodicha Gertrude Stein; quizá tenía tenía algo de celos. Gerardo Diego decía de él que «planifica sus cuadros con escuadra y cartabón, como haría un ingeniero». Cierro paréntesis].
El caso es que Juan Gris fue quien indrodujo a Marie Blanchard en el cubismo sintético que él practicaba, y cogió un gran disgusto cuando ésta volvió a pintar "normal", hacia 1920. Es una de las primeras mujeres que asumió el lenguaje de las vanguardias y tuvo que luchar mucho por su mala salud y contra la mentalidad hiipócrita de la época, por ser mujer y deforme. Los libros de arte y los museos no le han hecho ninguna justicia. Menos mal que el Museo Reina Sofía tiene una buena colección de obras suyas (como dice car res), cubistas y no cubistas. En las cubistas se nota mucho la influencia de Juan Gris.
Un abrazo.
https://www.museoreinasofia.es/coleccion/autor/blanchard-maria
Muchísimas gracias por tu aportación, Gran Uribe, desconocía la mayoría de las cosas que nos cuentas, aunque algo leí en el libro "Autobiografía de Alice B. Toklas" que has traído a colación, libro que, mira por donde, hemos tenido la fortuna de compartir.
EliminarDecirte que he buscado información fideligna en los libros de J.E. Cirlot, y que me ha sido imposible encontrar nada de ella en los editados sobre los cincuenta, pero si tenía la impresión que encontraría algo suyo en el "Diccionarios de los ismos", y nada, ignorada por completo.
Gracias otra vez por tu información, porque de Wikipedia , en ocasiones, sino tengo información contrastada, y no la tenía hasta este momento, evito poner cosas.
Un abrazote ¡¡¡
Salut
De tu enlace, "Campesina", de 1922, me parece una obra extraordinaria.
EliminarUn abrazo
¿Qué problemas tenía ese Gerardo Diego con la escuadra y cartabón? ¿Es que acaso son instrumentos del diablo? Con escuadra y cartabón se han trazado muchas de las obras grandes, grandísimas, que son fundamento de nuestra civilización. Algunos académicos deberían arrinconar sus estereotipos y tener la mente un poco más abierta, que el mundo no se circunscribe en esta o aquella biblioteca, que hay mercados, puentes, semiconductores, componentes electrónicos, lonjas de pescado, charcuterías y gente ilusionada que utiliza la escuadra, el cartabón y el ordenador.
EliminarReivindico la apertura de miras desde la Blanchard hasta el cocinero del restaurante de la esquina.
Salud.
Gracias, Francesc Cornadó; las entradas de Gran Uribe, portador de buena información, nos ayudan a saber y a dirimir el pensamiento de aquellas personas en aquellos tiempos.
EliminarNos escondemos detrás de estereotipos, como bien nos significas, y se han perdido muchas mentes brillantes por culpa de ello.
Un abrazo y gracias, otra vez.
Salut
Muchas gracias Gran Uribe por la información y por el enlace que nos brindas.
EliminarMiquel y Gran Uribe, Abrazos
Haces bien, Francesc, en zurrarle a Gerardo Diego. Con la escuadra y cartabón, pocas bromas.
EliminarEs curioso, porque el susodicho G.D. era un gran fan de la pintura cubista; es más, he leído que Vicente Huidobro y los bodegones de Juan Gris le influyeron mucho en algunos de sus poemas, por ejemplo, en Cuadro, dedicado a Maurice Raymal. Por eso es raro que mostrara cierto menosprecio por la escuadra y cartabón, ya que en muchas pinturas de la Vanguardia se debió de hacer uso de esos artilugios.
