Lo presiento. Creo que lenta y sigilosamente nos invaden.
No me cabe duda que pertenecen al planeta Pikolín, que dista de nosotros a unas diez mil mantas luz.
Han denotado en el humano urbanita un desasosiego, un malestar y una desazón que desean aprovechar.
Están a la espera. Se esconden detrás de los árboles, o siniestramente junto a los "tontainers", intentando pasar desapercibidos.
Desean apoderarse de nuestros sueños. Lo se.
Ho pressento. Crec que lenta i sigilosament ens envaeixen.
No tinc dubte que pertanyen al planeta Pikolín que dista de nosaltres a unes deu mil mantes llum.
Han denotat en l'humà urbanita un desassossec, un malestar i un neguit que desitgen aprofitar.
Estan a l'espera. S'amaguen darrere dels arbres, o sinistrament al costat dels "tontainers", intentant passar desapercebuts.
Desitgen apoderar-se dels nostres somnis. Lo se.
Están listos para ser usados por los peatones que han bebido de más y no les dá tiempo de llegar a su casa... si la tienen.
ResponderEliminarMadre mía cuanto colchón, son muchos.
ResponderEliminarBon dia Miquel, i millor setmana, moltes abraçades.
El planeta Pikolin tiene de presidente a Lamban y esta hermanado con el planeta Raticulin.
ResponderEliminarSalut.
Vaya,... me temo que más de uno esté sirviendo de cama real al raso en tanto no sea recogido por los servicios de limpieza. Ahora bien, ya lo decían los propios de Pikolin, "a mí plin"... que es lo que sucede.
ResponderEliminarpodi-.
ALI REYES, no se de donde salen, pero nos invaden...
ResponderEliminarGracias por estar
salut
Pero muchos, muchos, MTRINIDAD. Es que ves dandote un garbeo y los ves escondidos detrás de los árboles... es como una plaga
Petons i bona setmana
salut
jejejeje, FRANCESC PUIGCARBÓ... és inaudit..hi ha un munt ¡¡ i per tots els carrers...
Salut
CARLOS PORTILLO -PODI- Suelo observar todo lo que rodea cuando camino, es una costumbre que tengo, y me empezó a llamar la atención lo de los colchones, estas fotos son de tres días seguidos. ¿qué sucede?, pues no lo se. Pero es curioso, o a mi me lo parece.
Un abrazo
salut
Si los abres con cuchillo te encontrarás sorpresas entre sus tripas.
ResponderEliminarUn saludo.
Hay nuchos colchones tirados por las calles, hay mucha mugre, grafittis, orines, basura esparcida, pestazo a droga, etc. El cúmulo de colchones llama la atención, tanta como la gran cantidad de gente que duerme en la calle. El panorama es desolador. Esta Barcelona que tanto había amado, cada vez presenta un paisaje más distópico, un paisaje ciber-punk de desgracia y suciedad.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Da la impresión de que hay una campaña de renove de colchones a buen precio. Siempre hay una segunda oportunidad, interesante. El que está sujeto a la pared, bien agarrado por la base, tiene un mensaje implícito:"este es mío, de mi propiedad, ni lo toques..."
ResponderEliminarMiquel, siempre es mejor un cochón que un cartón.
Saludos, un tiempo estupendo para ir a la playa.
Temo las sorpresas, CAYETANO, y no creo que contengan doblones de oro
ResponderEliminarUn abrazo
Muchos, muchos colchones, FRANCESC CORNADÓ, pero muchos. Es una cosa que no entiendo, de verdad. He puesto los que he visto en tres días, creeme.
Un abrazo
Salut
Si cierto, los hay que deben tener propietario, CAR RES. Eso es mala cosa porque quiere decir que duerme a cielo raso.
Un abrazo y a la playa.
Salut
Jeje, buena disertación colchonera, lo firmaría cualquiera del "aleti".
ResponderEliminarSalut, Miquel.
jajajajajaja...esa es buena, PACO CASTILLO ¡¡¡
ResponderEliminarSalut
El Ay untamiento, la Comunidad y el Estado están descansando, esto es una muestra de ello.
ResponderEliminarUn saludo
Se acepta "descansando" como acepción de lo cotidiano en materia de salubridad. (!Joo¡, que bien me ha quedado y además te permite seguir jugando, DANIEL ).
ResponderEliminarUn abrazo
Una buena sarta de fotografías colchoneras. ¡Buen paseo te has dado!
ResponderEliminarPero la verdad es que los colchones se deterioran, se les rompen los muelles, que empiezan a clavarse en la espalda, y si son de espuma se dan de sí; por eso tienes que comprar otro. Me pasó hace poco, pero los tipos que me trajeron el nuevo se negaron a llevarse el antiguo a reciclaje si no les pagaba 50 euritos. Catalán que es uno, me dije: "ni parlar-ne". Y pese a que "pesaba como un muerto" y era muy difícil de manejar con las manos, lo bajé trabajosamente un jueves —lumbago asegurado— y allí se quedó, hasta que pasaron unos tipos con una furgoneta, de esos "espigadores" que recogen lo que pillan, y se lo llevaron a la voz de "ya". Pero no todos lo bajan el jueves y, además, esa gente es selectiva y si el colchón tiene mala pinta, como los que muestras, pasan de largo y allí se queda días y días tirado.
Ahora ya sabemos algo más de la historia de los colchones, GRAN URIBE.
ResponderEliminarSi se que hay un día de recogida en la ciudad, pero como bien dices se deben quedar una semana o más antes que los recogan.
Un abrazo
Salut
Buenos dias estimado Miquel:
ResponderEliminarQué noche más calurosa, me acabo de dar una ducha y no quería salir de ella, a ver si me dura un cuarto de hora.
Muchos besos y que tengas un buen dia.
H.G.Wells habría hecho un relato -tal vez O. Welles lo hubiera llevado a las ondas- sobre la invasión colchonera. Consuélate. Aquí sucede lo mismo. Se ve que el trasiego vecinal está en alza, que nadie quiere heredar una prenda tan íntima, que los sueños amorosos de los anteriores -o sus desahogos de humores varios- no son asumidos por los presentes. ¡Al rico colchón! ¿Quién da más?
ResponderEliminarGracias MTRINIDAD, es cierto, ha sido un día muy pesado.
ResponderEliminarUn abrazote muchos besos
Cuidate
jejeje, FACKEL, esto va en serio, ya veo que somos invadidos desde todos lados ¡¡
jajaja
Un abrazo