miércoles, 9 de marzo de 2022

Cuando ser taxista es sinónimo de bondad



Diez trenta de la mañana, minuto más, minuto menos, del día de ayer, martes 8 de marzo del 2022. 

En la parada del Bus, -Gran Vía frente La Campana- tres personas, una mujer, ya entrada en años,  apoyada en la barra de la marquesina, mi señora y yo.

Esperamos el 109. Dirección Hospital Clínic. Llevamos tiempo de espera.

La mujer, asida a la barra da síntomas de no sentirse bien. Le preguntamos como se encuentra. Bien, fue la respuesta. En ese momento el conductor de un taxi, parado esperando el verde del semáforo, baja la ventanilla delantera,  opuesta a la suya  y le pregunta a la señora si se encuentra mal. No señor, no, fue la respuesta, lo que pasa es que el autobús tarda mucho y a mi me duelen los tobillos y las rodillas, estoy recien operada, fue la respuesta. ¿Dónde va?, pregunta el taxista,  al Hospital Clinic, responde la señora. Suba que la llevo. No puedo subir porque no tengo dinero para pagarle, responde la señora compungida. Suba que la llevo igual.

La señora a duras penas puede subir. Se le ayuda. Y parten los dos, taxista y señora en un taxi Toyota Hibrid matrícula 2690 JVN.


20 comentarios:

  1. La bondad existe y ya ves a tu lado.
    Es maravillosa la historia que nos has contado.
    Muchas gracias al Sr. Taxista, y a tí por contárnoslo.
    Un beso Miquel.

    ResponderEliminar
  2. Un bon paio, com hauria de ser, però no ho es per que sigui taxista, sinó per què és bona persona.

    Salut

    ResponderEliminar
  3. Se atisva una esperanza en el mundo y está ahí abajo, lejos de la política.

    podi-.

    ResponderEliminar
  4. Un hombre llama a una vivienda,agitado pregunta si le pueden dar un yogur porque se está desmayando. La mujer prepara una bolsa variada, él la recoge nervioso y dice: me lo voy a comer todo,todo,todo,qué rico!...Que Dios la bendiga.

    Mikel, a cada momento coexinten el bien y el mal.

    Que tengas buena semana.

    Adriana

    ResponderEliminar
  5. Me hizo feliz contaros la historia porque se que haría feliz a la gente de bien al contarla, MTRINIDAD. Me dejo tan buen gusto de boca que no tuve que tomar café en todo el día.
    Un beso.
    Y si, gracias sr taxista
    Salut ¡

    Bon paio, si, FRANCESC PUIGCARBó, donar el trasport, i el seu temps amb l´ eina que traballa és tot un síntoma de bondad.
    Una abraçada

    Se atisva , CARLOS PORTILLO -PODI- y se agradece, siempre , pero en estos tiempos de locura, más.
    Un abrazo
    Salut

    Tens tota la raó ADRIANA, tota. pero penso que el bé i és a ran de carré, entre el poble més poble.
    Gracies per ser hi
    Una abraçada i bona setmana
    salut

    ResponderEliminar
  6. Hola Miquel, he visto tu tuit en twitter, la verdad es que llevaba tiempo con el blog parado. Lo he reactivado hace unas semanas para denunciar que descubrí unas puertas de La Pedrera de Gaudí en el wallapop, hablé con un periodista que sacó la noticia en el País el pasado 19 de febrero, y estoy haciendo gestiones para salvarlas.

    Este post que has hecho es precioso. Es hermoso ver que aún hay gente buena. Aunque lo que cuentas me ha recordado a cuando el famoso tranvía que atropelló a Gaudí. En ese caso, según cuentan las crónicas de aquel hecho, dos taxistas se negaron a llevar a Gaudí, que parecia un mendigo, porque no querían que les mancharan la tapicería de sangre. Por suerte hubo un tercer taxista que fue buena persona como el de tu post y lo auxilió y lo llevó corriendo al Hospital de Sant Pau. Desgraciadamente, el atropello provocó graves lesiones internas en el cuerpo del gran arquitecto, que acabó falleciendo a los pocos días.

    Mi madre siempre decía que hay más gente buena que mala en el mundo, lo que pasa es que la mala hace mucho ruido.

    Un abrazo, y encantado de volver a leer tu blog!

    ResponderEliminar
  7. Leí lo de las puertas de Gaudí. No sabía que estabas detrás de ello, y me alegro ARQUITECTE CRÍTIC, porque me resultó inaudito todo el entramado en el sentido de quien las desmontó no viera que ran unas puertas de aquellas de "verdad", o sea bien hechas, no porque fueran de Gaudí, porque no tenía porque saberlo, pero si el hecho de que se abandonaran a su suerte por cuatro "duros".
    Se que llevas tiempo con el blog parado, pues te tengo en "favoritos" y lo observo. pero es normal, llevamos un ritmo muy complejo y en ocasiones no da el tiempo para todo.

    Por otra parte decirte que tu madre tenía razón, hay más gente buena que mala, pero la mala hace mucha escandalera.
    Gracias por estar y darnos un poco de tu tiempo. Te sigo, ya lo sabes y explícanos la historia de las puertas, vamos a ver como acaba .
    Un abrazo muy, muy grande
    Salut ¡

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias, apreciado Miquel, por compartirnos estas pequeñas (y a su vez grandes) historias de humanidad y empatía.
    En este tiempo oscuro de guerras y sinrazón es emocionante leer historias como esta. Cuando he acabado de leerte he pensado hasta que punto necesitamos saber que hay salidas hacia la luz, la claridad, dentro de esta caverna tenebrosa en donde ahora nos hallamos, de la pandemia a la guerra atroz.

