Antes, las mujeres también te daban calabazas. No sé si ahora se sigue usando esa expresión. A lo mejor, con eso del empoderamiento, en vez de calabazas, ya te sueltan una hostia directamente.
Me temo que estas calabazas se quedarán ahí tiradas. A los malos estudiantes se les dan cargos públicos, nunca calabazas. Ya no se suspende a casi nadie, los malos estudiantes pasan de curso y alcanzan puestos y escaños. Salud
Siempre he tenido dudas sobre un tema. Los que somos del montón ¿somos mejores acaso? ¿O somos quienes facilitamos que los listos se apropien de todo y los últimos sean utilizados por los primeros? Debe ser por aquello evangélico, ¿no?
Nunca recuperamos la memoria y reconocemos a gente del montón que tuvo valores éticos aunque su labor se frustrara. Personalmente yo no me libro de mi correspondiente calabazón. ¿Y los demás estáis por encima del bien y del mal?
Qué espectaculo,tanta belleza.Me gusta la calabaza de todas formas culinarias.En el cocido ,buenísima.En Valencia,con una variedad dulce,hacen unas empanadillas muy ricas.Junto con el melón, no sé desde cuándo se le asocia a la clase estudiantil.Nada que ver,siempre el mismo rollo,el desprecio a los demás. Nubes bajas y negras sobre el Prat Saludos.
También me gustan a mí, en todas sus formas, pero estas, creo, son para la fiesta esta del Wallogen o como se diga. Sobre lo de las asignaturas, de siempre me decían cuando suspendía, y me pasó muchas veces, que me habían dado calabazas. Ahh, eso también con las chicas cuando las sacabas a bailar y decían que no, así que no tiene más fondo que la anécdota. Salut
No le doy más importancia de la que tiene. Y recuerdo que se utilizaba por los compañeros de baile cuando una persona denegaba el salir contigo a bailar. Todo depende de la importancia que se le quiera dar, por mi parte no tiene la más mínima. Salut
En la ESO, si repartías muchas calabazas estabas mal visto. Se suponía que no habías sabido estimular a los alumnos. Yo, hábilmente, suspendía poco; reconozco que así me evitaba problemas, siento reconocerlo. Porque resulta que los que ponían muchos cates, aunque fueran merecidos, estaban sometidos a muchas presiones por todos los flancos.
La frase de Hanna Arendt debería estar grabada a fuego en la frente de los políticos. Me gusta mucho la foto del camino que encabeza tu blog. Y esas calabazas no sé si estarán limpias de contaminantes, pero seguro que en puré o asadas estarán riquísimas.
La cogí de su libro sobre la banalidad del mal, Marga, y no se me olvida. El camino es el que va de casa al mar, son 6 kilómetros, y se hace en una hora larga a paso tranquilo. Poco personal y mucho para ver y pensar. Las calabazas son para la fiesta americana que tenemos en ciernes, y no van a uso agrícola (comestible), sino a uno "lúdico". Es lo que da dinero y para ello no se mira el precio. Los pageses lo saben y por eso las valoran. Un abrazote fuerte, con todo mi cariño Salut
Ya hubiese querido yo que al traer un suspenso a casa (alguno llevé por gandul), mi madre me hubiese agasajado con una buena crema de calabaza en la mesa, o unos buñuelos de calabaza... pero no, oye, lo que me llevaba es una regañina del copón bendito, obvio. Abrazo, Miquel
Vaya ese pages ya tiene la cosecha vendida. Incluso es bastante pequeña para la cantidad de trofeos que hay que repartir.
ResponderEliminar350 + 265 para Madrid, aquí se quedan 135, Aragón (67 escaños), Asturias (45 escaños), C. de Madrid (136 escaños), C. Valenciana (99 escaños), Canarias (70 escaños), Cantabria (35 escaños), Castilla-La Mancha (33 escaños), Ceuta (25 escaños), Extremadura (65 escaños), Islas Baleares (59 escaños), La Rioja (33 escaños), Melilla (25 escaños), Navarra (50 escaños), Región de Murcia (45 escaños), Galicia (75 escaños), Euskadi (75 escaños).
Tranquilo, hoy hay un plan para salvar la democracia. Verán esos presentadores de tele y esos malos periodistas... Calabazas, Anónimo.
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Joe. Quin carbassam.