Por cierto, yo prefería los verdes de Faber Castell, de diferentes tamaños y siempre con el canto plano y sin numeración, por supuesto. Nunca conseguí que un solo alumno los trajera a la clase de Geometría Descriptiva, pese a mis repetidos exhortos. Tampoco entiendo que pueda G.D. usar la palabra "ingeniero" en plan peyorativo, ellos que han hecho posibles, por ejemplo, los puentes y las arriesgadas estructuras de muchas obras de arquitectura, aparte de todo tipo de artilugios. Car res debería protestar enérgicamente.
Un abrazo
https://m.media-amazon.com/images/I/61MqB99-L4L._AC_SX425_.jpg
Apreciado Miquel, ese libro que me proporcionaste aquel lejano día en una cafetería de las Ramblas tiene muchas posibles derivadas. Verbigracia:
EliminarProcuro no inventar nunca nada, salvo cuando cuelo a G.U., por ejemplo en la Mesa de Acción por la Democracia o posando en Andorra delante de un Lamborghini. Como muestra, extraigo de ello, extraigo del libro Autobiografía de Alice B. Toklas (Gertrude Stein) los siguientes párrafos, que quizá interesen también a F.C.:
«Gertrude Stein, en su obra, ha estado siempre dominada por la pasión intelectual de la exactitud en la descripción de la realidad interior y exterior. Gracias a esa concentración ha llegado a la simplificación y, de resultas, a la eliminación de las asociaciones emotivas en la poesía y la prosa. Sabe que la belleza, la música, la decoración, es el resultado de la emoción, jamás debe ser la causa, ni siquiera los acontecimientos deben ser la causa de la emoción ni la materia básica de la poesía y la prosa. Tampoco debe ser la emoción en sí misma la causa de la poesía y la prosa. Poesía y prosa deben ser una reproducción exacta de una realidad exterior o interior. Este concepto de la exactitud permitió que Gertrude Stein y Juan Gris se entendieran tan bien. Juan Gris tenía asimismo una idea clara de la exactitud pero en su caso la exactitud poseía una base mística. Como místico, necesitaba ser exacto. En Gertrude Stein la necesidad era intelectual, pura pasión por la exactitud. Por eso su obra a menudo ha sido comparada con la de los matemáticos y cierto crítico francés la ha comparado con la de Bach.
Picasso, que era quien poseía mayores dotes naturales, no tenía un propósito intelectual tan claro. En su actividad creadora estaba dominado por los ritos españoles, después por los ritos negros expresados en la escultura negra (que tiene una base árabe, base también de los ritos españoles), y después por los ritos rusos. Su actividad creadora era tan tremendamente dominante que Picasso remodeló esos ritos a su propia imagen. Juan Gris era la única persona a quien Picasso hubiera deseado borrar del mapa. A eso se reducía la relación entre ambos».
Un abrazo
Mil gracias, Gran Uribe, fue un placer estar contigo, tomarnos un cortado con su cruasán Les Rambles y poder hablar tranquilamente.
EliminarEl libro debía caer en tus manos, porque estaba seguro que te iba a interesar y que le sacarías tajada, como así es, ya lo ves.
Este libro, recuerdo, me lo recomendó mi introductor en el mundo del arte, Manolo Reguera, otro arquitecto e historiador de arte cubano, expulsado por Fidel, pero diseñador de las casas del pueblo a la que se vió obligado antes de marchar de la isla. Recuerdo cuando nos hablaba de Isadora Duncan en N.Y. y de una foto que tenía con ella, y que yo llegué a ver.
Un abrazote grande. Muy grande
salut
En ese libro no se hace mención alguna de Marie Blanchard, con quien me consta que Gertude Stein tenía una cierta relación de amistad y quizá de negoci. No le ayudaban a Marie sus limitaciones físicas, que tal vez no la hacían muy presentable en sociedad, en esos partys que montaba la Gertrude, que debía de ser "de armas tomar". Por otra parte, en el Reina Sofía tienen en su colección unos cuantos cuadros de ella, pero me parece que solo exponen un par de ellos. En el Prado creo que solo tienen "La Boloñesa", poco representativa.
EliminarSaludos.