    Igual que esos ciudadanos comunes, anónimos, cargando furgonetas llenas de víveres y medicinas, saliendo desde Barcelona, Galicia, Valencia, Sevilla, Madrid, etc, etc, atravesando toda Europa en medio del caos y la incertidumbre para llevar algo de alivio a todas esas madres e hijos, abuelas y abuelos que abandonan su país bombardeado, y además vuelven con los vehículos llenos de personas que dejaron atrás una vida entera, pero con la garantía de no saltar en pedazos bajo los misiles.

    Cuídate, mucha salut y gracias.

    ResponderEliminar
  9. De vez en cuando, alguien con un gesto de altruismo nos redime a todos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. La señora más descansada no olvidara jamás este hecho y el taxista será un hombre más feliz. Todo el mundo contento y con una sonrisa.
    Eso es mucho, mucho.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  11. Mikel, te cuento otra.
    Tarde de Nochebuena, una chica se dirige a su casa,en la calle un violinista. Se fija en el plato, ni una moneda. Por el camino piensa que debe volver con comida,bebida y postre navideño; también improvisa una felicitación artesanal hecha con rotuladores vistosos e introduce un dinero generoso.
    Vuelve,està anocheciendo,hace muchísimo frio, él sigue allí. Le da el regalo, lo mira,intercambian unas palabras, se vuelve loco,agarra el violín y va detrás de ella tocando una bella melodía y gritando " grazzia,grazzia,bella,grazzia..feliz Navidad".Ella se aleja ruborizada,la gente la mira pero no da nada.

    La chica me contó que cuando está triste, desde la bruma surgen sonidos de violines que la reconfortan.

    Tantas anécdotas de gente buena...se necesita.

    Perdona el rollo.

    Adriana

    ResponderEliminar
  12. Verlo en directo, PACO CASTILLO, es enternecedor. Además el taxista, dada su posición no veía más allá de la señora, él en ningún momento pensó en ser visto, o sea, actuó entre el anonimato total.
    Una obra sólo para el conductor, sin que nadie supiera nada. Es bárbaro. Me hace pensar que siempre hay quien te da una mano y que no te deja solo.
    Lo de Ucrania me tiene en fuera de juego. Todo es un sinsentido que lo acabaremos pagando todos, sin duda ninguna.
    Se trata de todo lo que viene detrás, del cambio de paradigma social y estratégico. Se trata de otro orden mundial donde nosotros seguiremos siendo peones (de quien convenga -EEUU, China o Rusia- y carne de cañón, como lo es hoy Ucrania.
    Hoy han parado las estaciones de bombeo de agua para refrigerar el reactor de Chernobil, veremos si se recalienta o no, porque si es así petará como lo hicieron los otros.
    Un abrazo
    Cuidate mucho, y salut ¡

    Gran verdad, RODERICUS. Gran verdad
    Un abrazote
    Salut

    Sin duda ninguna, DANIEL F.
    Abrígate, que por tus pagos hace frío
    Salut

    Gracias ADRIANA, gracias.
    De verdad.
    Gracias....y salut, mucha salut

    ResponderEliminar
  13. Hay gente buena,en todos los campos,pero esta señora no debe tener familiares que la lleve en coche o que simplemente llame una ambulacia que la lleve y la traiga.Mas sencillo,que tenga un teléfono para llamar a los servicios sociales de su ayuntamuento.Incluso Cáritas.En todo caso no quita merito al señor taxista.Pero que sepamos los mayores,que tenemos todos estos servicios,que para eso hemos y seguimos pagando Hacienda,que a mi me frie cada año.
    Saludos

    ResponderEliminar
  14. La verdad es que ni caí, ni pregunté. Seguro que no lo sabía y si lo sabía ni se acordaba, CAR RES. No se como funcionan los servicios ambulatorios , la verdad, sólo te diré que ahora vivo en El Prat, y que mi señora y yo nos hemos dado de alta en la SS de esta localidad, nos han atendido super rápido y mi señora ha pedido una visita al de medicina general, pués ya le tocaba, se la han dado para el lunes, o sea cuatro días, cuando en Barcelona la hubiera tenido para más de tres semanas, sin bromas ninguna.
    Esto es otro mundo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Hombre, ya era hora de que los blogs se hagan eco de la bondad, y más proveniente del gesto de un taxista. ¿Veis cómo no está todo perdido? ¿Cómo no hay que calificar siempre a esta especie luchadora y depredadora hasta sus propios confines en sentido negativo? No busquemos ahora tres pies al gato. Me quedo con tu testimonio tal cual. Honra al taxista y ojalá la señora no tuviera nada, aparte de lo que tenga encima. Me ha gustado que lo contaras. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Solemos generalizar, yo el primero, y no está bien, FACKEL.
    El taxista me abrió puertas a la esperanza.
    No está todo perdido.
    Un abrazo
    Salut

    ResponderEliminar
  17. Me alegra comprobar que no solo somos solidarios con Ucrania.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  18. También me alegró el día PITT TRISTÁN.
    Salut

    ResponderEliminar
  19. Algunos gestos son para destacar, siempre.

    Saludos,
    J.

    ResponderEliminar