ResponderEliminarTenim que estudiar molt , sinò calabazas!
ResponderEliminarAntes, las mujeres también te daban calabazas. No sé si ahora se sigue usando esa expresión. A lo mejor, con eso del empoderamiento, en vez de calabazas, ya te sueltan una hostia directamente.
ResponderEliminarAmén ¡
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Me temo que estas calabazas se quedarán ahí tiradas. A los malos estudiantes se les dan cargos públicos, nunca calabazas. Ya no se suspende a casi nadie, los malos estudiantes pasan de curso y alcanzan puestos y escaños.
ResponderEliminarSalud
Pues no tengo argumentos para rebatirte, y me viene a la memoria la frase de Pedro Ruiz: Nos gobiernan los últimos de la clase.
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Siempre he tenido dudas sobre un tema. Los que somos del montón ¿somos mejores acaso? ¿O somos quienes facilitamos que los listos se apropien de todo y los últimos sean utilizados por los primeros? Debe ser por aquello evangélico, ¿no?
ResponderEliminarNunca recuperamos la memoria y reconocemos a gente del montón que tuvo valores éticos aunque su labor se frustrara. Personalmente yo no me libro de mi correspondiente calabazón. ¿Y los demás estáis por encima del bien y del mal?
No paso de mediocre, así que no tengo respuesta.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarPor calabazas que no quede. Un beso
ResponderEliminarjejeje...Un beso y salut
EliminarQué espectaculo,tanta belleza.Me gusta la calabaza de todas formas culinarias.En el cocido ,buenísima.En Valencia,con una variedad dulce,hacen unas empanadillas
ResponderEliminarmuy ricas.Junto con el melón, no sé desde cuándo se le asocia a la clase estudiantil.Nada que ver,siempre el mismo rollo,el desprecio a los demás.
Nubes bajas y negras sobre el Prat
Saludos.
También me gustan a mí, en todas sus formas, pero estas, creo, son para la fiesta esta del Wallogen o como se diga.
EliminarSobre lo de las asignaturas, de siempre me decían cuando suspendía, y me pasó muchas veces, que me habían dado calabazas.
Ahh, eso también con las chicas cuando las sacabas a bailar y decían que no, así que no tiene más fondo que la anécdota.
Salut
Ni como alumno,ni como profe(por supuesto),he utilizado la calabaza como fracaso
ResponderEliminarMe resulta desagradable.
Saludos
No le doy más importancia de la que tiene. Y recuerdo que se utilizaba por los compañeros de baile cuando una persona denegaba el salir contigo a bailar.
EliminarTodo depende de la importancia que se le quiera dar, por mi parte no tiene la más mínima.
Salut
En la ESO, si repartías muchas calabazas estabas mal visto. Se suponía que no habías sabido estimular a los alumnos. Yo, hábilmente, suspendía poco; reconozco que así me evitaba problemas, siento reconocerlo. Porque resulta que los que ponían muchos cates, aunque fueran merecidos, estaban sometidos a muchas presiones por todos los flancos.
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente
EliminarUn abrazo
La frase de Hanna Arendt debería estar grabada a fuego en la frente de los políticos. Me gusta mucho la foto del camino que encabeza tu blog. Y esas calabazas no sé si estarán limpias de contaminantes, pero seguro que en puré o asadas estarán riquísimas.
ResponderEliminarLa cogí de su libro sobre la banalidad del mal, Marga, y no se me olvida.
ResponderEliminarEl camino es el que va de casa al mar, son 6 kilómetros, y se hace en una hora larga a paso tranquilo. Poco personal y mucho para ver y pensar.
Las calabazas son para la fiesta americana que tenemos en ciernes, y no van a uso agrícola (comestible), sino a uno "lúdico". Es lo que da dinero y para ello no se mira el precio. Los pageses lo saben y por eso las valoran.
Un abrazote fuerte, con todo mi cariño
Salut
Ya hubiese querido yo que al traer un suspenso a casa (alguno llevé por gandul), mi madre me hubiese agasajado con una buena crema de calabaza en la mesa, o unos buñuelos de calabaza... pero no, oye, lo que me llevaba es una regañina del copón bendito, obvio.
ResponderEliminarAbrazo, Miquel
jajajajaja...Abrazos mi buen Paco Castillo ¡¡¡
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